• Hace unos días puse en el Facebook el
siguiente comentario: “Acabo de ver la entrevista de Beto Ortiz de esta
mañana sobre el tema de los militares enjuiciados por el caso "Chavín de
Huantar". Los entrevistados fueron Rocío Silva Santisteban y el general
Chiabra.* Lo digo sinceramente, aunque sé que no va a gustar a casi ninguno de
los dignos "feisbuqueros": el general Chiabra estuvo excelente”.
• Mi réplica: “¿Quién justifica las ejecuciones extrajudiciales? Creo que aquí en el Facebook (y esto es algo que me alegra, frente a tantos despropósitos que veo) nadie justifica tales aberraciones e infamias. Y yo soy quien menos las justifica. Tal vez tenga yo un problema de percepción auditiva, pero en lo que ha dicho el general Chiabra no he escuchado que él las justifique tampoco. Voy a volver a ver el video más tarde (ahora estoy en una cabina pública) para corroborar o desmentir lo que digo. Pero algo recuerdo; por ejemplo que tú, estimada Rocío, diste a entender que no estabas segura si hubo o no esos actos demenciales e inadmisibles; dijiste, si no me equivoco, que el Poder Judicial se encargue de comprobar tal cosa. Repito: me pareció excelente la intervención del general en esta entrevista, pero no porque me "encante"; sino porque en su condición de militar puso de manifiesto -como casi siempre- la suficiente mesura, a pesar del volumen de su voz que, en estos tiempos de inclusión y algunos "ismos" reivindicatorios, no debiera asustar. ¡Un abrazo!”
• Julio Carmona puso lo siguiente: “Por último, no veo porqué hay quien
califica -de manera reiterada- la opinión de Bernardo como independiente.
¿Acaso las demás no lo son? Todos opinan con independencia. Y todos están
comprometidos, ya sea con uno o con otro lado de la cuestión. Decir que Chiabra
estuvo excelente es también una forma de comprometerse, con independencia pero
compromiso al fin.”
• Mi respuesta: “¿Eso es comprometerse, estimado Julio? No,
hermano. Decir tal cosa es -y te lo digo con todo respeto- algo extremadamente
descabellado. No es así; es, más bien, muestra de independencia, ¿sabes por
qué?, porque la independencia le da a la persona la capacidad de ver lo que
otros simplemente se niegan a reconocer porque creen que pueden
"chocar", digamos (hablo en líneas generales; no me refiero a
determinadas personas), con el "comité central", mejor dicho con los
dogmas, pautas, cánones o consignas, que les dicen esto: "todo lo que
encuentres en el enemigo es malo; solo lo nuestro es la verdad". El
problema está, amigos, en que parece sumamente arraigado el criterio, la teoría
o la creencia de que todo es dual: bueno/malo; alto/bajo; blanco/negro;
izquierda/derecha...Y la verdad es que las cosas no son así. En la entrevista
de hoy en la mañana pasó lo que Luis Santillana dice; yo quise decir lo mismo
en mi comentario, pero por aquello que algunos podrían definir como
"delicadeza pequeñoburguesa", preferí solo referirme a la calidad que
puso de manifiesto el general Chiabra. Rocío (espero que no se moleste) no
mostró condiciones adecuadas como defensora de los derechos humanos. Yo, todos,
coincidimos con ella en este propósito; pero no por el hecho de estar en su
orilla tenemos que sentirnos como obligados a no darnos cuenta de sus falencias.
Así de simple es la cosa. Algo más. El tener una posición marcada, de izquierda
o de derecha, aparentemente es efecto de independencia, una ubicación buscada o
decidida voluntariamente.Aparentemente. No lo es, sin embargo. Y el hecho de
que no sea muestra real de independencia el inclinarse para uno u otro lado no
es malo; es legítimo y casi siempre conveniente. Pero, más que por imperio de
la voluntad, se da por una "natural" vocación a eso que Ortega y
Gasset llamaba "secuacidad": el "necesitar" adherirse a una
persona, a un grupo de personas, a una teoría, a una religión, etc. que,
digamos, encandila, persuade, convence, por su aparente o real superioridad.
Yo, modestamente, trato de no estar allí. Una cosa adicional.
Militares/terroristas. Pareciera que hay quienes asumen como verdad esto: que
terroristas es sinónimo de seres humanos, con pasiones, esperanzas, buena fe y
derechos; y que hablar de militares es igual a hablar de "Estado", de
"poder" y, claro, de crimen. Los militares, entiéndanlo amigos míos,
en una circunstancia como aquella que se dio en la residencia del embajador
japonés no son precisamente "parte irracional y perversa del Estado";
son seres humanos con emociones y temores. Son exactamente iguales, en
conformación somática, psicológica, emocional, espiritual, moral, a los
muchachos que, con arma en mano, seguían estúpidamente a Serpa Cartolin,
seguidor también del ex aprista Polay. La diferencia ya la conocemos: el
propósito de la presencia de estos dos grupos en ese lugar obedecía a
motivaciones completamente opuestas. Y díganme si la de los emerretistas no fue
una voluntad criminal; y si la de los militares, por el contrario, lo fue. Los
terroristas buscaban destruir, asesinar; los militares tenían otra misión:
salvar vidas. Y díganme otra cosa: ¿fue una guerra? A mí me conmovió y sigue
conmoviéndome lo que pasó en ese lugar. Ver a Fujimori caminar orondo y
sonriente en medio de cadáveres regados por las escaleras, generó en mí
sentimientos de rabia y dolor; hasta derramé unas lágrimas, lo confieso.
Conocer lo que le ocurrió al "Comandante Chizito" (el coronel Juan
Valer), igual, fue un golpe duro para mí, doloroso. Pero -¿saben una cosa?-
comprendí que eso no fue una guerra. Y, de una vez por todas lo digo: poner en la
picota a los militares que, nos guste o no, llevaron a cabo un operativo de
rescate que, incluso con metidas de pata, fue ejemplar, me parece, simplemente,
una demostración más de que el Inca Garcilaso tenía razón cuando dijo que el
Perú era la madrastra de sus hijos. ¡Un abrazo, amigos!”
• Manuel Mosquera intervino: “Acabo de ver, gracias a la gentileza de
Bernardo, el debate y en verdad le faltó nivel, tino y carácter a Chío, no sólo
se dejó apabullar sino que no defendió como debería ser este caso e incluso hubo
momentos en qué se corrió de dar respuesta. le faltó mayor muñeca y tener una
estrategia de debate.”
• Julio Carmona nuevamente: “No, Bernardo, en tu comentario inicial no te referías a eso. El hecho de que Rocío se dejara apabullar por sus dos oponentes, no quiere decir de ningún modo que ellos estuvieran bien, ni mucho menos que uno de ellos (el más facho) estuviera excelente. Y, además en tu primer comentario, no mencionas para nada a Rocío. ¿Cómo puedes decir en tu último comentario que lo que quisiste decir fue lo que afirma Manuel Mosquera. Hay una gran distancia entre tu "comentario inicial" y lo otro.”
• Finalmente yo: “Ya lo dije, Julio. No
mencioné a Rocío por aquello de la "delicadeza pequeñoburguesa". Por
ello es que, para marcar la diferencia, resalté la participación de Chiabra.
Por esa "delicadeza" es que no dije al principio, por ejemplo:
"Rocío no la achuntó". Pero apuntaba hacia eso después de ver que
todo el mundo "se rendía a sus pies" diciendo "qué buena has
estado" y cosas así. El propósito mío no fue precisamente alabar a
Chiabra, sino aludir a las carencias expositivas o de polemista de Rocío”.