Arturo Corcuera ha publicado en Le Monde
Diplomatique un artículo con el que, según tengo entendido, pretende desnudar a
Mario Vargas Llosa y descalificar su oposición a Ollanta Humala, candidato a la
presidencia del Perú. Corcuera llama al autor de La guerra del fin del mundo
“profeta desmemoriado” y “extraviado”. Finalmente, concluye afirmando que,
incentivado por un escrito del novelista, votará por el capitán de Madre mía.
Admiro a Mario Vargas Llosa y su obra literaria; lo respeto y
–creo que como muchos- me siento orgulloso de él como peruano. Es, no cabe
ninguna duda, el mayor novelista vivo nacido en estas tierras. No coincido, sin
embargo, con sus ideas políticas –con muchas de ellas, quiero decir. Pero
celebro que las exponga, como lo hace, utilizando los medios a su alcance.
Ojalá todos tuviéramos las posibilidades que él posee.
Admiro, también, al Corcuera de “Noé delirante”. Esa adulta
imaginación infantil o esa infantil imaginación adulta, me conmueve. Es,
innegablemente, un creador de alto nivel. Esa obra, que con el tiempo ha ido
creciendo, lo demuestra. Políticamente coincido con él y con muchos en nuestro
país, en cuanto a la insobornable filiación por los pobres y desposeídos.
He sido, conscientemente y por convicción, desde mi
adolescencia, un hombre con ideas de izquierda, pero creo que nunca un
fanático. Por ello, no estoy dispuesto ni lo estaré jamás (eso espero), a dar
mi voto ciegamente por alguien que agite banderas “revolucionarias”,
“contestatarias”, “nacionalistas”, etc. que, sin embargo, me ofrezca, por otro
lado, muestras balbucientes de desorientación, de incapacidad, de
inexperiencia, de incultura, de falta de firmeza y de grotesco
envalentonamiento.
Creo –siempre lo he creído- que para elegir a un Presidente
hay que tener en cuenta en el candidato, lo siguiente: inteligencia, firmeza,
experiencia y cultura. Un elector mediocre que busque, si lo quiere, dirigentes
mediocres. El pueblo peruano no está en esas condiciones. Procuremos que no se
equivoque, pues.
Humala no ofrece cualidades para ser Presidente del Perú.
Presiento que nos llevaría al despeñadero. Me parece incapaz, como muchos de
los que lo rodean. Sería la profundización perversa de los desaciertos de
Toledo. Respecto a Humala creo que no debe preocuparle a Vargas Llosa su
vinculación con Chávez, con Morales, con Castro. No, pues. Humala no es de
izquierda, mírenlo bien por entero. Es –todo lo demuestra- un vulgar fascista,
un aprendiz de malo (esos son los peores). Lo preocupante, en verdad, es que
–como dicen los muchachos- “está en nada”.
Alan García, o su gobierno, cometió graves, terribles errores
y crímenes. Básicamente dos cosas no pueden ser olvidadas: la debacle económica
con su telescópica inflación y sus indignantes colas y el asesinato masivo y
vil de cientos de muchachos premunidos únicamente de piedras y palos en los
penales. Esto, solo esto, es suficiente para afirmar enfáticamente que García
merece un castigo histórico, un castigo moral, un castigo político que, por lo
menos, debería traducirse en un rotundo rechazo en las ánforas.
Esta es la situación que el domingo 4 de junio tendremos ante
nosotros los peruanos: decidir entre tres opciones: Humala, Alan o ninguno. Yo
creo que ya decidí y ese día, conscientemente, emitiré mi voto. Por ahora solo
propongo esto: antes que desnudar a Vargas Llosa, que no es candidato, pidamos
que los candidatos sean los que se desnuden o, en todo caso, desnudémosles
nosotros. No perdamos tiempo en los vestidores de baños ajenos, nada tienen que
hacer.
Y otra cosa: si los seres a quienes quiero (incluidos “los
marginados en su camino de esperanza”) van a votar por “perico de los palotes”,
¿tengo que hacer lo mismo yo? No, pues, eso no es digno. Algo en ese sentido
leí hace poco a un escritor norteño. Que Sarita Colonia –que está volando- nos
proteja de esta laya de despropósitos.
Creo que es mejor que no deliremos juntos, no es bueno para
la salud. ¿No les parece?
Ah, para terminar: este artículo, “De calatos y desnudos”
creo que debió llamarse de extravíos y delirios. Hubiera sido más apropiado.
25 de Mayo, 2006.