miércoles, 27 de febrero de 2013

¿"Goebbelización"?

Si algo hay que agradecer a esto de la "revocatoria", es que -por lo que se ve- hay quienes quieren hacernos saber que hay dos sectores bien marcados en Lima: los demoníacos y los santos o casi santos. El mal contra el bien. Como en la serie del "Agente 86": Kaos contra Control. Corrupción contra alta moral. Es decir, lo que la Constitución consagra como uno de los derechos políticos de los ciudadanos (la revocacíón) habría sido aprobado -según entienden, aparentemente, algunos- no para permitir el justo (aunque a veces inconveniente) ejercicio de lo que se conoce como participación y control ciudadanos, sino (en el caso de Lima y solamente de Lima, porque los muchos otros casos ocurridos en provincias a nadie le ha importado) como una válvula para el desborde de la perversidad. Y, en verdad, en verdad, no es así: solamente se trata de un proceso en que legítimamente se ponen en juego dos opciones, contrapuestas pero no por ello una exultante y otra oprobiosa, solamente diferentes, democráticamente distintas. Pero, repito, así parecen entender aquellos que están del lado de la bondad, la moral, el orden y la cuasi santidad, y por ello, en una labor misionera, medio pastoral, cercana al mesianismo, se han dedicado (al puro estilo montesinista, aquel que proviene de Goebbels -al que otrora maldecían y hoy deben estar agradeciendo-) a rebuscar entre papeles y anticucherías todas las cochinadas de sus adversarios para exponerlas al sol y a las miradas estupefactas de la población, como si lo que estuviera en cuestión, en entredicho, sometido al escrutinio popular, fueran los pecados, faltas o delitos de "Perico de los palotes" y no la simple transitoriedad (pero, según parece, apetecible y no despreciable) gestión municipal. Madame Rolland dejó para la historia esta exclamación cargada de verdad: "¡Libertad, cuántos crímenes se han cometido en tu nombre!". Y por ser libres y opinar y apoyar causas legítimas pero opuestas al pensamiento de la gente dizque sana y sagrada, ¿cuántos cabezas de ciudadanos limeños están siendo colocadas en el cepo?

viernes, 15 de febrero de 2013

SOL

Sol
hoy no te alabo ni te saludo
solo dejo de mirarte para que no me veas
No te abrazo
para impedir que me abrases


Solo sol te digo
y aunque negarte deseo
sigo sintiéndote cruel como un abandono
sobre la arena
sobre la roca desleída
como una mirada extraviada
como un lamento sin eco
 

Sol
no te saludo ni te alabo
solo te siento a pesar de la sombra
y su bondad
de manantial
de espejismo.


(12 de febrero, 2013)

lunes, 11 de febrero de 2013

Sobre DISPERSIÓN DE CUERVOS, poemario de Bernardo Rafael Álvarez. Comentarios críticos.

                                   Los cuervos de Alvarez

Después de 24 años de silencio, el poeta pallasquino de las canteras de Hora Zero, Bernardo Rafael Álvarez, vuelve a la tribuna poética. Sin pérdida de tiempo, esta noche presenta su reciente libro Dispersión de cuervos, un conjunto de veintidós poemas.

.......

Bernardo Rafael Álvarez  publicó anteriormente el poemario Aproximaciones & conversaciones, así como en revistas literarias de los años 70. Su poesía, en muchos casos agresiva y descarnada, contiene mucho de la violencia cotidiana. No es la voz calmada de un poeta de universos celestes, sino, digámoslo así, una especie de graznido humano y salvaje, por eso muchas veces desordenado, que busca retratarnos por dentro y por fuera. 

(Diario La República -Página Cultural-, Lima, 26 de mayo de 1999) 

                                       EL CRIMEN LÍRICO DE BERNARDO ÁLVAREZ
                                                                                                            Tulio Mora

Miembro del Movimiento Hora Zero, Bernardo Álvarez publicó hace 25 años, "Aproximaciones & conversaciones", dominado aún por el discurso urbano con una prédica ideológica ahora extraviada. Con "Dispersión de cuervos", su segundo libro, alude, desde el cuadro de Van Gogh donde negras parvadas presagiosas revuelan en un campo de trigo, a una época en que la violencia externa se traduce en una escritura del cuerpo. Cuervos, trigales: el escenario rural en el que Álvarez transcribe con un gran sentido renovado.

El el primer poema del impresionante libro de Bernardo Álvarez, "Dispersión de cuervos" (Hipocampo Editores, 60pp, con ilustraciones de Carlos Ostolaza), K (Kafka), nos encontramos con Prometeo picoteado por un buitre, no en el hígado sino en los pies. El robador de la luz divina es al mismo tiempo el dios egipcio de la sombra, Jus, o tal vez, Juan Hus, y Kafka en el tránsito de convertir a Gregorio Samsa en escarabajo. En el escenario urbano, del que brotan "apio y aceite", Prometeo descubre que "el viento no se apiadará de mí: caparazón, insecto gigante".   

El mundo se ha convertido en excremento que rueda a voluntad del escarabajo kafkiano, donde "nada acontece". Prometeo, luego Jus, luego escarabajo, luego pirámide, luego Gregorio Samsa, se transforma en Hamlet en su célebre franz: "corpses are set to banquet": "los cadáveres se preparan para el banquete"". La ciudad tiene "un cielo de hojalata", es un "espejo turbio" en el que resuenan el viento y las ranas "y el agua se entrevera en las totoras". Allí resuena también Raymond Roussell: "Yo escucho los llamados de un mundo que se niega". "¿Quién se atreve a amar la carroña que nos envuelve?", se pregunta Hamlet, pero quien responde al final del poema es Prometeo: "¡Franz, Franz, no hace falta: el buitre/ se ha suicidado en mi garganta!". 

Desde el primer poema Alvarez nos instala pues en un mundo deconstruido, múltiple, omnivoraz. Su constante referencia al exterior nos hace suponer que el sufridor de los rigores históricos tiene una relación implícita con ella, pero el mundo no se ha invertido simétricamente, como en el Pachakuti andino, sino que se ha promiscuido, es una evacuación (un excremento) de representaciones del mismo nivel; seres humanos, insectos, escenarios se han convertido en uno solo mostrando en esa unidad los fragmentos espantosos de su origen inicial. La historia trágica de Occidente -desde Prometeo a Kafka- se sufre en un pueblo del Perú. 

A partir de esta aproximación a un libro esquivo, inasible, podemos intentar capturar parte de lo que ha pretendido Álvarez: la puesta en escena de un cuerpo sometido a las pulsiones sociohistóricas. Esta poética del cuerpo (del bajo cuerpo, de sus "vilezas") tiene como referentes claves a Antonin Artaud y a César Vallejo: la reducción  del mundo al universo de una personal fisiología que colisiona abiertamente con la estética noble dominante: la que instaura el sentido de la belleza corporal y moral (la inteligencia y el corazón); a su vez es el discurso individual (microdiscurso) que se opone al discurso del poder (el macrodiscurso), en el que la historia no pasa  por la memoria individual, sino por la representación histórica de lo colectivo que encarna precisamente el poder: "encontré que la ulceración luética alienta la/ caridad y la náusea en el cáliz ortigoso del poder" (Gaggraina).

Mocos, escupitajos, semen: el yo que se manifiesta a través de una escritura violentada. No hay más poética que la evacuación porque, como la ciudad, la pudrición es todo el arte que podemos expresar. Con un futuro "garabateado y sin eje" ("Desayuno en el parque"), Noé construye un arca de estera y palos en un pueblo joven, donde conviven perros, ratas, cucarachas y pulgas con coliformes fecales. El ocho echado del infinito, nuestra voluntad de trascendencia, son hojas sin razón de ser.

Esta crispación y humor macabro de Álvarez -en ningún momento renuncia a ordenar sus referentes textuales- es una "máquina salvaje", según la definición de Félix Guattari y Gilles Deleuze, que  funda su estética en la hediondez. El poeta: segregador de una palabra (que es simultáneamente vida y pecado) "omnívora alimentándose como caníbal". 

Parafraseando a Barthes agregaremos que las referencias de esta poética se hallan al nivel de una biología que sólo puede transmitir balbuceos, fracturas semánticas, neologismos y fragmentaciones de la unidad como respuesta a su entorno. Álvarez lo ha logrado plenamente en "Dispersión de cuervos", dejándonos un descarnado ejemplo de la poética horazeriana y uno de los mejores libros de este año.  

(Diario CAMBIO, Lima 30 de Mayo de 1999)


                                        APELANDO A LA DESRREALIZACION                                                                        Willy Gómez Migliaro

 
Es difícil sacar noticias de  un poema
Pero los hombres todos los días mueren miserablemente
Por no tener aquello que tienen los poemas
WILLIAM CARLOS WILLIAMS
 

Bernardo Álvarez es un poeta que ha engendrado oscuro las imágenes de su obra.

Como poeta es una empresa del sueño y ya no querrá, y ya no deseará –como alguna vez me lo dijo- verificar su producción, su hechizo fresco y sórdido de la imaginación, sino que elevará la voz de este Canto, por esta experiencia o percepción, que desde su inexorable desierto, nos dice que el cambio existe. Su sensibilidad, fuera de su vida interior nos muestra un sentimiento cruel y real. Y ahí está el silencioso K que no domina los problemas, sino que deja que estos sean animales que se suicidan en su garganta; ahí está Gaggraina en la intemperie, el Desayuno en el Jardín y los desastres de una noche pasada en irónico desvarío en la Musa teatral. 

La esencia de Dispersión de cuervos nos lleva a la expansión del drama de un país que es el nuestro, viejo, hipocondríaco y oscuro. 

El poeta, el mundo y su ausencia es un Canto que culmina en hermosa forma. Solo se está unido al mundo exterior por la pasión, y Bernardo lo sabe no porque la vida y la muerte sea su respuesta. El demonio, cuando reconoce a su hermano es voluntad y creación, y esa indomable criatura, entonces, intransigente, ácrata, obstinada sabe que debe destruir y ser destruida para renacer. 

Nadie se escapa para pretender estar al margen. La esencia de Bernardo es el asombro de un hombre que idealiza su país. El resplandor de las calles rinde testimonio ahora a su elegido, adicto entre dos tierras donde es viva pasión. 

A la par de lo real, lo in-forme interesa siempre a Bernardo. No en vano ha leído los Cantos de Maldoror, a los poetas del sonambulismo, del hipnotismo, de la sugestión, del magnetismo animal. No en vano huyó con su mujer para descubrir el secreto cosmos de Canto Grande. No, lo vulgar no le repugna, no le asusta, es demasiado duro para tan poca cosa. Es la exaltación de su mundo interior  lo que lo ha convertido en ardiente sombra, en fabulosa luz. 

Bernardo Álvarez ha escrito nuestras heridas, y no por nosotros; ya que, como dice el cínico Ciorán, “El amor por los demás es una enfermedad tonificante y, al mismo tiempo, extraña, porque no se apoya en ningún elemento de la realidad”. Y es degradante en mi opinión, y cuánto lo sabe Bernardo cuando el hombre no escribe sino su soledad.

San Martín de Porres
Invierno del ‘99



Yo escucho los nombres de un mundo negado: Bernardo Álvarez en dispersión de cuervos

                                                                                               Rosina Valcárcel

 

26 de mayo. Instituto Raúl Porras Barrenechea de la UNMSM: Bernardo Álvarez (Pallasca, 1954), chibolito en 5º de primaria el 66, traza su 1er. texto-loa a Andrés Gabancho, héroe popular que lucha en la Guerra del Pacífico: el desahueve de Gabancho a los chilenos. Pero, es a partir del 69, al cursar 3ero. de media cuando crea. Los escritores que lo marcan son César Vallejo, Franz Kafka, Antonin Artaud, Eugenio Ionesco, Samuel Beckett...Hace 25 años publica Aproximaciones y conversaciones. El 95 entre los sueños, el arte, la anarquía y el Queirolo conozco a Bernardo, amigo de J. Ramírez Ruiz, R- Santibáñez, C. Jallo, W. Gómez y Zorba. Ahí en la revista Killka Blues leo el poema "Maala". Descubro que ama el huayno ancashino y ayacuchano y "Yestaerday". No se alejan  de su corazón ni de su memoria los files El Dr. Zhivago, Gritos y susurros y La lista de Schindler, acaso por su romanticismo auscultación del dolor y denuncia contra el fascismo. Para Álvarez: "el mundo es bello, pero no es gracioso. Y el panorama artístico actual es extenso pero no intenso; complaciente pero inocente". Su segundo libro, Dispersión de cuervos, con  bella portada e ilustraciones de Carlos Ostolaza, se inicia con el texto "K", una suerte de síntesis de deidades y personajes trágicos de la cultura occidental, insinuando matices alegóricos (y algo épicos), condensando un estilo fustigante, sarcástico y contundente. Alvarez nos presenta al español Juan Ruiz y usa, a toda luz, símbolos de la metamorfosis de Kafka y de Los cuervos de Van Gogh, llevado al cine por el gran Kurosawa. El tercer poema "Un caballo cae" -dedicado a Ostolaza- está construido con alusiones y contrastes de colores como la visita de Chagall, la de animales míticos y la de la pestilencia de la urbe; no obstante el poeta visionario insta proseguir. En "Muelle de pescadores" se percibe un cálido tejido de evocaciones, donde el amor -en las figuras de la paloma y el león- se eleva, descollando ante un grupo de trabajadores y un paisaje putrefacto, mas, a pesar de todo, humanamente hermoso. En la obra hay rupturas semánticas, historias-retratos-autorretratos urbanos algo tragicómicos, a veces inspirados en desencuentros generados no tanto por la migración sino por las múltiples  idiosincrasias, aspiraciones, frustraciones y conflictos propios de una sociedad desigual. Al inicio Bernardo se halla cerca al grupo Hora Zero, empero -como confiesa el mismo autor- Dispersión de cuervos está algo distante de la propuesta horazeriana. El empleo  de una violencia escritural, de un sentimiento del absurdo y de un humor negro casi macabro-maldito, como respuesta a la sociedad capitalista-alienada, nos remite al lenguaje surrealista del francés Antonin Artaud y al del experimental peruano Pablo Guevara. Por la tensión dramática e irónica de esta asombrosa poesía, confiamos en los logros que -desde nuestra patria- Álvarez seguirá aportando para que pueda voltearse un poco este mundo al revés.

(Diario La República, 5 de Junio de 1999)

                                         A SOLAS CON MARCO AURELIO
                                                                                         Marco Aurelio Denegri

“Se ha publicado el  poemario de Bernardo Rafael Álvarez, titulado “Dispersión de cuervos”. “Dispersión de cuervos”, de Bernardo Rafael Álvarez.

Comentando este poemario, Tulio Mora escribe lo siguiente: “Complicadas fracturas semánticas, neologismos y fragmentaciones de la unidad que le dan a su discurso una voluntad experimental y vanguardista, la última vanguardia del siglo. Libro de escabroso cantar y de las evacuaciones del cuerpo que sin embargo confía en derrotar las miserias del tiempo: “Sin duda –dice el propio autor, esto es, el poeta Álvarez- los poetas se mueren de hambre / pero los poetas viven / incluso más allá de sus pasos.”

Si tuviese que caracterizar este poemario de Álvarez, entonces diría que es poesía viral y arrebatada. Esto último es fácilmente comprensible: digo arrebatada porque es poesía impetuosa, inconsiderada y violenta. Lo otro, lo de viral, sí necesita explicación.

Por qué digo viral. Fíjense, en Latín la palabra virus, que los latinos pronunciaban “uirus”, tenía cuatro significados. En realidad tenía cinco significados. Pero en esta ocasión el quinto significado no nos concierne, porque esa acepción era la de filtro, droga, poción; eso también significaba virus en latín. Pero dejemos de lado esa acepción y circunscribámonos a las otras cuatro. En primer lugar, virus significaba  humor o jugo natural, generalmente espeso y viscoso, por ejemplo la baba del caracol, el semen de los animales, el humor espeso y pegajoso que segregan las membranas mucosas, especialmente el humor que fluye por los orificios nasales. En segundo lugar, virus significaba pestilencia o hediondez, fetidez, olor ofensivo, por ejemplo el aliento leonino, del cual dice Plinio, y con razón, que era uirus graue, animae leonis, virus grave; el aliento del león es pestífero, es fétido. Eso decía Plinio y con mucha razón, repito, del aliento leonino: que era uirus graue. La tercera acepción de virus era veneno, ponzoña, tósigo. Entiendo que de esta acepción se deriva la primera acepción que tiene la palabra virus en nuestro idioma, a saber: podre, humor maligno, podre o podredumbre, o sea putrefacción; también pus, porque esa es la segunda acepción de podre.

Vallejo en toda su obra poética usa una sola vez la palabra virus y, por cierto, no la usa para denotar el agente patógeno, ultramicroscópico y filtrable que ocasiona tantísimas enfermedades y todas ellas muy graves, como la poliomielitis, el SIDA y tantas otras. Vallejo usa la palabra virus en este sentido, que es el primer sentido  que registra el diccionario: en el sentido de podre, de humor maligno. Ese uso consta en el poema “Ascuas” de César Vallejo, que forma parte de “Los heraldos...”

Bueno. Esto de podre, podredumbre, putrefacción, pus, todo esto es venenoso, si por veneno entendemos –lato sensu, no strictu sensu- todo aquello que sea nocivo a la salud. Por ejemplo la putrefacción o el humor maligno que llamamos pus. Dicho sea de paso, o dicho interparentéticamente, entre nosotros todos decimos la pus y no, como quiere la Academia, el pus. Sería conveniente que más adelante la docta corporación matritense reconozca el carácter ambiguo de este sustantivo, es decir, reconozca que se puede usar como masculino o como femenino, así como ocurre con calor o con mar; es lo mismo decir el mar o la mar; es lo mismo, ¿no? También debería ser lícito que digamos o que podamos decir la pus y el pus. Pero, repito, aquí entre nosotros todo el mundo dice la pus. El mismo Álvarez, que usa varias veces esta palabra, dice la y no el, porque ese es el uso entre nosotros. Nadie dice el pus. Y, bueno, virus finalmente significaba sabor malo o desagradable, amargor, sabor acre.

Como ustedes comprenderán fácilmente, ninguna de estas cuatro acepciones es halagüeña; todas son desagradables, contrarias y negativas. Lo viral era para los latinos lo baboso, lo apestoso, lo venenoso y lo maloliente. Resumiendo: lo baboso, lo apestoso y lo de mal sabor. Todo que, por cierto, desplaza, disgusta y desazona. En una palabra: asquea.

Ahora, ¿es dable componer versos acerca de lo asqueante? Yo me pregunto: ¿son realidades poetizables lo excretorio, lo evacuatorio y lo viral? Creo que no lo son. Pero será mejor que cada cual juzgue por sí propio. En materia poética nadie es depositario de la verdad y yo menos.

….

A mi juicio, Bernardo Rafael Álvarez tiene inspiración fogosa y arrebatada, tiene furor y entusiasmo. Es buen poeta.”

(Cable Mágico Cultural, 15 de Junio de 1999)

                   DISPERSIÓN DE CUERVOS: LA POETICA DEL DESENFADO
                                                                                                                    David Abanto

Lo inquietante de este poemario es el extraño equilibrio entre libertad expresiva que encontramos en cada uno de los textos y la concentración del poeta. La tensa unión de ambos aspectos, gracias al desenfadado estilo, logrado por una persistente y rigurosa lucha con el idioma dispersa en todas direcciones versos de gran intensidad y todo calibre. Imágenes que nos recuerdan que no basta el verbo encarnado para reconocer nuestros límites, aparecen a diestra y siniestra para espetarnos algo. A través de emociones, sensaciones, descripciones de caminos rugosos, afirmaciones y negaciones, insinuaciones adheridas al rumor de las palabras que se nutren de una libérrima apropiación del discurso de la Biblia al de F. Nietzsche, de la tradición inaugurada por los poemas épicos a los poemas vanguardistas; explorando y explotando una potencialidad conducente a la necesidad de brincar al laberinto y la confusión del orden existente, para vivir y morir como testimonio fugaz, despiadado y fragmentado de un tiempo análogo.

Buceando en una cotidianidad vivida intensamente en la que el paso del tiempo, el quiebre de emociones y la ruptura de convenciones, son anotados por Bernardo Rafael Alvarez con una mirada de impudicia e irreverencia rigurosa por momentos, con un áspero ritual cuya insolencia frente a lo ordinario alcanza un hondo sentir de experiencia que se disgrega de modo discontinuo y casi esquizofrénico.

Esto nos conduce a señalar, a nuestro juicio, un riesgo potencial muy propio de nuestro tiempo, plagado de caóticas y torrentosas sensaciones: privilegiar la continuidad y el fluir de las imágenes y palabras engarzadas de modo contingente a la inteligibilidad del discurso poético. Riesgo, en tanto se presenta la sensación de falta de unidad y coherencia (quizá no buscado). Potencial, en tanto la vitalidad de la imaginación fulgurante y el aliento esencial del poeta, nos convoca a llevar, en nuestra lectura compulsiva, la vertiginosa calma en pos de la belleza misteriosa del interior de nuestra individualizada, mercantilizada, industrializada y globalizada civilización.

A partir de los espacios presentados, incluso más allá de las palabras que los nombran, Bernardo Rafael Alvarez ha logrado aproximarnos en una estupenda tentativa a zonas periféricas y marginales de nuestra escena contemporánea, sin caer en discursos tendenciosos, abigarrados de retratos y cuadros consensuados como estereotipo de posmodernidad.

En suma, un poemario seductor de por sí, incitante, caótico, violento que nos muestra a un creador cuyo oficio nos brinda instantes continuos  y desbordantes de impetuosa poesía.

(Revista Hipocampo de oro, Nº 2, Lima, 1999)

viernes, 8 de febrero de 2013

SUSANA Y LOS SECTORES ACOMODADOS (UN DIÁLOGO EN FACEBOOK).

Puse en mi "muro" del Facebook esto:¿Alguien se ha puesto a pensar por qué los sectores "acomodados" (La Molina, Surco, Miraflores, San Isidro...) son los que, sin dudas ni murmuraciones, apoyan a Susana Villarán? Bueno, yo sí me he puesto a pensar. Creo que es porque la sienten, están seguros, y efectivamente así es, que ella es de los suyos. Saben o, mejor dicho, ya se convencieron, que su izquierdismo no es dañoso para ellos sino todo lo contrario. Han llegado a darse cuenta de que tan solo se trata de una manera "suigéneris" de ejercer una suerte de "proyección social" de arriba hacia abajo, dando la apariencia de horizontalidad ("inclusiva" diría alguno), algo así como la puesta en práctica de la "buena acción del día", acaso para expiar culpas o pecados (qué se yo). Cuando los hijos de las "familias bien" se "convirtieron" a la Izquierda (años 70) probablemente causaron resquemor, rechazo, urticaria, pataletas y preocupación en sus familias (¿Has visto? Qué horror, darling, mi hija metida de comunista. ¡No lo puedo creer!). Pero andando el tiempo las cosas fueron cambiando; ah, pero no es que hubiese llegado la resignación o cosa parecida. No, nada de eso. Lo que ocurrió fue que se dieron cuenta de una lenitiva verdad y la asumieron cabalmente: no pasaba nada, nada más, nada peor que una grotesca rebeldía (de adolescentes politizados), para la que antes, como padres formados en una educación "monetarista" y sin sentimientos sociales, aún no se hallaban preparados. Cuando aquellos jóvenes "contestatarios" que cantaban canciones de Quilapayun, que usaban morrales medio mugrientos (pero de cuero) y, en el caso de las chicas, vestían faldas largas como de Hippies y el desenfado era su sello a la hora de sentarse en posición de “flor de loto”, cuando ellos –repito- llegaron a “formalizarse” en organizaciones o “colectivos”, los padres asiduos al Club Regatas por fin supieron que aquello que creían era una sustancia venenosa no era más que una crema volteada, nada inocuo. Por qué los sectores populares son los que menos la quieren, y quieren revocarla, es otra cosa. No tengo segura la respuesta, pero estoy convencido de que no es porque alguien haya manipulado sus conciencias.


Mi amigo Tulio Mora intervino: Lo siento, Bernardo, NO te salió bien la reflexión. Aparte es de una inexactitud que parece te hace emerger sentimientos negativos hacia esos chicos bien que alguna vez se hicieron de izquierda. Como Hinostroza, estás insultando a Javier Heraud quien inspiró con su muerte a esa generación de miraflorinos. Y creo que no conoces mucho de sus biografías. Por ejemplo, Javier Díez Canseco, hoy con cáncer terminal, vivió varios años en La Oroya, algo que tú no lo hubieras hecho. Otros se casaron con con campesinas u obreros y hasta terminaron en SL como Mezzich, lamentablemente. Así que infórmate mejor la próxima vez. No es cuestión de ironizar fácilmente. Un abrazo.

Yo contesté: Nada de lo dicho por ti contradice sustancialmente lo que dije yo, estimado Tulio. Además no insulto a Javier Heraud, primero porque jamás me he referido en ese sentido a él y porque -si lees bien- no habría ni una microscópica razón para mencionarlo, porque él no se pasó a las guerrillas durante 1970 (época de la que hablo yo). Otra cosa: no sabía que criticar o estar en desacuerdo con seguidores o discípulos de alguien significaba insultar al maestro o inspirador. Y por último, ni Mezzich contribuye a decir que los ricos son revolucionarios como piensas tú. Tú tienes tu punto de vista y yo el mío; supongo, estoy seguro, que el tuyo no está movido por simpatías ni pasiones positivas (y parcializadas) frente a un sector de la sociedad (aunque no vas a negarme que para ti los sectores populares son parte del lado débil, por "pedigüeños" y otras cosas), sino por una visión racional de las cosas. Bueno, pues, mi visión tampoco se da por sentimientos adversos frente a los "niños bien" que, según Gaby, son los que mueven el país. Un abrazo también, Tulio!

Tulio volvió: En este verano intenso he procurado mantener una conversación alturada con los amigos que disienten en este vil proceso revocador. Pero he sido directo como siempre. No es el estilo de Bernardo, por ejemplo, quien, para hablar sólo de hoy, saludó en otro post el avance del NO y ahora, como ha hecho en todo este proceso, vuelve a desdecirse con argumentos que ya rozan el odio de clase y encima me atribuye afirmaciones falaces. Que llame "pedigüenos" a ciertos sectores populares no me coloca en contra de ellos. Si ha leído a Cotler o Matos Mar sabría qué es el clientelismo que el fujimorismo exacerbó. ¿Han surgido partidos políticos de esos sectores populares? No, también debería preguntarse por qué. ¿La informalidad no es acaso una tara? ¿Y no lo son quienes se niegan a pagar impuestos, invaden calles, parques, prefieren pagar coimas? Si no aceptamos este problema entonces queremos mantenerlo o estamos buscando el retorno populista de los autoritarios. Finalmente es un poco inocente hacer un parteaguas de la historia en los 70. Los miraflorinos de izquierda de esa década se formaron con la imagen de Heraud, si Bernardo no lo sabe es preocupante. La historia es causa y consecuencia. Sostengo por eso que desprestigiar clasistamente a cierta izquierda es también subestimar el papel de Heraud. Hinostroza, poeta que me gusta, por sus poemas y su estilo directo, lo cuestionó a la mala desde una posición muy parecida a Bernardo. Lástima por los dos. Naturalmente esto no me suscita algún tipo de animadversión, pero mejor es decir las cosas claras. Los rodeos no son recomendables. NO A LA REVOCATORIA.

Pero antes, Charo Arroyo me dijo esto: Bernardo, Bernardo, te burlas con insidia de lo que no conoces. Te olvidas que Fidel Castro, el Che Guevara eran profesionales, hijos de profesionales. La egresión social no tiene que ver con las decisiones políticas.

Esto le respondí a Charo: Insidia.Burla. Asu! Eso es duro. Definitivamente, me estoy poniendo (o me están poniendo) en el lado de los apestados, indeseables, dañinos. Si ese es el premio a mi libertad de pensamientos, qué le voy a hacer.

Y esto a Tulio: No, Tulio. Yo no atribuyo afirmaciones falaces. Tú dijiste lo de "pedigüeño" y hoy lo corroboras. ¿Lo dicho por Cotler convierte a afirmaciones como la tuya en alabanzas? Hablar de clientelismo, de pedigüeños, de tara, no creo que sea algo exultante. Llamar así a los sectores populares es considerarlos como el lado débil de la sociedad, pues; y eso es lo que he dicho yo y no que tú estés en contra; nunca he dicho que tú estés en contra de esos sectores. No sé si sea tu caso, pero leer hepàticamente no es bueno. Heraud. ¿Yo lo he cuestionado? ¿Lo he cuestionado como hizo Hinostroza? Bueno, esto ya lo expliqué en el anterior comentario. Y no hago ningún parteaguas de la historia. Lo que hago es solo una referencia a los años 70 porque es la época en que (inspirados o no por Heraud) fueron ingresando a la Izquierda muchos de los políticos de ahora (que son, casi todos, coetáneos nuestros; es decir, mucho menores de la edad que tendría hoy el poeta miraflorino que murió en Puerto Maldonado). Ahora, respecto a la revocatoria: es cierto, saludé el avance del NO, pero ahora no estoy diciendo nada en contra. Solo hago un análisis (probablemente equivocado para algunos o muchos), pero solo es un análisis o simple comentario o interpretación, o reflexión, acerca de un hecho real (el apoyo de un Sector a Susana Villarán). Y, además, si bien pueden estar motivadas mis palabras en el tema inmediato de la revocatoria, lo cierto es que no tienen la intención ni de alabar ni de apoyar a ninguna de las dos partes en conflicto electoral. Solo se trata de un tema referido a la Izquierda en el Perú, a una parte de la Izquierda peruana. Nada más. Y finalmente debo decir lo que anuncié que iba a afirmar el 17 de marzo: el porqué de una afirmación que hice. Dije hace unos días, y tú debes recordarlo seguramente, que yo no iba a votar por el SÍ. No voy a votar por el SÍ, pero tampoco voy a votar por el NO. Y no me desdigo de nada, Tulio. Como lo notaste muy bien, nunca he mostrado una inclinación por alguna de las dos opciones. Por una simple razón: no soy parte interesada en el tema. Pero, con todo derecho creo yo, y con libertad, expreso mis "inútiles" reflexiones. Yo voto en el Callao, y aquí felizmente no enfrentamos un tema tan complicado como el de Lima y no estaremos sometidos a decidir el destino municipal en una tan horrosa cédula como esta de la que ya hemos hablado antes. Un abrazo otra vez, Tulio. Y que me disculpen algunos por lo urticante que pueden ser algunas de las cosas que suelo decir por este medio. No es mi intención sacar de quicio a nadie. Solo ejercer mi derecho a pensar y a expresar mis pensamientos, en un país en el que felizmente no hay todavía una ley negacionista que nos amarre la lengua y las manos. Sé que Susana (y Fernando, su hermano) son tus amigos y, por eso (créeme, te lo digo sinceramente), me gustaría que el 17 de marzo no sea revocada. Esperemos. Abrazos más!

Tulio volvió a intervenir: ¿Insidia, burla? Nadie ha usado esas palabras, nadie te ha dicho apestado (¿de qué), nadie te puede negar tu derecho de opinar, en tu muro. Sí creo que tocas sensibilidades y quieres calificarlas de "posiciones". Yo milité en el PUM, muchos acá estuvieron en IU y tu alegremente nos dices que despreciamos al pueblo, del cual te sientes ser la parte indignado por la gestión de los caviares o pituquitos de izquierda. ¿ Cómo llamamos a eso? No es una buena manera de conversar entre amigos. Mejor será que esperemos la serenidad y la franqueza. Un saludo.

Enseguida yo: La serenidad tal vez. La franqueza no tiene que esperar nada, porque está presente siempre. Un saludo y otro (ya no sé cuantos van) abrazo!

Tulio, finalmente: No te entiendo, querido Bernardo, dices que no votarás por el SÍ ni por el NO, luego dices que vives en el Callao. ¿Para qué tomarte la molestia de generar una polémica sin conocer tu "posición" viviendo en un sitio que no está comprometido? Será por la libertad de prensa que reclamas y nadie te ha coactado. Como dije, dejémoslo en este punto, pero la amistad no es una licencia para aceptar incriminaciones falsas o predispuestas. Un abrazo también.

Y finalmente yo también: Bueno, la amistad no ha estado ni estará en entredicho, Tulio. Amigos y hermanos. Un abrazo!

domingo, 3 de febrero de 2013

EPÍSTOLA PARA JORGE VEGA "VEGUITA" / Carlos "Coco" Meneses (desde Palma de Mallorca)

                                          
    Veguita: la culpa es mía, te debí haber telefoneado más veces. Pero te noté tan firme cuando sólo tenías un sólo ojo que pensé que ninguna desgracia te iba a derrotar. Por mi descuido de no volverte a llamar sólo me quedó en la memoria tu imagen de l959, después salí del Perú y no te volví a ver más.

    Te recuerdo de 18 años llegando a la redacción de Ultima Hora donde conocías a alguien y querías trabajar (es un decir) en ese diario. Casi diría simultáneamente me enteraba de que tu papá se dolía  porque no querías estudiar y pensaba que el futuro que te esperaba sería muy negro.

   Afortunadamente se equivocó tu padre, lástima que no se enteró del equívoco. Tu futuro fue dorado. Formaste parte de la redacción de Ultima Hora, te vi llegar varias veces a esa redacción con las manos vacías de noticias. Estabas en la sección Locales y te transportaron a Deportes. Parece que algo hiciste o alguna información trajiste, aunque de fútbol y box no tenías ni idea.

   Ya en los últimos días que estuviste en ese diario de Baquíjano tomamos algo en el Romano, tú cerveza y yo un chilcano de pisco. Y me hablaste de libros algo que me asombro y me gustó. Después, mucho después me empezaron a llegar noticias de tus andanzas siempre con libros bajo el brazo. Figura a la que se denomina “sobaco ilustrado” pero que perdía valor en tu caso. De los libros antiguos que vendías a tu nutrida clientela intelectual leías no sólo algunos.

   Ahora tengo la tentación de telefonearte, pero te fuiste sin dejar dirección, como anotan los carteros cuando no encuentran al destinatario. Así que te escribo estas líneas y no utilizo una botella ni la lanzo al mar, la dirijo al Paraíso de los Bohemios y trato de calcular cuántos litros de cerveza te habrás bebido a lo largo de tu vida. Te prometo que en nuestro próximo encuentro beberé cerveza contigo.

   Buena estancia paradisíaca!
  
   Tu  viejísimo amigo,

           Carlos Meneses “Coco”

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Texto enviado desde Palma de Mallorca, por Carlos Meneses

sábado, 2 de febrero de 2013

LA IZQUIERDA MARXISTA: NO UNA ESPERANZA, SINO UNA TERCA FRUSTRACIÓN:


Puse en mi "muro" del Facebook, el jueves 31 de enero, lo siguiente:


Que me disculpen mis amigos, pero tengo que decirlo. Después de la caída del Muro y las experiencias vividas en nuestro país, la Izquierda marxista hace buen rato que dejó de ser un sueño a futuro, una ilusión, una esperanza o algo así. Ahora es lo más decadente que puede haber. En lugar de sueño, una permanente pesadilla; en vez de ilusión, una alucinación de opio; y no una esperanza, sino una terca frustración.


Un amigo insertó su comentario cuasi "ad hominem":


Parece que los marxistas te quitaron algo, Bernardo. Tal vez hayan sido tu pesadilla y causantes de frustraciones muy personales. Mejor enfila tus armas contra apristas y fujimontesinistas que no tienen más sueños que apropiarse de las arcas del estado. No hay nada más decadente que ellos. (Dante Castro)


Otro, ya con tono medio intolerante y casi agraviante, dijo:


Sólo la ignorancia, la supina ignorancia, puede ser condición para hacer afirmaciones como la hecha. ¿Qué lees Bernardo? Por supuesto, confundes el totalitarismo militarista cubano o chino, o el stalinismo en Rusia, con el comunismo, que aún no se ha realizado, pero que es un virtualidad sin la cual sería impensable el capitalismo neo liberal.  (Santiago López Maguiña)


Respondí:


No confundo, estimado Shanti. La Izquierda marxista -que es a lo que me refiero- no es el "comunismo que no se ha realizado". La Izquierda es una realidad, la que he descrito con palabras precisas. No se puede poner en entredicho (y yo y creo nadie lo ha puesto) a algo que no existe. Sería absurdo cuestionar a lo que se supone y muchos esperan ha de llegar. Se puede dudar de que llegue, pero no de lo que en caso de llegar signifique (bueno o malo). Los cristianos dicen "Cristo viene o vendrá". Yo pienso que no vendrá, dudo de que regrese. Pero no puedo afirmar que será bueno o malo si viene. No soy adivino.


Siempre en el mismo tono, este amigo volvió a intervenir y puso sobre la mesa un montón de títulos, como diciendo esto: "Lee, so ignorante!":


Bueno, bueno, hay que ponerse a leer, hay que informarse. Ahora en las universidades, en las facultades de letras y mucho menor medida en las de ciencias sociales, los libros de los amigos S. Zizek, Alain Badiou, Jacques Ranciere, Antonio Negri, Giorgio Agamben, y largo etc., son muy leídos. Son autores que tienen un pensamiento originado en la obra de Marx. Sigue vigente la revista The new left review. Y hay muchos libros que publica Verso de Londres, que desarrollan argumentaciones marxistas. Has una visita a Amazon, a las revistas especializadas, en fin... (Santiago López Maguiña)


Luego apareció esta rotunda y decente intervención:


Exactamente, Santiago. Los marxistas siguen contribuyendo...(Dante Castro)


Dije yo:


Claro que hay contribuciones de marxistas. Y todo lo que dices, Dante (hace bastante tiempo recuerdo habértelo dicho) es cierto y coherente, razonable. Pero exponer argumentos, similares a los de los testigos de Jehová ("en tal o cual versículo está dicho que Cristo vendrá, y eso es indiscutible") es otra cosa. Es algo así como como asegurar que, sí o sí, los extraterrestres tienen tal o cual característica porque lo dijeron los "ufólogos" que, como sabemos, nunca estuvieron en Ganímedes. Opio.


Otra intervención:


Por lo que enuncias Bernardo se ve que estas bastante desinformado. Es difícil admitir que la argumentación matemática de un Badiou sea comparable a la de un evangélico, si bien desarrolla una teología materialista, pues tiene un libro sobre San Pablo. (Santiago López Maguiña)


Mi comentario final:


La argumentación matemática de Badiou no está en tela de juicio. Y nunca he dicho que esa argumentación pueda compararse con la de un evangélico. Hablo de esto: ponderar las bondades de un comunismo que aún no se ha realizado (y "que vendrá") es como afirmar que "Cristo viene, prepárate". Dante Castro, como siempre, habla de hechos concretos: de aportes de los marxistas. Y yo hablo también de situaciones concretas: de la desorientación en que se encuentra la Izquierda, gran parte de la Izquierda después de la caída del Muro, desorientación que es real, que se ve, que en muchos casos la lleva a tener que buscar otro ropaje, otro lenguaje, otros gestos. Y -¿se entiende, no?- el ropaje, el lenguaje, los gestos a los que aludo, no se encuentran en los libros ni menos en la argumentación matemática. Para los evangélicos la llegada de Cristo y la vida feliz está "comprobada" (argumentada cuasi "matemáticamente") en un libro: la Biblia; pero al menos ellos tienen lo que sería digamos un punto a su favor, y que según dicen son las pruebas o indicios de su "verdad": la realidad (catástrofes, guerras, hundimiento moral, etc.) que dizque nos muestra que ya "va a llegar el día". La realidad, respecto del marxismo (salvo que alguien tenga la superpoderosa capacidad de demostrar lo contrario) pone ante los ojos unos indicios, evidencias o pruebas que le son adversos, y, como sabemos, Marx nos enseñó que la realidad no se comprueba con criterios idealistas, sino materialistas, pragmáticos. La realidad es la que ayuda a esclarecer las cosas. Colocar sobre la mesa de gabinete una variedad extensa de libros y ponernos, con cualquier tipo de fórmulas, a efectuar contrastaciones, comparaciones, interpolaciones, etc, es decir, efectuar sesudos ejercicios intelectuales, para convencernos que el marxismo en la práctica triunfó o fracasó, no será confesión de ignorancia supina, pero sí de una risible ingenuidad. El viejo Karl -si nos viera allí como jugando Scrabble- movería la cabeza, de izquierda a derecha: "No, muchachos, yo nunca enseñé eso", exclamaría, apesadumbrado. ¡Un abrazo!


Un remate con buen humor:


Chúcaro, chúcaro, chúcaro Bernardo...pero creo tienes razón! ("Alma Libre")


Yo:


Chúcaro, no, Alma; solamente libre.