Puse en mi "muro" del Facebook esto:¿Alguien se ha puesto a pensar por qué los sectores "acomodados" (La Molina, Surco, Miraflores, San Isidro...) son los que, sin dudas ni murmuraciones, apoyan a Susana Villarán? Bueno, yo sí me he puesto a pensar. Creo que es porque la sienten, están seguros, y efectivamente así es, que ella es de los suyos. Saben o, mejor dicho, ya se convencieron, que su izquierdismo no es dañoso para ellos sino todo lo contrario. Han llegado a darse cuenta de que tan solo se trata de una manera "suigéneris" de ejercer una suerte de "proyección social" de arriba hacia abajo, dando la apariencia de horizontalidad ("inclusiva" diría alguno), algo así como la puesta en práctica de la "buena acción del día", acaso para expiar culpas o pecados (qué se yo). Cuando los hijos de las "familias bien" se "convirtieron" a la Izquierda (años 70) probablemente causaron resquemor, rechazo, urticaria, pataletas y preocupación en sus familias (¿Has visto? Qué horror, darling, mi hija metida de comunista. ¡No lo puedo creer!). Pero andando el tiempo las cosas fueron cambiando; ah, pero no es que hubiese llegado la resignación o cosa parecida. No, nada de eso. Lo que ocurrió fue que se dieron cuenta de una lenitiva verdad y la asumieron cabalmente: no pasaba nada, nada más, nada peor que una grotesca rebeldía (de adolescentes politizados), para la que antes, como padres formados en una educación "monetarista" y sin sentimientos sociales, aún no se hallaban preparados. Cuando aquellos jóvenes "contestatarios" que cantaban canciones de Quilapayun, que usaban morrales medio mugrientos (pero de cuero) y, en el caso de las chicas, vestían faldas largas como de Hippies y el desenfado era su sello a la hora de sentarse en posición de “flor de loto”, cuando ellos –repito- llegaron a “formalizarse” en organizaciones o “colectivos”, los padres asiduos al Club Regatas por fin supieron que aquello que creían era una sustancia venenosa no era más que una crema volteada, nada inocuo. Por qué los sectores populares son los que menos la quieren, y quieren revocarla, es otra cosa. No tengo segura la respuesta, pero estoy convencido de que no es porque alguien haya manipulado sus conciencias.
Mi amigo Tulio Mora intervino: Lo siento, Bernardo, NO te salió bien la reflexión. Aparte es de una inexactitud que parece te hace emerger sentimientos negativos hacia esos chicos bien que alguna vez se hicieron de izquierda. Como Hinostroza, estás insultando a Javier Heraud quien inspiró con su muerte a esa generación de miraflorinos. Y creo que no conoces mucho de sus biografías. Por ejemplo, Javier Díez Canseco, hoy con cáncer terminal, vivió varios años en La Oroya, algo que tú no lo hubieras hecho. Otros se casaron con con campesinas u obreros y hasta terminaron en SL como Mezzich, lamentablemente. Así que infórmate mejor la próxima vez. No es cuestión de ironizar fácilmente. Un abrazo.
Yo contesté: Nada de lo dicho por ti contradice sustancialmente lo que dije yo, estimado Tulio. Además no insulto a Javier Heraud, primero porque jamás me he referido en ese sentido a él y porque -si lees bien- no habría ni una microscópica razón para mencionarlo, porque él no se pasó a las guerrillas durante 1970 (época de la que hablo yo). Otra cosa: no sabía que criticar o estar en desacuerdo con seguidores o discípulos de alguien significaba insultar al maestro o inspirador. Y por último, ni Mezzich contribuye a decir que los ricos son revolucionarios como piensas tú. Tú tienes tu punto de vista y yo el mío; supongo, estoy seguro, que el tuyo no está movido por simpatías ni pasiones positivas (y parcializadas) frente a un sector de la sociedad (aunque no vas a negarme que para ti los sectores populares son parte del lado débil, por "pedigüeños" y otras cosas), sino por una visión racional de las cosas. Bueno, pues, mi visión tampoco se da por sentimientos adversos frente a los "niños bien" que, según Gaby, son los que mueven el país. Un abrazo también, Tulio!
Tulio volvió: En este verano intenso he procurado mantener una conversación alturada con los amigos que disienten en este vil proceso revocador. Pero he sido directo como siempre. No es el estilo de Bernardo, por ejemplo, quien, para hablar sólo de hoy, saludó en otro post el avance del NO y ahora, como ha hecho en todo este proceso, vuelve a desdecirse con argumentos que ya rozan el odio de clase y encima me atribuye afirmaciones falaces. Que llame "pedigüenos" a ciertos sectores populares no me coloca en contra de ellos. Si ha leído a Cotler o Matos Mar sabría qué es el clientelismo que el fujimorismo exacerbó. ¿Han surgido partidos políticos de esos sectores populares? No, también debería preguntarse por qué. ¿La informalidad no es acaso una tara? ¿Y no lo son quienes se niegan a pagar impuestos, invaden calles, parques, prefieren pagar coimas? Si no aceptamos este problema entonces queremos mantenerlo o estamos buscando el retorno populista de los autoritarios. Finalmente es un poco inocente hacer un parteaguas de la historia en los 70. Los miraflorinos de izquierda de esa década se formaron con la imagen de Heraud, si Bernardo no lo sabe es preocupante. La historia es causa y consecuencia. Sostengo por eso que desprestigiar clasistamente a cierta izquierda es también subestimar el papel de Heraud. Hinostroza, poeta que me gusta, por sus poemas y su estilo directo, lo cuestionó a la mala desde una posición muy parecida a Bernardo. Lástima por los dos. Naturalmente esto no me suscita algún tipo de animadversión, pero mejor es decir las cosas claras. Los rodeos no son recomendables. NO A LA REVOCATORIA.
Pero antes, Charo Arroyo me dijo esto: Bernardo, Bernardo, te burlas con insidia de lo que no conoces. Te olvidas que Fidel Castro, el Che Guevara eran profesionales, hijos de profesionales. La egresión social no tiene que ver con las decisiones políticas.
Esto le respondí a Charo: Insidia.Burla. Asu! Eso es duro. Definitivamente, me estoy poniendo (o me están poniendo) en el lado de los apestados, indeseables, dañinos. Si ese es el premio a mi libertad de pensamientos, qué le voy a hacer.
Y esto a Tulio: No, Tulio. Yo no atribuyo afirmaciones falaces. Tú dijiste lo de "pedigüeño" y hoy lo corroboras. ¿Lo dicho por Cotler convierte a afirmaciones como la tuya en alabanzas? Hablar de clientelismo, de pedigüeños, de tara, no creo que sea algo exultante. Llamar así a los sectores populares es considerarlos como el lado débil de la sociedad, pues; y eso es lo que he dicho yo y no que tú estés en contra; nunca he dicho que tú estés en contra de esos sectores. No sé si sea tu caso, pero leer hepàticamente no es bueno. Heraud. ¿Yo lo he cuestionado? ¿Lo he cuestionado como hizo Hinostroza? Bueno, esto ya lo expliqué en el anterior comentario. Y no hago ningún parteaguas de la historia. Lo que hago es solo una referencia a los años 70 porque es la época en que (inspirados o no por Heraud) fueron ingresando a la Izquierda muchos de los políticos de ahora (que son, casi todos, coetáneos nuestros; es decir, mucho menores de la edad que tendría hoy el poeta miraflorino que murió en Puerto Maldonado). Ahora, respecto a la revocatoria: es cierto, saludé el avance del NO, pero ahora no estoy diciendo nada en contra. Solo hago un análisis (probablemente equivocado para algunos o muchos), pero solo es un análisis o simple comentario o interpretación, o reflexión, acerca de un hecho real (el apoyo de un Sector a Susana Villarán). Y, además, si bien pueden estar motivadas mis palabras en el tema inmediato de la revocatoria, lo cierto es que no tienen la intención ni de alabar ni de apoyar a ninguna de las dos partes en conflicto electoral. Solo se trata de un tema referido a la Izquierda en el Perú, a una parte de la Izquierda peruana. Nada más. Y finalmente debo decir lo que anuncié que iba a afirmar el 17 de marzo: el porqué de una afirmación que hice. Dije hace unos días, y tú debes recordarlo seguramente, que yo no iba a votar por el SÍ. No voy a votar por el SÍ, pero tampoco voy a votar por el NO. Y no me desdigo de nada, Tulio. Como lo notaste muy bien, nunca he mostrado una inclinación por alguna de las dos opciones. Por una simple razón: no soy parte interesada en el tema. Pero, con todo derecho creo yo, y con libertad, expreso mis "inútiles" reflexiones. Yo voto en el Callao, y aquí felizmente no enfrentamos un tema tan complicado como el de Lima y no estaremos sometidos a decidir el destino municipal en una tan horrosa cédula como esta de la que ya hemos hablado antes. Un abrazo otra vez, Tulio. Y que me disculpen algunos por lo urticante que pueden ser algunas de las cosas que suelo decir por este medio. No es mi intención sacar de quicio a nadie. Solo ejercer mi derecho a pensar y a expresar mis pensamientos, en un país en el que felizmente no hay todavía una ley negacionista que nos amarre la lengua y las manos. Sé que Susana (y Fernando, su hermano) son tus amigos y, por eso (créeme, te lo digo sinceramente), me gustaría que el 17 de marzo no sea revocada. Esperemos. Abrazos más!
Tulio volvió a intervenir: ¿Insidia, burla? Nadie ha usado esas palabras, nadie te ha dicho apestado (¿de qué), nadie te puede negar tu derecho de opinar, en tu muro. Sí creo que tocas sensibilidades y quieres calificarlas de "posiciones". Yo milité en el PUM, muchos acá estuvieron en IU y tu alegremente nos dices que despreciamos al pueblo, del cual te sientes ser la parte indignado por la gestión de los caviares o pituquitos de izquierda. ¿ Cómo llamamos a eso? No es una buena manera de conversar entre amigos. Mejor será que esperemos la serenidad y la franqueza. Un saludo.
Enseguida yo: La serenidad tal vez. La franqueza no tiene que esperar nada, porque está presente siempre. Un saludo y otro (ya no sé cuantos van) abrazo!
Tulio, finalmente: No te entiendo, querido Bernardo, dices que no votarás por el SÍ ni por el NO, luego dices que vives en el Callao. ¿Para qué tomarte la molestia de generar una polémica sin conocer tu "posición" viviendo en un sitio que no está comprometido? Será por la libertad de prensa que reclamas y nadie te ha coactado. Como dije, dejémoslo en este punto, pero la amistad no es una licencia para aceptar incriminaciones falsas o predispuestas. Un abrazo también.
Y finalmente yo también: Bueno, la amistad no ha estado ni estará en entredicho, Tulio. Amigos y hermanos. Un abrazo!
Ver donde otros no ven, o no quieren ver, no es cosa del otro mundo. Es cuestión de ver únicamente; así de simple. Ah, pero para ello es recomendable emplear la mirada y dejar de lado las anteojeras y también la ojeriza. Apasionarse en la vehemencia, no en el odio ni en el fanatismo. Ser tolerantes, pero no tontos. Ser perspicaces, no adivinos. Ser claros y objetivos. Ser decentes y sinceros. Justos. No esperar el aplauso fácil. Buscar la verdad. Respetar.