lunes, 23 de enero de 2012

¿AMNESIA COMO REMEDIO NACIONAL? (1)

He leído en un muro del Facebook lo siguiente: "Pero ni las guerrillas se levantaron como bandas de alucinados para hacer del crimen su motivo de existencia (...) Las guerrillas fueron eso, parte del pueblo que encaró la lucha por la transformación del país, una parte minoritaria, que recurrió a métodos vedados en la lucha política, que asesinó a sangre fría, que mostró una sanguinaria vocación por el aniquilamiento a todo aquél que no coincidiera con sus fórmulas políticas, que hizo del arrasamiento del adversario una rutina asquerosa; fue esa parte del pueblo que optó como único camino para cambiar el país el de la fuerza de la violencia."

¿Las guerrillas hicieron eso? Hasta donde sé (y en verdad sé muy poco; soy, para decirlo, con propiedad, un real ignorante) en el Perú -mucho después de lo que ocurrió durante la Campaña de La Breña), las únicas guerrillas fueron las de los años de 1960: Luis de la Puente Uceda, Edgardo Tello, Guillermo Lobatón, Máximo Velando, etc. Y tengo entendido que, ciertamente, fueron "parte del pueblo que encaró la lucha por la transformación del país". Pero nunca asesinaron a sangre fría y jamás mostraron "una sanguinaria vocación de aniquilamiento a todo aquel que no coincidiera con sus fórmulas".

Esto solo ocurrió desde mayo de 1980 hacia adelante. Fue práctica, vocación y teoría de los asesinos que tuvieron el descaro de autoproclamarse seguidores del "sendero luminoso de Mariátegui", cuando, en realidad, solo eran secuaces de un pobre diablo que con demencial soberbia se hacía llamar "la cuarta espada del comunismo mundial". Ellos no hicieron guerrilla; ellos ejercieron, con convicción, alegría (sí, pues, con alegría: acuérdense de su celebración con la danza "Sorba el Griego") y sin escrúpulos, el crimen, el terrorismo, la destrucción.

Fueron hacedores del mal. Hoy no pueden ser convocados para el bien. Sería una muestra de desprecio por nuestros muertos, casi todos hombres, mujeres y niños pobres de nuestro pueblo. Es probable que la guerra no haya terminada aún. Por ello no es digno (al menos no de parte de quienes dicen ser progresistas, inclusivos, equitativos, revolucionarios) mostrar los dientes en una sonrisa dizque "reconciliadora", como si aquí nada hubiese pasado. ¿Amnesia como remedio nacional? No, señores!