martes, 5 de diciembre de 2017

¿HAY DEMOCRACIA EN EL CASTELLANO? (Un diálogo a partir de unas frases de don Ricardo Palma)

Puse en mi "muro" del Facebook esto:

Qué extraordinario don Ricardo Palma: "Las lenguas son eminentemente democráticas, y hay que acatar las imposiciones de la mayoría habladora". "El idioma no es para los menos, sino para los más. Para mí las imposiciones de la mayoría, en materia de lenguaje, merecen acatamiento".

Y se generó la siguiente conversación:


CHARO ARROYO: Eso funciona, a pesar de las -a veces- imposiciones de la Academia. Amo a Ricardo Palma.

BERNARDO RAFAEL ÁLVAREZ: De las imposiciones que algunos académicos quisieran que se ejerzan. La Academia, como corporación propiamente dicha, hace tiempo que ha comprendido que no puede imponer, y por eso en el preámbulo del Diccionario cita a Horacio: "el uso manda".

JULIA DEL PRADO: El español es un idioma rico. Va creciendo, va tomando nuevos giros y debido a nosotros, los latinoamericanos. Ricardo Palma, si

ROSSINA CAMPODONICO: Fue, es y será.

JAMES QUIROZ: Estoy a favor de la democratización de la palabra y el uso de nuevas palabras, pero también del buen uso de las palabras clásicas, así como de la aplicación de la sintaxis. Debe fomentarse ese equilibrio.

GROVER GONZÁLEZ GALLARDO: No comparto tal opinión. Los errores de la mayoría no debieran ser adoptados como la norma lingüística. Mucho cuidado con esta clase de permisividad porque la lengua anglosajona podría en un futuro no tan distante acabar con la lengua española. Es muestra responsabilidad el velar por la integridad de nuestra lengua.

BERNARDO RAFAEL ÁLVAREZ: ¿Permisividad? ¿Hay algún guardián del idioma? Un idioma, una lengua, no es pertenencia privada de alguna institución; ni ha sido inventada por algún genio académico o algo así cuya patente le pertenezca y que le autorice a impartir prohibiciones.

GROVER GONZÁLEZ GALLARDO: Sí hay guardianes de la lengua: los usuarios educados y responsables. La permisividad podría significar la intrusión no sólo de toda clase de errores y aberraciones sino también de palabras foráneas que incluso podrían generar la desaparición de la lengua española.

BERNARDO RAFAEL ÁLVAREZ: No, hermano. Prácticamente todas las lenguas se han enriquecido no solo con palabras foráneas, sino con groserías del lumpen y... con errores.

GROVER GONZÁLEZ GALLARDO: No concuerdo, Ber, pero, desde luego, comprendo y respeto tu opinión.

BERNARDO RAFAEL ÁLVAREZ: No es opinión.

GROVER GONZÁLEZ GALLARDO: ¡En fin! 😊😊😊

CHARO ARROYO: Grover, admiro tu preocupación, pero no hay peligro de desaparición de la lengua española. Para la Academia hay dos tipos de tratamiento para los extranjerismos: los adaptados y los no adaptados; los primeros ya se españolizaron y se escriben en letra redonda; los segundos, los crudos, se escriben en cursiva, y se usan igualmente. Es decir, el español se sigue enriqueciendo. Además del aporte de los regionalismos que es inmenso. Guardianes de la lengua somos todos los que respetamos la ortografía, la sintaxis, Pero no se puede impedir que nuevas palabras se incorporen cuando son usadas por la mayoría. Ejemplos, carnet (francés) carné (español) y así muchas más.

GROVER GONZÁLEZ GALLARDO: Debe haber equilibrio y prudencia; las lenguas desaparecen, son absorbidas por las dominantes. Ciertas lenguas, por ejm. no permiten el uso de palabras foráneas. Sin embargo, hay que alcanzar un equilibrio que, des mi perspectiva personal implica no aceptar las aberraciones de la mayoría y ejercer un control razonable sobre las palabras extranjeras.

RICARDO KAJATT SUMAR: Muy buen pensamiento, pero no se trata de una trinchera donde se acomode cualquier error, no es que uno habla o escribe como quiere (no me refiero a cuestiones de estilo), sino que los pueblos le dan sentido y vitalidad a las palabras y al lenguaje.

BERNARDO RAFAEL ÁLVAREZ: Eso, "los pueblos le dan sentido y vitalidad". No la Academia.

RICARDO KAJATT SUMAR: Exactamente, los académicos deben estar conectados con el pueblo. Opino modestamente que mejor es tener academias que no tener nada.

CHARO ARROYO: Es cierto, Ricardo, la Academia es necesaria para ordenar el lenguaje y entendernos entre todos los hispanoparlantes, pero es bueno entender que la Academia no crea palabras, recoge el habla viva de los pueblos y la incorpora.

BERNARDO RAFAEL ÁLVAREZ: Exactamente, Charo.

ALBERTO VALDIVIA BASELLI: Realmente, como diría José de Valle, "la Academia hace un trabajo estupendo para hacer pasar su trabajo ideológico como neutral". Y tanto él como yo somos filólogos, por si acaso...

ALBERTO VALDIVIA BASELLI: "With more than 400 million speakers spread over every continent, the Spanish language represents a powerful social and political force in the modern world. A political history of Spanish traces the development of Spanish from a rustic regional vernacular to a multi-center world powerhouse, including the rise of Castilian as the variety of choice and the institutional control of the Royal Academy." (Traducción: " con más de 400 millones de hablantes en todos los continentes, el idioma español representa una poderosa fuerza social y política en el mundo moderno. Una historia política del español traza el desarrollo del español desde una vernácula regional rústica a una potencia mundial multi-Centro, incluyendo el ascenso del castellano como la variedad de opciones y el control institucional de la real academia.")

BERNARDO RAFAEL ÁLVAREZ: Neutral o no neutral, eso nada (salvo quizás en los académicos) tiene que hacer con la lengua real, la que hablamos todos. Sea la Academia complaciente u hostil con nuestra manera de hablar en nada influye. Repito -creo que por enésima vez-, la lengua, que es un organismo vivo, seguirá con sus propios menesteres; así como los pájaros no alterarán su vida por "influencia" de los ornitólogos. 😊

ALBERTO VALDIVIA BASELLI: Neutral la actitud de la RAE frente a la lengua, eso es lo que no existe... Una postura ideológica de la "autoridad" de la lengua modifica lo real. Para usar tus alegorías: si el Ministerio de Salud te propone que no comas cebiche, pues no vas a comer cebiche. Si la "máxima autoridad del español" te dice que no son preferibles tales palabras de tu vocabulario propio, pues vas a evitarlas (sobre todo, si te dicen que no encontrarás trabajo hablando así). Ojo que con poder (amenazando con desafiliarse de la RAE) los argentinos lograron lo que no habían logrado en siglos: que las formas verbales del voseo sean incluidas en las conjugaciones del DRAE. Durante más de 200 años los argentinos rioplatenses sintieron que "hablaban mal" al decir "vos decís". Ahora la RAE lo reconoce como válido, pero solo ahí, es decir, que el resto del español no se "contamine" con el voseo (pese a que es muy común en zonas andinas, Centroamérica continental, Paraguay, etc.)...

VÍCTOR CORAL CORDERO: Si bien Foucault recalca la importancia de las instituciones sobre el comportamiento de los individuos y está en lo cierto, en el caso de la RAE su influencia, me parece, alcanza a ciudadanos muy empapados con el buen uso del lenguaje (¿existe?), además de intelectuales, profesionales de ciertas áreas y pare de contar. La gran parte de la gente no se entera de las imposiciones cuasifascistas de la RAE. Habla como quiere y lo hace creativamente, desenfadadamente, libertinamente, acaso. El ministerio puede prohibir lo que quiera, pero si no hay control sobre la voluntad soberana del individuo común, no afecta gran cosa.

BERNARDO RAFAEL ÁLVAREZ: Dices, Alberto: "los argentinos lograron lo que no habían logrado en siglos: que las formas verbales del voseo sean incluidas en las conjugaciones del DRAE". ¿Viste? Eso es democracia: "de abajo hacia arriba". Los argentinos y su uso se impusieron. El "reconocimiento" como válido o lo que sea, es un asunto ajeno a la lengua propiamente dicha: es una "apreciación", nada más. Con o sin esa calificación, el voseo se mantenía. Lo de los consejos o recomendaciones es otra cosa: pueden o no ser aceptados y no pasa nada: la RAE no va a imponer castigos. Lo de la "propuesta de no comer cebiche" es una alegoría desconectada del tema; por razones de salud puede aconsejarse ese tipo de cosas (si determinado alimento posee agentes patógenos que pueden hacer daño), y hasta pueden ser sacados del mercado ciertos productos, por dañinos para la salud. Pero en cuestiones de lengua no pasa eso. ¿Puede la Academia prohibir el uso de tal o cual palabra por dañina, tal vez por inmoral? No.

ARMANDO VARGAS ALCALDE: ¿A dónde nos llevarán? ¿A un país de bocas sucias? Partiendo que somos últimos en educación, terminaremos guiados hacía caminos poco higiénicos...

CHARO ARROYO: Armando Vargas Alcalde, el lenguaje que hablamos no es siempre el mismo: uno es el académico, cada disciplina tiene su jerga; otro el laboral y administrativo; otro será coloquial, tenemos peruanismos, replana, jerga, lisuras, etc., etc. Y cada uno se usa en el momento oportuno, eso es lo sabio. En una entrevista de trabajo usaremos uno, en una reunión festejando el triunfo de Alianza Lima, se hablará otro.

RICARDO KAJATT SUMAR: Armando, "guiados hacia caminos poco higiénicos" ¡Maestro! Felicitaciones por esa refinada expresión para irse a... al lugar que ya sabemos. Me sigo riendo.

RICARDO KAJATT SUMAR: Como siempre, Charito tan precisa en sus observaciones, algo tan elemental que a veces olvidamos, cada cosa en su lugar, lo mismo pasa con el lenguaje; no es lo mismo el estadio que la cátedra. Saludos, Charo.

VÍCTOR CORAL CORDERO: qué feo es el idioma de Palma, con palabras enormes y espíritu conservador y totalitario.

BERNARDO RAFAEL ÁLVAREZ: ¡Jajajajajá!

CHARO ARROYO: Cómo va a ser feo, en él se encuentran dichos y los giros idiomáticos que los peruanos hasta hoy usamos: "el que no tiene de inga tiene de mandinga" y muchos más. Y palabras que sin usarse actualmente, las hemos escuchado a las abuelas, como en mi caso.

VÍCTOR CORAL CORDERO: En castellano, la poesía te exige palabras breves, bonitas, sonoras.

ALBERTO VALDIVIA BASELLI: Desafortunadamente, la lengua es dirigida desde las instituciones de prestigio (RAE, APL, escuela, universidad, periódicos diccionarios, etc.) para mantener una norma de prestigio. La democracia lingüística se producirá realmente cuando se reforme la agenda de esas instituciones de control.

BERNARDO RAFAEL ÁLVAREZ: ¿Dirigida? No. La democracia existe en cuestiones de la lengua; es en lo que existe realmente y no hace falta ni reestructurar ni eliminar instituciones académicas. La Academia no "administra", no prohíbe ni autoriza. La Academia está digamos sometida a la voluntad de los usuarios de la lengua. La Academia sabe que es así y, siguiendo aquello que Horacio reconoció en su Carta a los pisones, admite que las palabras aparecen y desaparecen como las hojas de los árboles. Los pueblos no tienen que pedirle autorización a la Academia, por ejemplo, para inventar el verbo "sencillar" de los cobradores de combi, ni para darle un nuevo significado al sustantivo "batería" nacido desde los grupos delincuenciales.

ALBERTO VALDIVIA BASELLI: Ha calado hondo el discurso de la RAE en ti, querido Bernardo, y ese es el modo de su sistema de control (Foucault y Bourdieu hacen falta leer a gritos acá). El simple hecho de que las instituciones de poder construyan una norma culta y jerarquicen los vocablos en "vulgarismos", "preferibles", "estándar", "replana", etc., es un claro ejercicio de control. ¿O crees que solo se administra al pueblo con censuras o prohibiciones?

CHARO ARROYO: No es la academia quien ha dividido en "replana", etc., son los usuarios y los escritores sobre el tema quienes han hecho esas distinciones. Tenemos que tener una base para escribir, si no cada uno lo haría como quiere y no nos entenderíamos entre los hispanohablantes. Ya tenemos bastante con los localismos.

ALBERTO VALDIVIA BASELLI: Ese es el discurso de la Academia. Ni el inglés ni el italiano tienen academias que controlen la lengua, por ejemplo. ¿No se entienden? ¿Replana no es una propuesta filológica académica? A leer los Diccionarios de autoridades desde el XVIII... Si el interés de cualquiera que escribe es de ser entendido por los otros, ¿realmente se escribiría como "se quiere" sin control de poder. Es muy cuestionable, ¿no? El mundo anglosajón, el chino, enormes, son ejemplos preclaros...

BERNARDO RAFAEL ÁLVAREZ: No, Alberto. Lo que hace la Academia (voy a hacer una medio grotesca analogía, tal vez) al jerarquizar los vocablos o darle categoría (o, mejor dicho, darles el nombre) de legua "culta" a las palabras que no son jerga o replana, no está ejerciendo control de la lengua, sino un control digamos documental o, en otras palabras, de la información que obtiene. Es como (aquí la grotesca analogía) lo que hace el INEI con los censos: controla la información obtenida (cuántos varones, cuántas mujeres, cuántos niños, etc.), ordenándola por categorías o determinados aspectos o variables, etc.; pero no maneja ("controla") el crecimiento poblacional, por ejemplo: los nacimientos continuarán dándose sin autorización de ese organismo público. Igual pasa con la RAE: maneja datos, no maneja la lengua: esta la manejamos los usuarios, haciendo que nazcan nuevos vocablos o dejando, por el desuso, que desaparezcan otros.

ALBERTO VALDIVIA BASELLI: Es muy interesante que hayas usado el verbo "controlar" para el INEI en tu analogía de la RAE. Siempre que se "cataloga" se ejerce control simbólico, se le atribuye un valor por encima de otros. La RAE no controla "los nacimientos" de las palabras, pero sí su cualidad de válidas o no (como el INEI atribuye el valor simbólico de mayoría ética o minoría religiosa a cualquier población catalogada/controlada). No confundas el ser (la palabra) con el valor (prestigio). Es muy fácil de ver: ¿Cuántos peruanismos están registrados en los lexicones de J. de Arona, Ricardo Palma y Martha Hildebrandt (que, encima, es secretaria permanente de la APL) y cuándo de esos peruanismos están en el DRAE? Poco más de un tercio. ¿No es ejercer un control de la lengua culta cuando los españolismos están todos en el DRAE y los latinoamericanismos no llegan ni al 45%? ¿Hay o no sistemas de poder y control tras esto? No estoy diciendo nada nuevo, Bernardo Rafael Álvarez, la glotopolítica (cruce entre poder y lengua) es un campo que existe hace 25 años...

BERNARDO RAFAEL ÁLVAREZ: Definitivamente, creo que va a ser (supongo que absolutamente) imposible ponernos de acuerdo. Control de datos lingüísticos no es lo mismo que control de la lengua. Lo del "prestigio" es un asunto digamos subjetivo, una "apreciación" o -usando tus palabras- un "control simbólico". Nada más. Cuando catalogas los libros de tu biblioteca, los ordenas por orden alfabético por títulos o autores, o por materias, etc. lo que haces, en buena cuenta, es "controlarte" a ti mismo, quiero decir: tener los elementos convenientes para -por ejemplo- saber ubicar o encontrar con facilidad los libros que quisieras y no perder tiempo buscándolos y buscándolos (o, si se quiere -como decía Borges-: "ejercer de un modo silencioso el arte de la crítica"); pero ese "control" no incide, alterándolo, en el prestigio -llamémoslo real- o la calidad de las obras que conservas o, diciéndolo con más simplicidad: no porque colocas "Cien años de soledad" junto a "Salsa en muere" de José Benavides, esta novela se convierte en tan bella y prestigiosa como la del Nobel colombiano. El sistema de poder real de la RAE existe, pero solo en el manejo académico o de catalogación de informaciones lingűísticas, no en la lengua misma; no envía agentes encubiertos a los barrios a ejercer un "reglaje" sobre los usuarios para ver si están usando bien o no la lengua. Repito: los cobradores de combis y los delincuentes seguirán inventando nuevas palabras o nuevos significados sin preocuparse en los "escrúpulos" de la "docta corporación matritense"; y el que las nuevas palabras sean o no incluidas en el DRAE, sean o no llamadas cultas, en nada cambia la realidad. Bueno, finalmente debo decir una cosa: ha sido bacanazo (o lindazo, que es el adjetivo que suelo usar 😊) conversar por este medio contigo, querido Alberto; como siempre con respeto y decencia. ¡Un abrazo, hermano!

ALBERTO VALDIVIA BASELLI: Sí, Bernardo, no nos pondremos de acuerdo. Te imaginas que lo simbólico no tiene trascendencia en "el mundo real" cuando lo simbólico es lo real. Por ello es considerado "ignorante" quien usa vocablos entendidos como replana, por eso no se le permite el acceso a privilegios de clase a quien "habla mal" como dice Charo o cualquier profesor peruano que se haya formado fuera de los debates internacionales sobre la lengua. Nada es inocente; todo construye jerarquías de valor. Siguiendo a Borges, él decía que le daban pena los libros que clasificaba con las letras del medio del alfabeto, porque nadie acude a ellas, porque están en la posición trillada del centro, de la mediocridad… ¡Un abrazo, Bernardo!

BERNARDO RAFAEL ÁLVAREZ: ¡Un abrazo, Alberto! Repito; ha sido bacán este encuentro "virtual".

CHARO ARROYO: Alberto Valdivia, ¿qué significa para ti democracia lingüística?

BERNARDO RAFAEL ÁLVAREZ: Democracia lingüística: ¿Dirigida? No. La democracia existe en cuestiones de la lengua; es en lo que existe realmente y no hace falta ni reestructurar ni eliminar instituciones académicas. La Academia no "administra", no prohíbe ni autoriza. La Academia está digamos sometida a la voluntad de los usuarios de la lengua. La Academia sabe que es así y, siguiendo aquello que Horacio reconoció en su Carta a los pisones, admite que las palabras aparecen y desaparecen como las hojas de los árboles. Los pueblos no tienen que pedirle autorización a la Academia, por ejemplo, para inventar el verbo "sencillar" de los cobradores de combi, ni para darle un nuevo significado al sustantivo "batería" nacido desde los grupos delincuenciales.

ALBERTO VALDIVIA BASELLI: El momento en que tengamos una hegemónica heteroglosia, pues la democracia lingüística será posible. Cuando no haya mecanismos de control institucional de la lengua, nos acercaremos. Desafortunadamente, la democracia absoluta es un imposible, porque los controles simbólicos desde el dispositivo "distinción" existirán mientras haya clases de poder...

CHARO ARROYO: No hay control institucional, lo que hay es una recopilación de palabras y reglas para escribirlas que vienen desde 1492 con la primera "Gramática de la lengua castellana" de Nebrija. Reglas siempre han existido.

ALONSO RABI: El hablante es un sujeto soberano.

ALBERTO VALDIVIA BASELLI: Sí, mis estimados, y el hábitus no existe.

ALBERTO VALDIVIA BASELLI: Sí, claro, 1492 es equivalente a "siempre". ¿Y el español de XIII, del XII, el del IX, y seguimos, que M. Pidal decía que castellano desde el VIII...

ALONSO RABI: Hoy 2017 enseño en mi curso de lengua II que toda variedad lingüística es legítima y que ningún rasgo es superior a otro. Corregir es muchas veces una discriminación disfrazada. El hablante es dueño de su habla.

VÍCTOR CORAL CORDERO: No hay espacio más hiperdemocrático, por no decir anarco, que el de las variedades lingüísticas.

CHARO ARROYO: Si una persona se presenta a una entrevista de trabajo, y como es dueña de su habla, le dice al gerente que lo entrevista: "Sorry, causa, me vacilaría esta chamba siempre que no me atarantes con que haz esto o lo otro. ¿Manyas?”. ¿Crees que le darían el trabajo? Aunque sea profesional según sus papeles y tenga una maestría, se pensaría que es impresentable como imagen de la empresa. No considero, como docente, que corregir una vulgaridad o dar ejemplo de corrección al hablar sea discriminación. Discriminación sería burlarse y hacer sentir mal a la persona, Pero enseñar a hablar bien a una persona para que pueda competir en el mundo del trabajo...

BERNARDO RAFAEL ÁLVAREZ: Claro, pero eso es, como dice Alonso, discriminación. Si porque habla de ese modo grotesco le niegan la posibilidad de trabajar, ¿qué es lo que se está haciendo?, discriminando, pues. Si se niega la oportunidad a alguien por ser afrodescendiente, es discriminación racial, y si se hace lo mismo con quien habla de modo diferente es, simple y llanamente, discriminación por razones, digamos, lingüísticas (porque el empresario "culto" o, en fin, el sistema, siente "asco" por la replana)…

ALONSO RABI: Charo, no confundamos las cosas. Existen contextos de uso. En el caso de una entrevista laboral, se supone que se apela a un registro un poco más formal. Lo mismo en la universidad, en una exposición, por ejemplo. Yo les pido a los alumnos que expongan usando el registro formal, luego en sus casas o en sus ratos libres pueden usar jerga o lo que les parezca. Lo que yo no puedo hacer, para aclarar más esta situación, es corregir a un estudiante que usa la forma "haiga" en vez de "haya", porque eso es un rasgo fonético que delata la influencia de otra lengua. Si yo corrijo eso, estoy violentando una forma de hablar que es plena y legítima.

ALONSO RABI: Mejor enterarse antes de caer en el prejuicio colonial. No hay manera correcta manera de hablar ni nada que se le parezca. LO que hay es la capacidad de manejar varios registros de una misma lengua, de acuerdo a los contextos.

ALONSO RABI: Lo demás es conservadurismo puro.

BERNARDO RAFAEL ÁLVAREZ: Alonso dice, en otras palabras, lo mismo que yo: la lengua fluye sin importarle lo que piense o disponga la Academia.

ALBERTO VALDIVIA BASELLI: No, Bernardo. Fíjate en el video que postea. Propone que todas las variedades son válidas, actitud que no recoge la RAE.

BERNARDO RAFAEL ÁLVAREZ: Alberto, ¿yo he dicho lo contrario? La lengua la manejan (o controlan) los mismos usuarios, no la Real Academia. ¿O es que a la "docta corporación matritense" se le ha ocurrido alguna vez decirle a los peruanos de las distintas regiones, "oye, no hables así"? Lo que se dice en el video, entre otras cosas, es esto: "las variedades del castellano también se diferencian por su gramática, es decir, cómo LOS HABLANTES combinan las palabras o por la forma particular de algunos elementos gramaticales". ¿Eso lo maneja la Academia (neutral o no neutral)? No. Eso lo manejan LOS HABLANTES. ¿Viste? Es lo mismo que digo, "redigo" y sigo diciendo. 😊

BETSY RECAVARREN: ¡Qué lindo debate! Alonso Rabí, deberías invitarlos a tu programa de Libros en Canal 7.