martes, 14 de febrero de 2012

CARRASPERA


Qué desorden fructuoso sobre el escritorio

Junto a la computadora

En los estantes

Casi en el piso

Casi un aniego de luz



Cojo un libro y leo/

El tiempo se contrae y deslíe

Como lágrima descolgando pesares

De tumbo en tumbo por las cornisas del templo

Extiendo los brazos

Hablo solo

El verbo es una crisálida y un resplandor



Dejo el libro y leo/

Y converso expuesto a las brasas del día perdido

La euforia de los árboles desnudos que bostezan

Escupiendo sombras sobre la luna indiscreta

De aquella ventana lenguaraz

Y la tímida melodía de los pájaros que picotean

La rala espesura de la niebla y su imprudencia

Conspiran candorosa y torpemente contra

Los gargajos de la libertad ovillada en sus alas rotas



Estropeo el libro y leo/

Casi muerto casi borroso

Cargo el montón de memorias y esperanzas

De las horas enmohecidas

Como escarabajo estercolero

Y apelo a las palabras de Kafka

Como alegato y ofensa

Como frágil soporte y desasida compañía

Como arena movediza y precipicio amordazado:

“saltar por la ventana”

Desde el asfalto llega el vaho y la duda



Pierdo el libro y leo/

A ver si sobrevivo a mi sombra reseca

De corteza desdeñada por el musgo y las polillas

Clavo mi mirada de cincel enmohecido

En la piel espuria del sol vespertino

Que tritura mi carcajada azarosa y grotesca

Y sueño con encontrar allí en ese fuego impío

El espejo del que rebote la calma traspapelada

Entre apuntes poemas y frustraciones



Recupero el libro y leo/

La indiscreción irresponsable de la carraspera me condena

Y se empeña en yugular el verbo y su carne


Es probable que de tanto soñar y lamer la sal sobrante del mediodía

La realidad desmesurada se convierta en estropajo/



El libro se estremece/ su palabra es agua/ Kafka estornuda




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(7 de marzo 2011)