lunes, 23 de mayo de 2022

A JOSÉ MARÍA ARGUEDAS

 

Pedro Crespo Refoyo*

 

Para el músico zamorano, Alberto Jambrina Leal, y, también, para mi amiga barranquillera, María Del Castillo Sucerquia, eminente difusora cultural, poeta y traductora.

      



"La semilla es pequeña, pero rompe cualquier piedra, cualquier roca y la hace florecer".   (J. M. ARGUEDAS)

 

ESTAS que ves aquí, viejas encinas,

José María Arguedas, 

son las mismas que viste recorriendo

las tierras sayaguesas y alistanas

de una Zamora pobre y cenicienta,

cuando viniste a España de ultramar,

mediados los cincuenta

del siglo de las Guerras y las siglas,

buscando tradiciones con estudios

de campo y de mochila, con tu cámara

y cuatro o seis libretas Moleskine.

 

   YA pocos te recuerdan, buen maestro,

en aquella posada de Bermillo

de Sayago, con pocos adelantos

bajo la ruin grisalla,

entre tantos arrieros con su carga

preciada en los serones 

y aquellas sus palabras sazonadas

de rústica pujanza lusitana

y algún leonesismo,

que tú apuntabas siempre

en el papel, Arguedas, de alma en vuelo,

porque todos han muerto, ya tú ves.

 

¿Recuerdas las sus voces, su retranca

y aquella desconfianza

de un color ratonil: 

los ceños renegridos y algo hostiles?

 

   Y TE hablan de alcornoques y dornajos,

atarjeas, jergones, cornejales;

de las artesas y panes cenceños,

de partijas, cambizas,

del Duero y de arribanzos,

de jaras y tomillo sanjuanero,

de flores de amargaza y de torvisco...,

maestro Arguedas, viajero lejano

de las tierras peruanas:

contemplador de parvas y betijos

de chivos destetados.

 

¡CUÁNTA ciencia y novela,

cuánta antropología de esta tierra

de Portugal limítrofe,

para levantar mundos

de pura humanidad, maestro Arguedas,

llevados al Perú!

 

Viendo como florecen

y se abren, como madres parideras,

las rocas berroqueñas

con el leve braceo de una encina.

 

RECIBE mis sentires, buen Arguedas, 

lo mismo que esa bala

que, con alevosía, 

te apartó de esta vida,

derrotado que fuiste por la diosa

amada por nosotros, compañero:

la silenciosa bruma muslijunta

de la Melancolía.

 

_______________________________________

*Pedro Crespo Refoyo. Nació en Bermillo de Sayago, provincia de Zamora, España, en 1955. Es licenciado por la Universidad de Salamanca y doctor en Filología Hispánica por la UNED. Investigador y crítico literario. Medievalista, etnógrafo y folklorista. Experto en narratología.