miércoles, 19 de enero de 2022

¿USTED ES LA CULPABLE?



«Aunque su referente es siempre una segunda persona, pues designa al interlocutor a quien se habla, gramaticalmente es un pronombre de tercera, pues procede, etimológicamente, de la contracción del grupo nominal vuestra merced; por ello, si funciona como sujeto, el verbo debe ir en tercera persona: 'Usted, doctor, DUERMA un poco' (...); así, pues, es incorrecto hacer concordar usted(es) con un verbo en segunda persona». 

Esto, lo transcrito arriba, ¿saben dónde aparece dicho? En el Diccionario Panhispánico de Dudas (DPD), que -como sabemos- es de la Real Academia Española (RAE). 

Como se ve, a pesar de que con el pronombre USTED  el hablante no solo se refiere, o «designa« -siempre- a la persona a quien tiene enfrente (a su interlocutor), sino -fundamental y principalmente- se dirige a ella (que es -hay que decirlo ya-, gramaticalmente, la segunda persona), a pesar de esto -repito- para la RAE este pronombre ¡es de tercera persona! Pero, tengo que decir, con absoluta convicción y enfáticamente, que eso es completamente falso y, además, absurdo, señores. Aquí mi explicación: 

Sí, «procede, etimológicamente, de la contracción del grupo nominal vuestra merced». Sin embargo, tal origen, es decir, su etimología, no incide (no tiene por qué incidir) en su verdadero significado, tampoco en su calidad gramatical y menos en su uso, pues, como sabemos -y la RAE lo sabe mucho mejor-, la etimología solo nos proporciona una referencia y hasta incluso una explicación acerca de eso que ya está dicho: la procedencia -llamémosla «histórica»- del vocablo (en este caso, del pronombre en cuestión), su origen (es decir, de qué palabra o expresión proviene); pero nada más. Claro, antes se decía «vuestra merced«, con lo que, digamos, literalmente, el hablante se dirigía al interlocutor que tenía al frente, pero haciendo alusión (no adrede, naturalmente) a lo que podríamos llamar una «tercera persona» (una dignidad, una gracia, una voluntad, una entidad...). Es decir, se dirigía a su interlocutor, pero lo hacía como si estuviese invocando a alguien o a algo que no se encontraba materialmente presente (en buena cuenta, aludía a un ente invisible al que nombraba como "merced" y virtualmente era asumido como una suerte de «pertenencia» de esa segunda persona: «vuestra merced», o «la merced de usted» (o, dicho de otro modo: «tu merced», «la merced tuya», pero expresado con cierta reverencia); más claramente, era como si estuviese diciendo -disculpen lo burdo del ejemplo- «vuestra camisa» o «tu camisa»), y -así- el verbo se conjugaba, naturalmente, en tercera persona porque, como en el ejemplo -repito- se refería a «la camisa» y no al interlocutor.  

Ahora eso no es así, porque ya no decimos «vuestra merced» (salvo, claro, en algunos países). Se decía «vuestra merced», pero hoy, simple y llanamente, se dice «usted» y solo «usted»; y con este pronombre ya no se alude a ninguna «tercera persona» sino única y directamente a aquella que se tiene enfrente, con la que se está hablando; o sea, el interlocutor al que se nombra. Este pronombre, única y exclusivamente (¡entiéndase, por favor!) es el sinónimo o equivalente del pronombre «tú», pero empleado «como tratamiento de cortesía, respeto o distanciamiento» (que es como, acertadamente, dice el DLE en su edición 22, del año 2021) o, como se señala en el Diccionario de Autoridades (Tomo VI, de 1739), «es síncopa de V. m" y es usado como "tratamiento cortesano, y familiar»; y cuando lo usamos no nos ponemos a pensar en «mercedes», «altezas» ni ninguna entelequia por el estilo, sino únicamente en la especial consideración que nos merece nuestro interlocutor. En resumen: Es cierto, «usted procede de la contracción del grupo nominal vuestra merced»; pero el pronombre y el grupo nominal referidos no significan lo mismo; no son expresiones sinónimas: «vuestra merced» no es lo mismo que «usted». 

Por otra parte, el hecho de que el pronombre en cuestión se haga coordinar con una conjugación verbal que normalmente solemos usar para la tercera persona, no altera su naturaleza gramatical. USTED (mientras el uso -árbitro, juez y amo”, en estas cosas- no lo cambie) ha sido, es y será, siempre, un pronombre de segunda persona, con valor y significado autónomo; porque, repito: «usted» no es lo mismo que “vuestra merced”, aunque su origen haya estado en ese grupo nominal. Insisto: «Usted» es -en el uso y gramaticalmente- un pronombre de segunda persona, y punto. La gramática, señores, no depende del criterio, o capricho, de los académicos, sino del uso.

Ahora, respecto de la concordancia verbal no cabe otra cosa sino señalar o precisar que con el pronombre USTED acontece una situación particular o excepcional en que -como ya se vio- corresponde concordarlo con una conjugación verbal que en la generalidad de los casos se emplea para la tercera persona; esto, sin embargo, no significa que se altere su naturaleza o calidad gramatical ni semántica, pues esta concordancia es válida y legitima y no hay en ello nada de agramaticalidad: el que se trate de una situación particular no hace que la construcción deje de ser perfectamente gramatical. La conjugación verbal con la que hacemos concordar el pronombre «usted» corresponde, en efecto, a la tercera persona, pero solo cuando va unida a pronombres que también son de tercera persona: «él», «ella», «ellos». Con el pronombre «usted», el verbo suena y se escribe igual que como si estuviera con el pronombre «él», pero solo es eso: suena y se escribe igual (dicho de otro modo, más puntualmente: parece); sin embargo, su conjugación corresponde estrictamente a la segunda persona (insisto: la segunda persona tratada «con respeto, cortesía y distanciamiento»), lo cual, gramaticalmente, es correctísimo. Si no fuera así, simple y llanamente, estaríamos ante una confusión de los mil demonios, un caos comunicativo que hasta tal vez podría ser motivo de hilaridad; pero no es así, pues está establecido y legitimado (y gramaticalmente validado por el uso) que lo correcto es decir, por ejemplo: «usted es», y no el disparate «usted eres» (en que sí hay -y es obvio- agramaticalidad).  

A propósito de situaciones disparatadas, veamos: Si el «usted» fuera pronombre de tercera persona (como, aparentemente, lo dicen convencidos los académicos de la RAE), entonces sería válido que ocurriese cosas como esta: si alguien se colocara frente a mí y dijera «¿Cómo se llama usted?», yo no tendría por qué contestarle pues debería entender que no es a mí a quien está preguntando, sino sabe Dios a qué tercera persona; solo le contestaría si es que la pregunta fuera esta: «¿Cómo te llamas tú?».  Se entendió, ¿verdad? Bien.  

Lo que para los demás casos es una conjugación en tercera persona, para el caso de la concordancia con el pronombre "usted" la conjugación corresponde, sí o sí (o sea, exclusivamente), a la segunda persona: así de simple. (A ver si lo siguiente ayuda a comprender mejor la situación. En Argentina se dice: «Decidí tú», o vos. ¿Acaso es una expresión con el verbo «decidir» en pretérito perfecto simple de la primera persona? No. De lo que se trata es de una expresión con el verbo en imperativo -«decide tú»-, pero dicho en la manera particular propia de los argentinos: «decidí». En el país de Carlos Gardel, «decidí» es, como en todas partes, pretérito perfecto simple de la primera persona, pero, en frases como la del ejemplo- es imperativo, pues: No vamos a decir -porque sería descabellado- que los argentinos al dirigirse a su interlocutor lo tratan con un verbo conjugado en primera persona).   

Como he afirmado siempre, el étimo de una palabra (de otro modo: su etimología, su origen) solo explica eso: su procedencia; es decir, únicamente vale como referencia "histórica" respecto del origen de esa palabra; y, aunque a veces el significado original y el de la palabra derivada coinciden, no tenemos que asumir que esto sea algo obligatorio, ineludible (que el significado de la palabra actual dependa de la voz o expresión de la que se originó, que esté sometida a ella), porque no es así: las palabras no están subyugadas a su etimología, sino al uso, «árbitro, juez y dueño en cuestiones de lenguas» (Horacio dixit).  

Concluyo: USTED es, y seguirá siendo, un pronombre de segunda persona, aun a pesar de su etimología (que, como lo diré siempre, su valor es meramente referencial y no incide en los significados ni menos en el uso) y de la creencia equivocada de que la conjugación del verbo con que concuerda corresponde únicamente a la tercera persona. USTED no es un pronombre de tercera persona como, equivocadamente, considera la RAE. 

Ah, y tal cosa -que, en buena cuenta, es una aberración- no solo aparece en el DPD, sino -curiosa y lamentablemente- en la última edición del Diccionario de la Lengua Española (DLE), que alteró -de modo absurdo y por alguna extraña razón- la correcta definición dada en la edición del 2001.  Esto es lo que aparecía, en aquella edición (la 22), respecto de «usted»: «pron. person. Forma de 2.º pers. Usado por tú como tratamiento de cortesía, respeto o distanciamiento». Esta es la definición correcta que, por justicia (y como muestra de rigor académico y, sobre todo, de sentido común), debería ser, ya, restablecida en el repertorio lexicográfico oficial (es lo que propondré). Y vean lo que aparece en la edición actual: «2. pron. person. 3.pers. m. y f. pl.». Si «usted» es, como dicen, un pronombre plural, ¿por qué el ejemplo de uso que ponen es «USTEDES los artistas» y no «USTED los artistas»? Incoherencia, ¿verdad? (Bueno, haré mi propuesta, a ver si los ilustres académicos tienen a bien disponer -como es lo correcto- la necesaria modificación en el Diccionario).

[Conjugación del verbo «ser» en presente de indicativo:

*Primera persona en singular: Yo soy.

*Primera persona en plural: Nosotros somos. (Ojo: «yos» y «yoes» son plurales de «yo», pero no del pronombre sino del sustantivo).

*Segunda persona en singular: Tú eres / usted es / vos eres, sois, sos.

*Segunda persona en plural: Ustedes son / vosotros sois.

*Tercera persona en singular: Él es / ella es.

     *Tercera persona en plural: Ellos (ellas) son].  

Algo adicional, casi a manera de coda: Si nos atuviésemos al pintoresco y absurdo criterio "gramatical" de los académicos de la «docta corporación matritense» y aceptáramos que tanto «él» como «usted» son pronombres de tercera persona, entonces sería exactamente lo mismo si yo dijera, por ejemplo, lo siguiente: «usted está comiendo pan» y «él está comiendo pan»; pues ni «usted» ni «él» serían interlocutores míos, sino personas distantes con las que no tendría ningún contacto directo (terceras personas). Esto sería, simple y llanamente, absurdo, absurdo y jocoso hasta la pared de enfrente. 

Empero, considerando que la cosa es seria, creo que bien vale hacer uso de las palabras dichas por la propia Real Academia Española, porque ellas -aunque parezca increíble- sirven de sustento a lo que vengo diciendo. Veamos lo que afirma en la Nueva Gramática de la lengua española (las negritas son intervenciones mías, por si acaso): «Las llamadas PERSONAS DEL DISCURSO designan los participantes en el acto verbal: el que habla (PRIMERA PERSONA), aquel a quien se habla (TERCERA PERSONA). Ejemplo: Tú es un pronombre de segunda persona». Y continúa: «Así, el pronombre usted designa la segunda persona, entendida como "persona del discurso" (A), es decir, aquel a quien se dirige alguna información». ¡Clarísimo, absolutamente clarísimo! Finalmente, agrega esto: «Sin embargo, por razones etimológicas, induce en el verbo rasgos de tercera persona (B): Usted cant-a, Ustedes bail-an...». Dice: «Induce en el verbo rasgos de tercera persona». Induce "rasgos" (o sea, características, atributos, apariencias) en el verbo; pero esto no significa que el pronombre "usted" se convierta en un pronombre de tercera persona, no se altera su naturaleza. (Ya expliqué antes hasta dónde puede llegar la incidencia de la etimología: solo tiene que ver con la procedencia de una palabra). La mismísima RAE (naturalmente, sin querer) le da amparo a mi insistencia: «Usted» no es pronombre de tercera persona. (Por tanto, repito: el Diccionario debe ser modificado en la entrada respectiva). Creo que es suficiente.*                                 

© Bernardo Rafael Álvarez

 


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*Lo que sí, definitivamente, corresponde a la tercera persona es el adjetivo posesivo "su", pero cuando es empleado en frases como esta, por ejemplo: «Te cuento: ayer vi a mi amigo Jorge que, contento, paseaba por el parque llevando a su hijito cogido de la mano». Sin embargo, también es un adjetivo posesiva de segunda persona: «Veo, señor profesor, que ahora usted ha venido sin su acostumbrado sombrero». Sin embargo, para los de la RAE, hasta este adjetivo posesivo solo es «de tercera persona».