sábado, 10 de junio de 2023

¿AUTOMOTRIZ O AUTOMOTOR?

En la sección "El habla culta" que nuestra ilustre lingüista Martha Hildebrandt tenía en el diario El Comercio (8 de julio, 2019), encontramos lo siguiente: «Es muy frecuente que nuestros diarios y otros medios de comunicación utilicen locuciones nominales erróneas como *seguro automotriz, *crédito automotriz, *repuestos automotrices*». Pero, la verdad, no solo en los diarios, sino también en el habla cotidiana, y esto también lo había reconocido doña Marthita en su valioso libro "El habla culta" (2003): "... muchas personas de habla culta incurren en el error de usar el adjetivo femenino motriz calificando a sustantivos masculinos: impulso motriz, sistema motriz, por ejemplo". Así es. Y se dicen, igualmente, expresiones como estas: "taller automotriz", "parque automotriz". Nuestra inolvidable académica las calificaba -yo lo vimos- como "locuciones nominales erróneas" y, más rudo aún, Fernando Lázaro Carreter (el académico español que -¿recuerdan?- vivía medio atormentado por el verbo "aperturar") consideraba que eran muestras de "un arraigado disparate". 

"Locuciones erróneas", "arraigado disparate". ¿Por qué? Bueno, se asumía y sigue asumiéndose, hasta ahora, que prácticamente todos los sustantivos y adjetivos terminados en "-triz" ("emperatriz", "obstetriz", "actriz", "institutriz", "motriz", "automotriz", "generatriz") son -gramaticalmente- femeninos, solo femeninos. Por ello es que el casi prohibitivo Diccionario Panhispánico de Dudas (DPD) afirma categóricamente lo siguiente: "Es incorrecto el uso de motriz referido a sustantivos masculinos: impulso motriz", y agrega: "Debe evitarse el error frecuente de usar los femeninos en -triz referidos a sustantivos masculinos". Repito: hasta ahora. 

Pregunto: ¿De verdad "es incorrecto el uso de motriz referido a sustantivos masculinos"? ¿Se trata, realmente, de un "disparate"? ¿Con qué argumento lingüístico sustentaríamos una respuesta afirmativa a estas preguntas?

Básicamente, debemos tener en cuenta que el sufijo "triz" (del lat. -trix, -trīcis) tiene, digamos, la función de formar adjetivos y sustantivos femeninos, como los que hemos visto: actriz, emperatriz (sustantivos); generatriz, directriz (adjetivos). Efectivamente, actriz es, siempre, una mujer, como mujer es siempre, también, una emperatriz (no hay actrices ni emperatrices que sean varones). Género femenino, sin lugar a discusión, en estos sustantivos. ¿Y qué debemos decir respecto de los adjetivos mencionados? Generatriz y directriz están relacionados con sustantivos femeninos y, así, podemos decir, por ejemplo: línea generatriz, idea directriz. ¿Y por qué no podemos, como hacen muchos, decir "impulso directriz"? Obvio, más de uno responderá: "El adjetivo debe coincidir en género con el sustantivo correspondiente, y eso no es lo que ocurre en la secuencia "impulso automotriz", pues "impulso" es sustantivo masculino y "generatriz" es adjetivo femenino; en consecuencia, estamos ante una construcción gramaticalmente irregular y, sobre todo, incorrecta y, por tanto, inválida.

La respuesta está, plenamente, ajustada a la norma: "... los adjetivos concuerdan en género y número con el sustantivo del que se predica o sobre el que inciden" (Nueva Gramática de la Lengua Española, 11.1f). O sea, todo claro, ¿verdad? Sí, todo claro. En consecuencia, diríamos que vale lo dicho por el DPD, que ya he citado: "Es incorrecto el uso de motriz referido a sustantivos masculinos: impulso motriz".

Bien, aquí surge otra pregunta (tal vez a la manera socrática, en busca de la verdad). ¿Qué es lo incorrecto en asuntos lingüísticos o, más específicamente, en cuanto a cuestiones idiomáticas? Probablemente, la respuesta más aceptable sea que se considera incorrecto a todo aquello que no se ajusta a las reglas (gramaticales, ortográficas). Así, por ejemplo, cometo un error si no pongo la tilde respectiva, donde corresponde, en una palabra aguda que termina en "n", "s" o vocal; y, obvio, también si a un sustantivo masculino le asigno un adjetivo femenino. 

Concordancia en género, pues. Y no solo con los adjetivos sino, también, con los artículos: el, la. Ahora, sobre esto, nuevamente pregunto: ¿Qué pasaría si, v.g., en lugar de decir "el calor" digo "la calor", o "la color", en lugar de "el color"? Cierto, podría saltar, otra vez, el DPD ("el casi prohibitivo", dije antes), para advertirnos -como, en efecto, lo hace- que allí no debemos emplear el artículo "la", ya que ambos sustantivos son voces masculinas "en la lengua general culta" y que "su uso en femenino, normal en el español medieval y clásico, se considera hoy vulgar y debe evitarse". Como vemos, ya son tres los calificativos implacables: "locuciones erróneas", "arraigado disparate" y, ahora, "uso vulgar". ¿Estaríamos ante un atentado contra una regla o norma de cumplimiento obligado, que deba acatarse a pie juntillas? Mi respuesta enfática: No.

"Color" y "calor" son, efectivamente, sustantivos masculinos, pero también son usados como femeninos, y no solo en textos literarios ("con finalidad arcaizante", dice el DPD -¡qué ocurrencia, caracho!-), sino también, con frecuencia, en el habla común de muchas gentes y en diversos espacios. Ocurre lo mismo con "mar", cuyo empleo en femenino no se da únicamente "entre la gente de mar (marineros, pescadores, etc.)". Ah, y es conveniente recordar que estos usos no son recientes. El Diccionario de Autoridades (Tomo II, 1729) ya hacía referencia al uso en femenino de estos sustantivos. Respecto de "mar", indica que es sustantivo ambiguo ("s. amb"); y, sobre "calor" y "color", afirma lo que enseguida transcribo textualmente. Calor: "Es voz puramente latina, y algunos la hacen femenina, diciendo la calor"; Color: "Aunque lo más proprio y conforme a su origen es usar este nombre como masculino, algunos le usan como femenino". (Por cierto, hay que entender que cuando habla de "algunos" no se refiere a cuatro o cinco personas). 

Ahora, ¿resulta razonable la recomendación o consejo ("debe evitarse") que nos hace, respecto de los sustantivos "calor" y "color", el Diccionario Panhispánico de Dudas? ¿Por qué no se muestra, igualmente, escrupuloso frente al uso femenino del sustantivo "mar"? ¿Y por qué no hace lo mismo, también, con "puente" o "tilde" que, aunque no mayoritariamente, también admiten el femenino y el masculino, respectivamente? ¿Reglas selectivas? Lo qué pasa es que en estas cosas -ya es tiempo de decirlo- no hay nada inamovible. Por eso (aunque no viene, precisamente, al caso), según la norma, para los sustantivos femeninos que empiezan con "a" tónica se emplea únicamente el artículo masculino, por aquello de la cacofonía: el agua, el águila, el alma, el hacha, etc.; sin embargo, no decimos "el árbitra" o "el hache", y cuando nos referimos al femenino del sustantivo "ácrata" (partidaria de la acracia) no usamos el artículo masculino. Es que, repito, la rigidez, definitivamente, no es cualidad ni menos principio en el uso de las lenguas. La lingüística no es un asunto matemático.

Bueno, a estas alturas creo que ya es tiempo de volver a lo de "automotor' y "automotriz', ¿verdad? Y es cuando surge una nueva pregunta: ¿Qué resultaría afectado si, en lugar o además de "taller automotor" o "parque automotor", decimos "taller automotriz" o "parque automotriz"? No se dañará el sistema de protección frente a accidentes de tránsito, y el número de vehículos que hay en la ciudad no será alterado. Tampoco será lastimado el idioma castellano. Todo seguirá igual. Cosa distinta pasaría si, por ejemplo, a un actor le decimos "actriz" y nombramos como "emperatriz' a un emperador. Se entendió, ¿no es cierto? Claro.

Dije que la rigidez no es cualidad ni menos principio en el uso de las lenguas, que no hay nada inamovible en esto; por ello es que hice referencia al femenino del sustantivo "ácrata", ya que, a pesar de que comienza con "a" tónica, en su caso debe emplearse el artículo en femenino. Esto, debido a que, cuando los sustantivos que comienzan por "a" tónica designan seres sexuados y su forma es única para cualquiera de los dos géneros, el artículo empleado siempre será "la" si el referente es femenino, pues -como bien dice el DPD- "este es el único modo de señalar su sexo". 

Como vemos, apareció aquí un término no mencionado antes: "sexo". Y es cuando debo aludir a las eventuales implicancias que tendría el hecho de llamar "actriz" a un actor y "emperatriz" a un emperador. Si eso ocurriera estaríamos ante un verdadero disparate, y no precisamente de carácter gramatical sino, digamos, relacionado con un asunto sensible, el de la propia identidad de cada uno de los aludidos; quiero decir que -por razones obvias- no nombraríamos como hombre a una mujer, ni como mujer a un hombre.

¿Y podríamos, en cambio, decir -por ejemplo- "taller automotriz" o "parque automotriz", sabiendo que los sustantivos mencionados son masculinos y los adjetivos son femeninos? No sé cuál podría ser la respuesta de los académicos, pero la mía es clara, directa y rotunda: sí. Estoy convencido de que no habría (no hay, realmente) ningún problema si hiciéramos tal cosa, como en verdad hacen muchos.

Efectivamente, "taller" y "parque" son sustantivos a los que les corresponde el género masculino; pero esto es así porque les hemos asignado ese género, arbitrariamente y no porque pudiéramos haber encontrado correspondencia entre dicho género y alguna característica "natural" de los objetos nombrados ("taller", "parque"), pues no lo hay debido a que los seres inanimados no tienen sexo. Sin embargo, hemos asumido convencionalmente (y es lo que recoge la norma) que no es correcto que a un determinado sustantivo le asignemos un adjetivo de género opuesto al suyo y, en tal sentido, todos reprobamos (y no solo académicos) que se diga, por ejemplo, "sombrero blanca" o "mesa redondo" por ser "escandalosamente" notoria la discordancia que allí se presenta, pues sabemos que en nuestra lengua los adjetivos y sustantivos masculinos y femeninos se distinguen, sobre todo (no únicamente),  por estas desinencias: "-o" en el masculino y "-a" en el femenino.

Sin embargo, tal reprobación (mayoritaria, quiero decir) no se daría (y de hecho, no se da) respecto de expresiones como "taller automotriz" o "parque automotriz", ya que en estos casos la falta de concordancia gramatical solo es advertida por las personas de "elevada cultura", que saben -porque lo han leído en el Diccionario- que con el sufijo "-triz", proveniente del latín, se "forma adjetivos o sustantivos, unos y otros, femeninos, que significan agente". Por eso es que, como dije al principio -citando a la doctora Hildebrandt- mucha gente, incluidos periodistas de "diarios y otros medios de comunicación" (es decir -aunque parezca increíble- también personas cultas), suelen usar expresiones como "seguro automotriz", "crédito automotriz", etc.; porque es evidente que les interesa poco o nada parar mientes en el género y significado etimológico del referido sufijo y lo prefieren por la indiscutible eufonía que le da a los adjetivos que, en el uso, han terminado convirtiéndose en ambiguos en cuanto al género (con uso en masculino o femenino): "parque automotor", "parque automotriz"; "seguro automotor", "seguro automotriz", "crédito automotor", "crédito automotriz". ¿Es, gramaticalmente, "monstruoso"? No. Como no lo es, tampoco, con los siguientes adjetivos que, como ocurre con todos los adjetivos ambiguos, no terminan en vocal "o" ni "a": independiente, tolerante, alegre, servicial, valiente, inteligente, leal, cruel, genial, amable, feliz, etc. 

Como repetidamente lo he dicho en otras oportunidades: el uso manda y hace que aquello que en un momento fue "incorrecto" deje de serlo y adquiera validez y legitimidad. Y algo más debemos tener en cuenta: El hecho de que los sufijos en latín "-trix", "-trīcis" sean femeninos, no es condición que obligue a que el sufijo español derivado de ellos también tenga que ser únicamente femenino. La etimología explica el origen de las palabras, pero no impone normas de uso ni significados; eso corresponde a la potestad, el arbitrio, de los propios hablantes. 

Nada hay, pues, que -razonablemente hablando- impida que el adjetivo "automotriz" y, por cierto, también "motriz", puedan ser empleados con sustantivos masculinos como taller, parque, repuesto, seguro, crédito, impulso, etc. Conclusión: ¿Automotriz o automotor? Con sustantivos femeninos, solo "automotriz" ("industria automotriz", "ingeniería automotriz"). Y para referirse a sustantivos masculinos, ambos ("parque automotor", "parque automotriz"; seguro automotriz", "seguro automotor"; "crédito automotor", "crédito automotriz"). Esto, aunque no guste a algunos, lo está imponiendo -porque así lo quiere- "el uso, árbitro, juez y dueño en cuestiones de lengua" (Quinto Horacio Flaco dixit).

                                                                 © Bernardo Rafael Álvarez