viernes, 13 de enero de 2023

"NUMERA'O, NUMERA'O, VIVA LA NUMERACIÓN": Abreviatura de los números ordinales

De frente al grano: Por ejemplo, las abreviaturas que yo hago de los números ordinales son y seguirán siendo (espero que siempre) las que aprendí desde niño, y no las aprobadas por la Real Academia Española (RAE). Como ustedes saben números ordinales son aquellos que expresan orden o sucesión y el lugar que en una serie ordenada ocupa cada elemento: primerosegundotercero, etc. Si mal no recuerdo, al menos hasta hace unos treinta y cinco años yo estaba seguro de que no había regla alguna que determinara el procedimiento para la formación de abreviaturas (lo digo, tomando como referencia un diccionario Larousse ilustrado de 1988, que, a la letra, decía: “No existe regla absoluta para la formación de abreviaturas. En general, se adoptan las primeras letras de la palabra…”). Años después supe que la RAE había asumido como norma la representación numérica de los ordinales -su abreviatura, propiamente-, usando números arábigos, de un modo particular. Veamos, previamente, lo que dijo la "docta corporación matritense" al respecto: Entre las abreviaturas que incluyen letras voladas forman un grupo especial las correspondientes a los numerales ordinales que se crean combinando la cifra que representa al número de orden con las terminaciones voladas a, o, er, que corresponden a la palabra numeral abreviada" (Ortografía de la lengua española, 2010). Bien. Esta es la forma asumida por la RAE para escribir dichas abreviaturas: poniendo el respectivo número natural seguido de un punto y luego una letra volada que corresponde a la última del nombre de la cifra (1.º, 2.º, 3.º, etc.), o las dos últimas letras si es que se trata de los nombres apocopados (1.er, 3.er). La RAE no explica (y creo que nunca lo ha hecho) el porqué del punto entre el número natural y la letra volada.* Repito: las abreviaturas de los números ordinales yo no las escribo de ese modo. ¿Por qué? Porque no le encuentro sentido a la presencia de ese punto allí ubicado, entre el número y la letra o las letras finales del nombre que, como dije, van en volada (o sea, chiquitas y en la parte alta); y, además, porque, como ya se vio, no he encontrado por ninguna parte una explicación convincente que justifique razonablemente tal cosa. Pregunto: Si, como dije, la letra volada es, en verdad, la última del respectivo nombre ("primero", "segundo", "cuarta") y se coloca obviamente para que la cifra no sea pronunciada, por ejemplo, como "uno" o "primer" o "dos" o "segund", sino "primero" o "segundo" o "cuarto", según corresponda, ¿qué papel cumple el involuntariamente imprudente y antipático punto colocado entre el número y la letra o letras voladas? Creo que ningún papel o función con significación específica alguna; solo es, por decir lo menos, absurda su presencia (ni siquiera sirve de adorno). ¿Cuál es la forma tradicional de escribir las abreviaturas de los ordinales, que yo he conocido y que en el Perú ha sido y sigue siendo de uso frecuente y de la que yo no quiero desprenderme? Esta: 1º, 2º, 3º, 4ª...; 1er, 3er; formas de expresión gráfica en las que -como creo es obvio- la cifra escrita representa a la raíz del nombre que corresponde al número ordinal (primer..., segund..., tercer..., cuart..., prim..., terc...) y la letras voladas hacen, digamos, la función de desinencias, con que se completa el nombre y se determina, además, el respectivo género: masculino o femenino (primer/osegund/otercer/ocuart/aprim/erterc/er). ¿Tiene alguna justificación que se separe con un punto lo que viene a ser, repito, la desinencia, de lo que es la raíz de la palabra, para expresar gráficamente la abreviatura de los números ordinales? Estoy plenamente convencido de que no tiene ninguna justificación, que eso es descabellado. ¿Dirá alguien que, como está indicado en el Diccionario Panhispánico de Dudas (DPD), "(se) escribe siempre punto detrás de las abreviaturas"? No es lo correcto, puesto que el mismo lexicón aclara que eso no sucede "en el caso de aquellas (abreviaturas) en las que el punto se sustituye por una barra: c/ por cable, c/ por cuenta"; y existen también las abreviaturas que van entre paréntesis y sin punto: (a) por alias. O sea, hay excepciones: una de estas debe ser, sí o sí (lo digo sin un milímetro de duda) el caso de las abreviaturas o representaciones numéricas de los ordinales. Bien. Creo que muy pronto (tal vez en las próximas horas) enviaré mi propuesta al organismo correspondiente: la RAE, a ver qué atención le brindan. Mientras tanto, insisto: de que seguiré escribiendo como siempre, sin ese inútil y medio vandálico punto, la abreviatura de los números ordinales, lo prometo, lo seguiré haciendo; soy cholo terco, pues. ¡Un abrazo, amigos queridos!


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Debo decir, sin embargo, que es necesario y justo hacer una precisión. Después de conocer parte de lo aquí dicho por mí (pues se lo envié),  la Fundación del Español Urgente (Fundéu RAE) me acaba de indicar, textualmente (por medio de correo electrónico), que la forma de representar las abreviaturas que yo cuestiono, corresponde en realidad a “la grafía tradicional, que se puede encontrar en las obras académicas normativas desde, como poco, el siglo XIX, aunque haya obras que, por lo que comenta, no las hayan recogido o explicado debidamente”. O sea, no es nada nuevo como yo creía. No he tenido acceso aún a alguna obra normativa de aquel tiempo, pero -efectivamente- en un libro de 1879, que conservo como una joya en mi biblioteca (Ancachs y sus riquezas minerales, de Antonio Raimondi) al señalar las “condiciones esenciales” para que un ferrocarril pueda exportar ciertas producciones (página 23), hace, por ejemplo, esta indicación: “2.º  Que pase por las poblaciones más importantes del Departamento”. Como se ve, usa la abreviatura en que aparece la cifra seguida del punto y finalmente la "o" volada (o superíndice). Sin embargo, al referirse a la primera de esas “condiciones esenciales”, solo pone el número y la "o" volada (1º); y, es más, en la página 26, los números ordinales están representados así: 1a. 2a., 3a., 4a., 5., 6a. ¿Qué revela esto? Que, no había pues, una norma que obligara a escribir de una determinada manera las abreviaturas de los números ordinales. Ergo, la abreviatura con solo la cifra y la letra volada, que muchos usan desde sabe Dios cuándo, era y es válida, pues (coexistían distintas formas); y, por tanto, válida es, también, mi propuesta aquí explicada. (17/01/2023)


© Bernardo Rafael Álvarez