Hace unos años (en abril del 2012) escribí y publiqué este artículo en mi blog y ayer lo “colgué en
Facebook:
Hay personas que consideran que "aperturar"
es un sinónimo de "abrir" -es decir, antónimo de "cerrar"-;
claro, un sinónimo "incorrecto", dicen. No lo es, exactamente. Nadie
dice, por ejemplo, "voy a aperturar la puerta", "voy a aperturar
mi cartera" o "estoy aperturando mis ojos". ¿Alguien ha escuchado
expresiones como estas? Nadie. Lo que sí suele decirse son cosas como las
siguientes: "Voy a aperturar una cuenta en el banco", "se
apertura el acta", "se apertura la sesión", etc. Cuando se
quiere decir "abrir una puerta" se emplea a veces expresiones como
esta: "Se dio apertura a la puerta", pero jamás "se
aperturó". Porque sería una barbaridad: y el pueblo, inteligente, casi
siempre sabe lo que hace. La Academia no acepta esta forma verbal, al menos
hasta ahora y, según tenemos entendido, muchos académicos la consideran
"incorrecta" y, como tal, deleznable. Fernando Lázaro Carreter decía,
irónico, lo siguiente: «Aperturado el camino, nada impide que lecturar
sustituya a leer, baraturar a abaratar y licenciaturarse a licenciarse». Bueno,
la verdad es que tampoco es para "abrir el camino" que se emplea el
verbo de marras. El Diccionario Panhispánico de Dudas afirma tajantemente (casi
como una prohibición) que "Su uso no está justificado (???) y debe evitarse" y cita,
entre otros, este ejemplo de uso encontrado en algún diario español:
"Ordeno que esos contenedores sean aperturados y revisados" (DHoy
[Ec.] 8.7.97) ". Usos como este no son los más comunes y creo que al menos
en el Perú no se dan; sí, en cambio, son pan de cada día expresiones como esta
que también consigna como ejemplo el Diccionario referido: «Ayer domingo la
Cooperativa Agraria de Producción Casa Grande aperturó sus Terceros Juegos de
Verano» (Comercio [Perú] 14.1.75)"; obvio, ejemplo peruano tenía que ser.
Es que "aperturar" no es un verbo que signifique precisamente
"abrir", sino, más bien, "dar inicio a algo", o,
digamos, "inaugurar". Cuando se dice "aperturar el acta" nadie
está queriendo decir que el libro como tal va a desplegarse y ponerse a la
vista sus páginas, sino que va a iniciarse la redacción del documento
correspondiente. Cuando uno va al Banco y decide "aperturar una
cuenta", lo que quiere no es que le "abran" su secreto bancario
o cosa parecida, sino que "le den de alta" como cliente de la entidad
financiera, es decir, dar inicio a su relación efectiva con el Banco. Es
evidente que "aperturar" es una forma verbal (un neologismo) que ha
surgido por ese afán, legítimo y a veces de mal gusto, de buscar expresiones
"majestuosas", elegantes: aperturar, sin duda, tiene "más
caché" que el silvestre "abrir" y por eso es que -obviamente- se
le prefiere para ciertas circunstancias "especiales", no para
aquellas tan comunes como abrir una puerta; pero la razón --cualquiera sea- por
la que pudo haberse originado su uso, no invalida al vocablo. Bien. En
situaciones como la referida, respecto del verbo "aperturar", no
debemos decir que se trata de algo incorrecto, sino simplemente que es una
forma verbal que aún no ha sido incorporada al Diccionario oficial por la
Academia, pero que por ser generalizado su uso, la hemos convertido en
legítima (la legitimidad de una palabra la dan los usuarios, no la
Academia); por tanto, correcta. La virtual prohibición que la Academia hace a
través del Diccionario Panhispánico de Dudas, es un exceso de celo que carece
de justificación y, más que eso, es un despropósito, pues la RAE puede
recomendar, pero no tiene autoridad para "dar licencias de uso" ni
menos para "prohibir". Otra cosa: Aquello de que el uso del verbo
aperturar "no está justificado", es completamente absurdo; ¿qué
quiere decir la RAE con eso?, ¿que debe demostrarse la importancia o la
utilidad de ese verbo, o probar su existencia "con razones
convincentes, testigos o documentos"? Su importancia o utilidad no tiene
que ser demostrada ante la Academia. Lo que sí es dable demostrar es su
existencia (el uso del vocablo); pero la verdad es que esta demostración ya la
tiene la RAE, y en el mismo Diccionario, en que cuestiona su uso, lo dice:
"A partir del sustantivo apertura ('acción
de abrir'), se ha formado el verbo aperturar,
que ha empezado a utilizarse en los últimos años"; "(e)s
especialmente frecuente en el lenguaje bancario, donde se ha puesto de moda la
expresión apertura de una cuenta".
¿Por qué, entonces, la docta corporación matritense se resiste a incorporar, en
el Diccionario académico, el verbo aperturar que
nada de monstruoso tiene? ¿Acaso porque hay gente a la que no le gusta, que le
parece "horroroso"? La lengua no es un asunto de cosmetología. ¿Dirán
que basta con el verbo abrir?
Ya lo dije: aperturar no
es exactamente igual que abrir;
y aun si fuera lo mismo, ¿acaso está prohibida -o es que tal vez incomoda- la
existencia de los sinónimos?
Seguidamente se aperturó esta simpática
discusión:
James Quiroz.-
Aperturar una investigación. Usado en el derecho penal.
Bernardo
Rafael Álvarez.- Claro: iniciar.
Julio Cesar Sifuentes Reyes.- ustedes
que son listos en el idioma, APERTURAR es un verbo?
Bernardo Rafael Álvarez.- Empleando
la técnica del "descarte": ¿Es sustantivo? No. ¿Es adjetivo? No. ¿Es
adverbio? No. ¿Es artículo? No. ¿Es pronombre? No...¿Qué diablos es?
Verbo. 😀 ¿Se usa para nombrar, designar, calificar... ? No. Se usa
para expresar una acción. Pero, ojo, no está en el Diccionario de
la Real Academia Española, señor. ¿No? Y a mí, qué. Es un verbo y punto, porque
así lo usamos y, como sabemos, el uso manda en estas cuestiones. Paciencia,
paciencia, ya la Academia lo incluirá en su
"mataburros". 😀 ¡Un abrazo, paisa!
Grover González Gallardo.- Ber:
"aperturar" es sencillamente una aberración. Como abogados, sabemos
que se emplea en el ámbito jurisdiccional pero es un disparate y además es
malsonante. Una persona culta jamás usaría ese término a menos que sea "Dar
apertura a..."
Grover González Gallardo.- Ah... felizmente
el DRAE no ha reconocido su vigencia... aún.
Bernardo
Rafael Álvarez.- ¿Aberración? En la creación de palabras o en la
asignación de significados no existe aberración. Se usa en el terreno del
derecho, sí, pero no solo allí. No es un disparate. Lo "malsonante"
de alguna palabra no se debe a la palabra misma, sino al oído que la
escucha. Las palabras se crean, o asumen significados distintos, por un principio que es básico en asuntos de la comunicación: la arbitrariedad, y esto es legítimo,
válido y aceptado. No existe ley académica (RAE), jurídica, moral, religiosa,
física, poética, ni de ninguna otra índole, que señale pautas o reglas para
crear palabras o asignarles significados. La única ley es la arbitrariedad de
los usuarios, el "porque me da la gana, pues". La Academia tarda,
pero en algún momento termina asumiendo la realidad e incluyendo el neologismo
en el Diccionario. La Academia no es, no puede ser, no debe ser, censora ni
guardiana del idioma.
Grover González Gallardo.- Mano,
sé bien tu posición pero reitero que para mi oído y de las personas que se
hallan apartadas del ámbito judicial es malsonante y no es utilizada. No
imaginas a Borges, por ejemplo, decir "aperturar" cuando se puede
decir Iniciar" o "Dar inicio a..." En fin.
James Quiroz.- Aperturar,
recepcionar, apersonar, son palabras que nacen debido a su uso masivo en los predios
del derecho. No son malsonantes, ni disparates, pero es cierto que hay mejores
palabras para reemplazarlas. Disparate sería pretender no asumir una realidad
concreta como es su uso masivo y eso es lo único que advierte la RAE, no su
sonoridad.
Bernardo Rafael Álvarez.- Claro. Y disparate sería que la
Academia nos ordene, como un mandato irremisible, el uso de determinadas
palabras por ser "inamobiblemente correctas". 😀
Bernardo Rafael Álvarez.- Puede recomendar o aconsejar, pero no autorizar ni prohibir.
Grover González Gallardo.- Coberturar, empoderar, etc., en fin.
Yo creo que son aberraciones y me alegro de que reconozcas que hay palabras
disponibles para reemplazarlas. La realidad? De qué realidad hablamos? De la
gente del ambiente judicial (Que no se caracteriza precisamente por su
conocimiento del idioma o de la gente en general que destruye el idioma todos
los días? El lenguaje evoluciona; es cierto, pero no todo cambio o evolución ES
PARA MEJOR.
Grover González Gallardo.- Tiene una función descriptiva; lo
cual, en la práctica es decir que en el fondo, muy en el fondo se sabe para qué
sirve...
Bernardo Rafael Álvarez.- ¿Qué es lo mejor o peor en la
evolución de las lenguas? No hay mejor ni peor.
Grover
González Gallardo.- Ber, creo que sí; pero es tan solo mi opinión. No se
debe hacer una cuestión de estado por esto.
Bernardo
Rafael Álvarez.- Un amigo, hace algunos años, me decía -en una conversación- algo parecido a lo que dices tú. En otras palabras me decía que era una
aberración el uso de la palabra "evento" para referirse a actividades
programadas o anunciadas.
Bernardo Rafael Álvarez.- Y, la verdad, no es así. Evento
"era" otra cosa. Ahora es eso que fue, pero también tiene otro
significado. Y es legítimo.
Grover González Gallardo.- La primera acepción de
"aberración" es ...1. f. Grave error del entendimiento.
James Quiroz.- ¿Las palabras nacen del habla culta?
Claro que no; nacen del habla popular, ya ps Grover, en los predios judiciales
y cualquier predio el habla dominante es el general, el de la gente andante, la
que destruye el idioma como dices, ese elitismo recalcitrante no tiene sentido
en lo concerniente a la elección de las palabras de parte de la RAE.
Bernardo Rafael Álvarez.- Claro, "grave error del
entendimiento". Pero eso nada tiene que ver con si es o no correcto o
aceptable el verbo "aperturar". En todo caso sería aplicable a mi
persona (por el error de mi entendimiento). 😀
Bernardo Rafael Álvarez.- No, James. Del habla culta no nacen. Y
tampoco (salvo unos cuantos casos) son creadas por los académicos ni los
escritores, sino por el pueblo "inculto", por la gente de los bajos
fondos: delincuentes, cobradores de combis, etc.
James Quiroz.- Eso dije, revisa.
Grover González Gallardo.- Hay que ser reflexible; es cierto
para no caer en el elitismo pero hay extremos inadmisibles como
"coberturar", "empoderar" etc. Por favor, tiene que haber un
mínimo de cuidado con el idioma, no permitamos un cambio caótico. La lengua
debe tener un equilibrio entre la posibilidad de evolucionar pero al mismo
tiempo un cuidado con su riqueza lingüística.
Bernardo Rafael Álvarez.- Claro, James. Solo complemento
lo que dijiste. Solo que debi poner: Claro, es como dices. Y
metí la pata y puse "No".
Grover González Gallardo.- Entendimiento se considera entre
otras cosas en la habilidad para usar la lengua.
Bernardo Rafael Álvarez.- Nada es inadmisible en las lenguas,
estimado Grover.
Grover González Gallardo.- Respeto tu opinión mano; pero creo
que sí porque tiene que haber normas no estamos en el ámbito poético donde la
libertad es total.
Bernardo Rafael Álvarez.- ???? ¿Y por qué la libertad total
debe ser solo para los poetas? ¿Por qué ese privilegio? Los que que tienen la
amplísima facultad de crear, regular, modificar y extinguir palabras, son los
usuarios de la lengua, el pueblo. ¿El pueblo depende o está sometido a la Real
Academia de la Lengua? No. ¿La ley del embudo? ¿Poetas sanos y sagrados?
Grover González Gallardo.- Los poetas son privilegiados!
(Bajaron del Olimpo, ¿recuerdas? 😀
Bernardo Rafael Álvarez.- ¿Bajaron? Se cayeron y se dieron un
contrasuelazo. 😀
Grover González Gallardo.- A consciencia del porrazo fue que se
volvieron poetas.
Bernardo Rafael Álvarez.- Bueno, como ya está a punto de
terminar la asamblea, ¿qué te parece si sometemos a votación el asunto, para
seguidamente aperturar el acta? 😀
James Quiroz.- Jaja. Eso es lo que pasa cuando los
poetas se distraen en la forma más que en el fondo, pierden el rumbo adorando
el lenguaje. 😀
Bernardo Rafael Álvarez.- ¡A votación! 😀
Grover González Gallardo.- ¿El fondo? Hmmmm cuál es el fondo
aquí? Creo que es un asunto tan complejo habrá diversas opiniones.
Bernardo Rafael Álvarez.- Hace
muchos años, para mí era "malsonante" y absurdo lo que aparecía en
los documentos administrativos: "Visto, pase a la Oficina de... para su
archivo". O sea: para que sea archivado el documento
("archivo" era usado, digamos, como una suerte de
"verbo", la acción de archivar). Yo entendía que lo correcto era decir "... para su
archivamiento". Sin embargo, pasó el tiempo y la Academia sumió
"archivo" como "acción y efecto de archivar". (DRAE: "Acción
y efecto de archivar (‖ dar por terminado un asunto). El juez ordenó el archivo
del caso."). Y "archivamiento" (que entonces aparecía en el
Larousse) fue borrado del mapa. Es decir, si es o no malsonante es un asunto
subjetivo. El uso, finalmente, es el que manda.
Grover González Gallardo.- Bueno
"archivo" no es malsonante en absoluto.
Pitter Rafael Hidalgo.- ¿Cuál
sería el opuesto de "aperturar"? ¿Cerradurar?
Bernardo Rafael Álvarez.- El
opuesto (o, en otra palabra, el antónimo) de aperturar es -no sería- clausurar.
Los antónimos (o los "opuestos") de las palabras no tienen que estar,
necesariamente, formados por la inversión de sus propias letras. Si ello fuera
así tendríamos que esperar que el opuesto de toro sea tora, de caballo caballa,
de hombre hombra, etc. Y, además, no se forman únicamente con la inversión
digamos básica de su significado (abrir, cerrar; vivir, morir; alto, bajo...).
¿Satisfecha la curiosidad? 😀
Bernardo
Rafael Álvarez.- Recuérdese que uno de los antónimos u opuestos de iniciar
(porque, como ya lo dije: aperturar es iniciar) es clausurar. Ergo...
Bernardo
Rafael Álvarez.- Y algo más, finalmente: ¿El antónimo (u opuesto) de “bajonear”
(verbo ya aceptado por la Academia), debería ser “altonear”? 😀
Pitter Rafael Hidalgo.- Sin embargo, "aperturar"
empezó a utilizarse en el medio bancario como sinónimo de "abrir".
Por ejemplo, "aperturar una cuenta", "aperturar un
crédito". Revisando el origen de la palabra, en latín existía
"apertūra" con el significado de 'agujero'. De esta palabra
derivarían luego sustantivos como 'apertura: inauguración o comienzo',
'abertura: hendidura' y 'obertura: inicio de una obra musical'. Ahora, la
verbalización de apertura, es decir, 'aperturar', utilizada como sinónimo de
"iniciar", nos daría licencia para expresiones extrañas, y hasta
disonantes diría, como "aperturar una historia", "aperturar una
discusión", "voy a aperturar mi relato con...", "esta
historia se apertura con...", "quiero aperturar esta exposición,
contándoles que..." Ya el brillante lingüista Lázaro Carreter, ironizando
decía: "[...] aperturado el camino, nada impide que 'lecturar' sustituya a
'leer', 'baraturar" a 'abaratar', 'licenciaturarse' a
'licenciarse'..." Aquí en Perú, excluyendo a los bancarios, creo que no
está tan extendido el uso de ese barbarismo entre los hablantes de a pie, no lo
escucho tan frecuentemente al menos; lo cual habla bien de los peruanos por
supuesto. Quienes sí se regodean con 'aperturar' son los políticos y
periodistas de medio pelo, que como siempre quieren pasar como cultos, de bien
hablar, cuando en realidad solo saben hacer el ridículo.
Bernardo Rafael Álvarez.- Como ya lo dije antes, quienes crean,
modifican o hacen que se extingan las palabras no son los académicos ni los
escritores, sino la gente de los "bajos fondos", los delincuentes,
los cobradores de combis; es decir, los "de medio pelo". Y es gracias a (o, si quieren, por culpa de) ellos es que se imponen palabras que no son de
agrado de la gente "culta". No son los grandes intelectuales los que
construyen las lenguas y las entregan como una dádiva a los pueblos como un
"Tomad y hablad como yo quiero que vosotros hablen". Las cosas, en
asuntos de lenguas o idiomas, ocurren al revés. Ya Horacio, el poeta latino lo
dijo hace cucho mil años: "Renacerán vocablos muertos y morirán los que
ahora están en boga, si así lo quiere el uso, árbitro, juez y dueño en
cuestiones de lengua"; el uso del pueblo, no de una persona. Eso es lo que
está pasando con el verbo "aperturar"; el Diccionario Panhispánico de
Dudas (que es de la Real Academia Española) ya reconoce su existencia aunque,
claro, afirma que "Su uso no está justificado y debe evitarse": pero,
como sabemos, el uso de una palabra o el significado que se le atribuya no
tiene que estar "justificado" pues ello depende del arbitrio (la
voluntad, deseo o capricho) de los usuarios. Nadie puede fungir de guardián o
censor en estos asuntos. Finalmente (y esto acabo de descubrirlo en este
instante en que redacto esta respuesta, pues no lo había visto antes), el
Diccionario de Americanismos (de la Asociación de Academias de la Lengua
Española) lo acepta exactamente en el sentido y con el significado que yo
he sustentado en mi artículo y en mis intervenciones en este diálogo. Esto es
lo que dice ese Diccionario: "aperturar: I.1. tr. Ho, Ve, Pe, Bo.
Inaugurar alguien algo." (Es decir, se usa en Honduras, Venezuela, Perú y
Bolivia). Es evidente que más temprano que tarde, aparecerá así en el
Diccionario principal de la Academia (DRAE). ¡Un abrazo!