LA PALABRA BUSCADA, EL POEMA
Ofrecí escribir un poema.
Pero no voy a hacerlo.
Es tarea difícil,
en estos días de abismos,
extravíos
y arenas movedizas.
No soy el poeta esperado.
Soy, apenas -como pordiosero
en festín de miradas desvaídas-
el pobre buscador de palabras
que trata de encontrar la única, insustituible,
la que brille con el resplandor
de rocío que hay en tu sonrisa almibarada,
y sea el eco luminoso, como relámpago
y trueno, de los latidos que en tu pecho
son himno de fe y alegría.
Esa es la palabra que quiero encontrar,
¿dónde?
Ni en parques ni avenidas.
Ni en roperos ni bibliotecas.
Tampoco en las constelaciones
que las nubes ocultan.
¿Dónde? Donde buscar yo no puedo:
¡En ti!
¿Escribir un poema? No.
Está en ti, dentro de ti.
En tu nombre y tu alma.
En tu respiración y tu voz.
En tus silencios y sueños.
En tu mirar despejado y en el futuro que miras.
En el fluir de tu sangre y en tus emociones.
En tus deseos,
Ingrid.
Esa es la palabra,
el poema buscado:
¡tu nombre!
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11/7/2020