Mi primer poema lo escribí cuando tenía
once o doce años de edad, en la primaria; era algo así como un homenaje o
alabanza a Andrés Gavancho, un héroe pallasquino asesinado, en el
“Cabildo” del Pueblo, por las fuerzas invasoras, en 1883. El único que supo de
ese poemita, y lo leyó con entusiasmo, fue mi padre, el maestro Rafa. No volví
a escribir sino hasta cuando, ya en tercero de secundaria, don Erasmo
Sandoval me pidió que diese un discurso por el "Día de la
Dignidad" que ese año, 1969, se celebraba por primera vez, el 9 de
octubre, por disposición del gobierno militar de Juan Velasco. Intuyo –y
no encuentro otra explicación- que mi cara debió haber parecido “cara de
inteligente” para que don Erasmo, a la sazón director del colegio, se fijara en
mí para tal cosa. Era el Colegio Municipal Mixto San Juan Bautista, una
institución educativa sumamente humilde pero también, felizmente, muy
ambiciosa, que había comenzado a funcionar en abril de 1967. Cuando don Erasmo
me hizo ese pedido me alegré y asusté al mismo tiempo, pues no sabía
exactamente cómo empezar a escribir el bendito discurso; así que opté por lo
que me pareció el recurso más fácil: decirle a mi padre que lo hiciera. El
maestro Rafa me miró de pies a cabeza y decretó: trata de hacer lo que puedas y
luego me lo muestras para corregírtelo. Y bueno pues, traté de hacer,
efectivamente, lo que pude. “Inficionado” como estaba entonces de
“marxismo” y cosas por estilo, llegué a mirar con la lupa medio retorcida de
esa ideología toda la realidad –mejor dicho, la realidad que me rodeaba- y
hasta creí que lo ocurrido un año antes en Talara -la toma de las instalaciones
petroleras por parte del ejército, que esta vez se conmemoraba- había sido un
ejercicio de la llamada “violencia revolucionaria” y que –como es de suponerse-
merecía el aplauso sin reservas. Y, claro, eso fue lo que tuve en cuenta al
redactar el texto que iba a leer ante mis compañeros y profesores. En la
biblioteca de mi padre había una revista (no recuerdo bien, pero creo que era Cultura Peruana) en la que yo había leído la entrevista hecha a un sacerdote
que estuvo en el leprosorio San José durante la época en que allí también
trabajó Ernesto Guevara, más conocido como “El Che”; el religioso, entre otras
cosas, contaba que al conversar con el que después se convertiría en
guerrillero, este –en respuesta a una de sus inquietudes- le dijo, rotundo: “Es
verdad: la violencia no convence, pero vence”. ¿Lo adivinaron? Pues bien
-novelero, cómo no- esa frase la inserté en mi discurso. Creo que por eso me
aplaudieron. El texto -mecanografiado en nuestra vetusta maquinita
Underwood-, antes de ser leído, no fue visto, naturalmente,
por mi padre, porque, claro, creí que no necesitaba corrección. Digamos que
salió “bien”. Estoy seguro que en gran medida lo que ayudó a que tuviese cierta
soltura al redactar ese discurso fue el aprendizaje logrado, ya desde el
Primero de Secundaria, al escribir mi “diario íntimo”, siguiendo –como todos
mis compañeros de clase- las indicaciones y enseñanzas de quien fuera el
director que inauguró nuestro Colegio, don Moisés Porras, y gracias a la
inolvidable lectura de Corazón, el libro de Edmundo D’Amicis. Herenia
Guzmán, entre todos los alumnos, era quien mejor hacía su diario y ponía cosas
como esta, con un toque medio "verleniano": “La mañana está hermosa
dentro de mi alma, pero el firmamento está cubierto de una capa negra”; yo
apenas podía, tratando de ser ingenioso, escribir frases burdas como: “este día
lo pasé como si no hubiera ni moscas”. Don Moisés, joven aún, llegó a Pallasca
con toda su familia: la señora Mercedes Málaga (siempre en los corazones de
quienes fuimos sus alumnos), y las niñas Gaby, Bexy, Liliana y Olenka.
Gracias a su entusiasmo, cultura y sensibilidad artística, este huancaíno, que
fue un gran maestro para nosotros, logró un cambio significativo en mi tierra,
haciendo que los púberes de entonces pudiésemos mirar el mundo de otro modo
-más noble- y que viésemos lo que a otros tal vez no les interesaba ver: el
teatro, la literatura, la música clásica. Lo que hoy es conocido como “plan
lector”, don Moisés lo hizo con nosotros: “A leer dos libros al mes”, nos
ordenó. La impuntualidad, mal endémico de los peruanos, fue eliminada para
nosotros: “Hoy instauramos la Hora Pallasquina”, dispuso. Aprendimos a escuchar
e interpretar poemas sinfónicos: Franz Liszt se convirtió en nuestro compositor
favorito. Participamos, creo que apoteósicamente, en las tradicionales
“veladas literario musicales”, con la presentación de obras teatrales que
nuestro director, también profesor de Lenguaje, había escrito (Amor de madre,
entre otras) o adaptado del cine (Cuando los hijos se van, por ejemplo). A
pesar de las comprensibles limitaciones, las actuaciones eran realmente
extraordinarias, especialmente de Gloria Valderrama, Lilia
Álvarez y Walter Tapia (que era alumno de la sección nocturna).
Estas veladas -en las que también se presentaba un bello número de Vírgenes del
Sol, con Mechita Delgado y Lilia- se dieron no solo en la localidad nuestra
sino también en otros distritos de la provincia, a donde acudimos en
“excursión”. Gracias al “Mixto” (así conocíamos a nuestro colegio), Pallasca
fue otra cosa, definitivamente. A nosotros, los jovencitos de entonces,
nuestros amigos del otro colegio –el Agropecuario- nos llamaban, socarronamente
y con algo de acierto, “los caballeritos”. Don Moisés, terminado el segundo
año, se fue a Conchucos, a dirigir el Colegio de ese distrito, en reemplazo de
Eduardo Yataco (escritor de literatura infantil, a quien después -ya en Lima- encontré
cuando ambos estudiábamos inglés en el ICPNA). Nos quedamos con don
Erasmo Sandoval, que había llegado desde Lima para ser el nuevo director, y
nuestros inolvidables profesores: entre otros, el "teacher" Mario
Vidal, lleno de buen humor y de conocimientos en Inglés y religión;
don Isidoro Cier, experto en matemáticas; Nerio
Rubíños ("Jovenesh ilustresh", nos decía; y fue quien me hizo
conocer a Javier Heraud, al prestarme el libro Poesías completas y
homenaje, publicado en 1964, en que se incluían cartas del poeta). Y, por
cierto, nos quedamos también con el orgullo renovado de ser pallasquinos. Por
correo le envié a don Moisés algunos poemas y narraciones mías, esperando que
me diera su apreciación y consejos. Así ocurrió y, además, me recomendó algunos
libros y me dijo que, si alguna vez tenía la oportunidad de ir a Lima, no
dejara de conocer El Palermo y el Versailles, porque “allí
escucharás leer poesía a poetas, como Calvo, Corcuera y Naranjo”. Los consejos
que don Moisés me dio respecto de los versos que yo había comenzado a escribir,
fueron muy útiles, porque gracias a ellos pude componer el primer “buen poema”
de mi adolescencia, llamado “Color de barro”, por el que recibí el primer
premio en el concurso que organizó el nuevo director de mi colegio, creo que
con motivo del aniversario de la institución educativa. Ah, pero si hay
alguien más a quien le debo también el haberme metido de lleno en este bello y
a veces también penoso ejercicio de la poesía, es a una linda chiquilla de la que
me sentí atraído y a la que (como conté en otra oportunidad) “–por mi crónica
timidez- no me atreví a decirle nada. Pero como había la necesidad de liberar
en alguna forma mis emociones, opté por 'torturar' casi frenéticamente a la
página en blanco con mis candorosas confesiones (…). Al año siguiente, cuando
la bella e inteligente musa se encontraba en otro pueblo y, claro, en otro
colegio (pues se había retirado del nuestro porque ya estaba anunciada su
desaparición -que se concretó creo que dos años después-, por falta de
presupuesto, y porque las gestiones para su necesaria 'estatización' no dieron
resultado), por correo comencé a enviarle algunos de mis textos” como si
se tratara de una inútil e inocente declaración de amor. Ahora, tantos años
después, me doy cuenta de que, en realidad, eso es la poesía: una inútil e
inocente pero valiosa e insustituible declaración de amor a la vida y la
libertad. Es lo que pensé cuando, niño aún, escribí aquellos versos para
Gavancho, el héroe pueblerino cuya vida –como ofrenda a los pallasquinos, y en
muestra de dignidad sin fechas celebratorias- se apagó frente a un pelotón de
fusileros, en 1883.
Ver donde otros no ven, o no quieren ver, no es cosa del otro mundo. Es cuestión de ver únicamente; así de simple. Ah, pero para ello es recomendable emplear la mirada y dejar de lado las anteojeras y también la ojeriza. Apasionarse en la vehemencia, no en el odio ni en el fanatismo. Ser tolerantes, pero no tontos. Ser perspicaces, no adivinos. Ser claros y objetivos. Ser decentes y sinceros. Justos. No esperar el aplauso fácil. Buscar la verdad. Respetar.
miércoles, 19 de junio de 2013
COMENZAR A ESCRIBIR
sábado, 8 de junio de 2013
LAS CARTAS QUE REDACTÉ (Y QUE FUERON SUSCRITAS POR UN GRAN NÚMERO DE POETAS, ARTISTAS E INTELECTUALES)
Asunto: PENSIÓN DE GRACIA PARA ALEJANDRO ROMUALDO VALLE, POETA.
De nuestra consideración:
Los que suscribimos, intelectuales, escritores y artistas peruanos, nos dirigimos a usted con todo respeto con el objeto de manifestarle lo siguiente.
ALEJANDRO ROMUALDO VALLE, uno de los más importantes y valiosos poetas nacidos en el Perú acaba de cumplir 81 años de edad. Es, ahora, un hombre anciano y enfermo, pero vigoroso, que desde su lejana juventud ha venido ofreciendo a nuestro pueblo los trascendentales productos de su talento poético. Desde "La torre de los alucinados", su primer poemario, ha sumado una serie de volúmenes que han sido muestra indiscutible de calidad, de limpieza espiritual y de amor y entrega indoblegable por nuestra patria y su gente. No obstante su innegable militancia en aquel partido que no tiene patrones, padrones ni carnés (el partido de la solidaridad con los oprimidos, el de la identificación con sus dolores, luchas y esperanzas), nuestro poeta no ha circunscrito mezquinamente su trabajo creador a lo que podríamos llamar verborrea de libelo o desborde de despropósitos. No. Su obra, ahíta de humanidad, ha sido siempre ajena a los perversos sectarismos. Pero ha sido y es, también, respetuosa del idioma y de las formas y, sobre todo, múltiple en sus propuestas.
El poema acaso más conocido y celebrado -usted lo sabe muy bien- es "Canto Coral a Túpac Amaru que es la Libertad", un bello texto que, a partir del emocionado homenaje reivindicativo de uno de nuestros más gloriosos precursores revolucionarios, quiso ser, y lo consiguió, una suerte de arenga esperanzadora para este pueblo maltratado: una suerte de estímulo para que la recilencia, esa capacidad de levantarse como Ave Fénix y sobreponerse a las más adversas circunstancias, forme parte del espíritu de los peruanos. Gracias a él, más que esa manida y medio envilecida expresión "sí se puede", los peruanos estamos en condiciones de gritar que a nuestra patria "¡no podrán matarla!" y que, ante el oprobio y la mendacidad, resucitará permanentemente.
No quisiéramos que Alejandro Romualdo, uno de los más dignos de nuestros poetas, se convierta en víctima de la indiferencia y la desidia de la burocracia sin alma. Apoyémosle, señor Presidente, porque así estaremos reconociendo que el Perú sabe ser merecedor de sus creadores y que no es la madrastra de sus poetas.
En nombre de la cultura y, cómo no, de los derechos humanos de alguien (nuestro poeta) que con justa razón debe sentirse maltratado y excluido, le solicitamos tenga a bien interponer sus buenos oficios como primera prioridad, en este caso que no sólo es de interés personal sino de sensible trascendencia nacional. Y que, sin mayores demoras, se le otorgue la Pensión de Gracia a que tiene absoluto derecho.
Muy atentamente,
*****
Asunto: Se pide la inmediata libertad de Melissa Patiño Hinostroza, detenida injustamente en el penal de Santa Mónica.
martes, 4 de junio de 2013
ENTREVISTA CON EL POETA PERUANO BERNARDO RAFAEL ALVAREZ / Por: Leo Chávez Soria
Leo Chávez-Soria
Hola maestro, si no te molesta me gustaría hacerte
una entrevista; creo que va a ser muy interesante.
Bernardo Rafael Álvarez
Gracias, Leo. Pero, en realidad, no sé qué podría
aportar, hermano. Creo que casi nada.
Leo Chávez-Soria
No te hagas el modesto! Tu trabajo no puede pasar
desapercibido. Ok ¿listo para tu primera interrogación, digo pregunta?
Bernardo, ¿cuál es el mejor día y la mejor hora
para empezar?
Bernardo Rafael Álvarez
No hay mejor día u hora para empezar. El hecho de
haber empezado algo hace que ese día y esa hora en que comenzó todo, sean los
mejores de tu vida. Lo que llega después solo es el desarrollo, la
consolidación, el fortalecimiento de lo que quisiste hacer. Cada comienzo es la
mejor experiencia, porque es como un parto, y un parto es siempre un saludo y
una celebración a la vida y a la felicidad.
Leo Chávez-Soria
Ya ves, sabía que empezaría muy lindo, Bernardo, sé
que criticas a la izquierda y a la derecha, ¿cuál es tu posición política e
ideológica?
Bernardo Rafael Álvarez
Soy o, al menos, me siento de izquierda; creo que
siempre lo he sido, desde la secundaria. Pero si hubo una época en que asumía,
a mi manera, una suerte de izquierda marxista, debo confesar que ahora, desde
hace un tiempo, las cosas han cambiado. Yo, como muchos fui digamos
"encandilado" por la utopía que nos dibujaba el marxismo, hasta que
me di cuenta de que no había correspondencia entre ese bello sueño y la
realidad y tampoco con lo que yo esperaba realmente: un ser humano libre, absolutamente
libre. La experiencia histórica, es decir la real, demostró (como quería Marx
que las cosas se demostraran: en y con la realidad) que, por ejemplo, aquello
de la llamada "dictadura del proletariado" no fuese, en principio
ejercicio del poder por parte del proletariado sino de camarillas despóticas y
nepotistas que se "entornillaban" creyéndose y haciendo creer que
eran los salvadores y los únicos dueños de la verdad, y convertían a los
pueblos en súbditos "felices", ciegos y adormecidos. Hicieron que el
marxismo por el que muchos se inmolaron, se convirtiese en el nuevo opio del
pueblo. La derecha, por otro lado, así como la izquierda tiene de hecho cosas
buenas, también tiene lo suyo. Pero es cruel y cínica también.
En dos palabras, me definiría como un hombre de
"izquierda libertaria".
Leo Chávez-Soria
¿Anarquista seria la palabra correcta? ¿Esa palabra
causa miedo o no? Digo esto porque los izquierdistas nunca son críticos
con el partido, con el líder, con la cúpula, prácticamente esta prohibido, pero
veo que tu lo haces cuando criticas a Chávez, Maduro...
Bernardo Rafael Álvarez
No, anarquista no es la palabra. Anarquía no es
precisamente sinónimo de libertad sino, tal vez, de libertinaje, en la medida
que apuesta por la ausencia de poder. El poder es legítimo, pero cuando no
supone abuso, cuando no implica la perpetuación de una persona o de una familia
o de una camarilla. El poder no debe significar, tampoco, el sometimiento cuasi
"esclavizante" de las masas. El desacuerdo (pero el desacuerdo real y
manifiesto, no el solapado y acobardado) debe existir como signo y condición de
la democracia. Si no es así, estaremos frente a una realidad perversa. Las
dictaduras deberían ser proscritas por siempre. La dictadura es mala no porque
quien la ejerce sea malo precisamente, sino porque esa forma de gobernar es
mala en sí misma, y perjudicial. Y, en este sentido, no hay dictaduras buenas y
dictaduras malas. Todas son malas. Nadie, por ninguna razón, debería atribuirse
el derecho a someter a los pueblos, ni siquiera con la bondad.
Leo Chávez-Soria
¿Anarquía es libertinaje? Las tribus del amazonas,
llámese shipibos, ashánincas, boras, etc., viven en completa anarquía, sin
necesidad, de leyes, gobiernos y fuerzas policiales, ¿eso sería libertinaje?
Bernardo Rafael Álvarez
Y, otra cosa, una dictadura no se funda únicamente
a partir de un golpe de estado o cosa parecida; también puede producirse
empleando los medios llamados democráticos y ser ejercida siguiendo también
esas formas (el caso de Hugo Chávez, por ejemplo). Hay quienes le dan otro
nombre (hablan de "liderazgo carismático" o algo así), pero en el
fondo la cosa es la misma.
No (lo de las tribus a las que te refiere), eso no
es anarquía. ¿Acaso hay desorden, caos, en esas comunidades? Lo que hay es esto
que acabo de decir: comunidad. Lo que no hay probablemente son instituciones
autoritarias como las que has mencionado. Pero hay una suerte de autoridad
democrática: el gobierno real del pueblo.
Leo Chávez-Soria
Es cierto Bernardo, volviendo al tema de la
Anarquía, tu sabes que en los andes del Perú, en los pueblitos de 50 y 100
familias, prácticamente viven sin autoridad, sin leyes del gobierno y sin
fuerzas policiales y la violencia, el crimen, las violaciones, etc. es casi
nula, ¿es malo vivir de esa manera?
Bernardo Rafael Álvarez
Eso es, en alguna forma, lo que anunciaba Carlos
Marx: una forma comunitaria, plenamente comunitaria de vivir, que sería el
estadio histórico al que se arribaría después de cumplida la etapa socialista.
Es, sin duda, una bella manera de vivir, la ideal. Pero, evidentemente, lo
que viven esas comunidades no ha sido el resultado de ese presunto "parto
histórico". Lo que viven esas comunidades es algo materialmente
posible, entre otras cosas porque allí se dan las condiciones y una de ellas
probablemente sea el número relativamente reducido de familias.
Leo Chávez-Soria
No confundas VANDALISMO, DESORDEN, CAOS con la
Anarquía de Bakunin, sabes que Bakunin y Marx son contemporáneos y debatían muy
a menudo, mientras Marx defendía la dictadura del proletariado, mejor dicho, la
dictadura de los funcionarios de estado, ¿Bakunin defendía la eliminación del Estado?
¿Dónde hay más libertad con Estado o sin Estado?
Bernardo Rafael Álvarez
No confundo nada, estimado Leo. La anarquía nada
tiene que ver con el vandalismo, pero sí con el caos, con la eliminación del
Estado. Yo no estoy por la eliminación del Estado sino porque el poder del
Estado no sea absoluto ni abusivo, que su intervención no afecte las
libertades. Obviamente mayor libertad habría sin Estado, pero eso ocurriría
(supongo) cuando las sociedades alcanzaran un nivel de conciencia política
elevado.
¿Sabes dónde hay mayor libertad? En el arte, en la
poesía.
Leo Chávez-Soria
Eso fue un buen movimiento, Bernardo. Dímelo tú,
porque en tu poesía hay bellos versos abstractos. ¿Cómo te nace escribir esos
versos?
Bernardo Rafael Álvarez
Al fin hay alguien que se da cuenta de eso. Bacán,
Leo. Cuando se presentó mi libro "Dispersión de cuervos" (1999) yo
mencioné eso: que había mucho de abstracto en mi poesía, aparte de
impresionismo, surrealismo, etc.
Me nació eso a partir de la conciencia de libertad.
La poesía, como el arte, es básicamente el territorio de la libertad. De la
libertad plena. Y la poesía, como el arte, no tiene que ser leída de una sola
manera: hay lectura intelectual propiamente dicha, pero también hay lectura
emocional, sensorial, afectiva., etc. Y la escritura, igualmente, no tiene por
qué ir en un solo sentido (nada ni nadie puede obligarnos a escribir de tal o
cual manera; es potestad única y exclusiva de quien es o quiere ser creador).
Pero hay algo más. Alguna vez, en una conversación con Juan Ramírez Ruiz, le
dije que a lo que yo aspiraba en algún modo era a escribir una poesía
"integral" a mi manera: poesía que integre todo eso: surrealismo,
impresionismo, abstraccionismo, erotismo, etc.
Leo Chávez-Soria
¿Cómo, cuándo y dónde nace tu inquietud por
escribir poesía?
Bernardo Rafael Álvarez
Hace algún tiempo, al responder a una entrevista,
conté algo de esto: "Cursaba el tercero de secundaria, en Pallasca -mi
tierra-, y me sentí enamorado de una compañera de aula a la que –por mi crónica
timidez- no me atreví a decirle nada. Pero como había la necesidad de liberar
en alguna forma mis emociones, opté por "torturar" casi
frenéticamente a la página en blanco con mis candorosas confesiones. Ahí
comenzó todo. Al año siguiente, cuando la bella e inteligente musa se
encontraba en otro pueblo y, claro, en otro colegio, por correo comencé a
enviarle algunos de mis textos. Nunca recibí una respuesta pero, aun así, me
sentí satisfecho y, diría, feliz. Una nueva y noble sensación empezó a envolverme,
de la que no puedo ni quiero liberarme: el gozo de la escritura. Sí, pues, la
poesía busca eso: darnos placer y hacernos felices." Ah, lo que no conté
entonces fue que el primer poema que escribí lo hice cuando aún estaba en la
primaria, en quinto; eran unos versos dedicados a un héroe de mi pueblo, Andrés
Gavancho, que fue asesinado durante la Guerra del 79.
Leo Chávez-Soria
¿Hasta hoy en día utilizas tu poesía para
conquistar?
Bernardo Rafael Álvarez
No! Nunca la he utilizado para eso. Nunca la he
utilizado. No sé, en realidad, si resulta útil o, mejor dicho, si es
utilizable. Lo que ocurrió en aquellos tiempos fue solamente una suerte de
desahogo cuando ya todo estaba perdido.
Leo Chávez-Soria
Es verdad, se escribe poemas de amor cuando todo
está perdido. ¿Cuál es la diferencia entre la poesía limeña y la provinciana?
Bernardo Rafael Álvarez
Odioso, innecesario e inconveniente sería hacer
comparaciones. Hay (mejor dicho, "habemos") poetas provincianos malos
y también los hay buenos. Hay poetas limeños buenos y también de los otros.
Hay poetas provincianos que se rebelan contra la
"poesía limeña" y hay limeños que ningunean a los provincianos.
A Vallejo alguien lo llamó "llorón".
¡En fin!
Leo Chávez-Soria
¿Existe esa discriminación entre autores Limeños y
del interior como antaño o cambió?
¿Cómo que no te gusta hablar del tema de las
diferencias
Bernardo Rafael Álvarez
Las cosas han cambiado, naturalmente. Pero no
porque la actitud sea distinta de parte de los que se sienten dueños de un
presunto "canon literario" o cosa parecida, sino porque
-definitivamente- los provincianos ya se ubicaron -definitivamente ya se
ubicaron, con vigor e irreversiblemente.
No me refiero a diferencias, Leo.
Me refiero, en todo caso, al tema de la
discriminación que pareciera ir quedando atrás.
El tema de calidades que lo vean otros, los que
tengan o crean tener autoridad para ello.
Leo Chávez-Soria
Me refiero en las diferencias poéticas, temas,
formas, métricas, estilos y por supuesto a la facilidad de publicar...
Bernardo Rafael Álvarez
Bueno, en cuanto a facilidad para publicar creo que
ahora resulta algo más fácil. Mi libro "Los bajos fondos del cielo"
lo saqué digamos artesanalmente: en la impresora conectada a mi computadora.
De calidades (formas, estilos, etc.), repito,
prefiero no hablar.
Leo Chávez-Soria
¿En qué te inspiras para escribir un poema? Te
pregunto, porque cuando leo un poema tuyo -como "Que me entiendan",
prácticamente hablas y piensas en todas las cosas; como te dije antes es
prácticamente un poema abstracto.
Bernardo Rafael Álvarez
¿Quieres que te diga algo, Leo? Eres un buen
lector. Si no el único, creo que eres uno de los pocos que "ha dado en el
clavo": has captado lo que hago con mis poemas. Te respondo con lo que
respondí en la entrevista a que me referí antes: "Mis poemas -qué puedo
decir- nacen a veces por pedazos, o como el "big bang", a partir de
notas (ocurrencias, metáforas...) escritas en unas libretitas que yo mismo
confecciono."
Leo Chávez-Soria
¿Para crear un poema así, pensar miles de cosas y
reducirlo en unas cuantas líneas, te debe tomar tiempo, verdad?
Bernardo Rafael Álvarez
Aunque últimamente lo que escribo son poemas más
sencillos, más cortos, casi instantáneos. Pero los anteriores sí me han costado
trabajo, realmente.
Leo Chávez-Soria
¡Te entiendo! ¿Quién es el poeta que te inspira o
que te sirve de modelo a seguir? ¿Puedes nombrarme unos nacionales y
extranjeros?
Bernardo Rafael Álvarez
Modelo. Inspiración. No sé. Creo que me inspira el
mundo y sus entreveros; el ser humano y sus conflictos; la vida y sus
frustraciones y esperanzas. El hedor. La luz. La sombra. Los poetas, quiero
decir su poesía me enriquecen.
Leo Chávez-Soria
¿Tienes autores favoritos? Y cuando leo tus poemas
siento que eres incomprendido, poco apreciado, algo como que tus poemas
dijeran: Hey, los míos son mejores que aquellos. ¿O me equivoco?
Bernardo Rafael Álvarez
No. No lo dicen ni lo insinúan. Simplemente son y
existen y se muestran ante quienes quisieran verlos. Nada más. No sé en qué
parte de lo escrito por mí puedes haber algo que pudiera ser leído así. Me
interesan Vallejo, Pound, Hinostroza, Heraud, Oquendo de Amat, Westphalen,
Watanabe, Ramírez Ruiz, Andrea Cabel, Tulio Mora... y muchos más.
Leo Chávez-Soria
¿Existe un parámetro para medir la calidad de un
poema?
Bernardo Rafael Álvarez
Esa pregunta me la he hecho más de una vez y, si
mal no recuerdo, la hice a algunos amigos. Ahora creo que no existe uno en
particular. Un poema, su significado, no se mide con reglas científicas. Mucho
tiene que ver el efecto fundamental que genera en el lector: la conmoción. Lo
que a mí me conmueve no puede conmover a otro. Y, así, ese poema será bueno, de
alta calidad, para mí y probablemente no para el otro. Es un tema subjetivo,
aunque haya críticos que piensen lo contrario.
Leo Chávez-Soria
¿Quién se encarga de clasificar y calificar un
poema como, poesía abstracta, impresionista, surrealista, realista, rebelde,
etc.?
Bernardo Rafael Álvarez
El lector, simplemente el lector.
Leo Chávez-Soria
Personalmente me parece muy comercial categorizar
los poemas, es ponerlo al nivel de cualquier producto, como la coca cola,
clásica, dieta, zero, etc, ¿no te parece?
Bernardo Rafael Álvarez
Pero, en realidad, hacer esa
"categorización" es solo para dar a entender que existen, queramos o
no, ciertas diferencias. Nada más. Y, además, quiérase o no, los poemas también
son productos, productos culturales. Son hechuras humanas. Tradicionalmente se
les ha caracterizado como creación noble pero, repito, son productos. El poeta
es un hacedor, como lo es un artesano, un panadero, un tejedor. Que el producto
del poeta tenga una consideración mayor es otra cosa. Y está bien que sea así.
Leo Chávez-Soria
¿Pero con qué derecho se atreven a envasar algo que
sale del alma?
Bernardo Rafael Álvarez
Ah, bueno. Pero "mientras no choquen con
Chocano"; es decir, en tanto no alteren el poema y, en otro plano, no
atenten contra los derechos de autor, no creo que haya ningún problema. Un
poema, como objeto artístico, cuando sale de las manos del poeta le pertenece a
todos; al poeta solo le pertenecen los llamados "derechos morales".
Leo Chávez-Soria
Tocando el tema moral, ¿cuál es el papel del poeta
en la sociedad? ¿Crees que actualmente cumplen su función a cabalidad?
Bernardo Rafael Álvarez
El papel del poeta en la sociedad -como la del
zapatero es hacer zapatos- es hacer poesía. Pero si decide, además de ello,
dedicarse, por ejemplo, a la política, está en todo su derecho. Si quiere ser
de izquierda o quiere ser de derecha, es su potestad, libre y total, elegir la
opción. Nadie puede imponerle tareas. Nadie puede ejercer dominio sobre el
poeta.
Leo Chávez-Soria
Es un papel muy simplón, para alguien muy
importante, es prácticamente decir, ve, entra a la política y rodéate de la
burocracia estatal, ¿no te parece que debe tener un papa el mas ambicioso?
Bernardo Rafael Álvarez
La ambición, las ambiciones, son propósitos que
cada persona se impone. Un poeta puede imponerse la ambición de ser un luchador
social y está -repito- en su derecho hacerlo. Pero si su ambición es escribir y
seguir escribiendo poesía, ¿eso es simplón? ¿Escribir poesía es algo simplón?
El papel del poeta, su rol en la sociedad, tiene
que ser determinada por él mismo. Un poeta (lo dije en una oportunidad) es un
hacedor; no un operario sometido a mandatos de un patrón.
Leo Chávez-Soria
Digo más ambicioso, como crear una cultura de
lectura, promover y desarrollar talentos, tener un medio de comunicación o un
programa donde se promueva el lanzamiento de nuevos libros, en palabras
simples, mas allá de su arte... Ejm.: Los tenistas tienen su fundación.
Bernardo Rafael Álvarez
Ah, eso. Hay poetas que lo hacen. Son editores,
activistas culturales, organizan recitales. Incluso tenemos, en el Perú, el
Gremio de Escritores. Hay quienes desarrollan actividades en lo que se ha
dado en llamar el "Plan lector", etc.
Leo Chávez-Soria
Que bien, pero no es muy promovido masivamente. ¿Se
puede vivir decentemente como poeta, sin dedicarse a otra labor?
Bernardo Rafael Álvarez
Ahí está la cosa, caracho. Desconozco si algún
poeta vivió de la poesía. Por eso dije al principio que no estaba seguro si la
poesía era útil. La poesía lo que nos da es placer, aunque a veces ese placer
pueda parecerse al masoquismo. Jajajaja!
Leo Chávez-Soria
Aparte del masoquismo que lo disfrutas, te dará
otras alegrías, ¿verdad? ¿Tus hijos también heredaron esa pasión por la poesía?
Bernardo Rafael Álvarez
Bueno, la alegría me la dan mis hijos. Eso sí.
Tienen otras preocupaciones, otros intereses. Son libres.
Leo Chávez-Soria
Bernardo, ¿cuál es la pregunta que nunca te
preguntaron?
Bernardo Rafael Álvarez
Esta: "¿Para qué escribes poesía?". Y, la
verdad, nunca podría contestarla. Pero, sabes una cosa, me hizo bien
conversar contigo. De verdad. Mucho bien.
Leo Chávez-Soria
¿Por qué, Bernardo?
Bernardo Rafael Álvarez
Es que a veces uno quisiera decirle a alguien lo
que piensa respecto de cosas como esta, la poesía. Y eso es lo que ha ocurrido
ahora.
Leo Chávez-Soria
¿Es tan difícil encontrar a alguien con quien
conversar de poesía? Me pasa a mí. ¿Te refieres a eso?
Bernardo Rafael Álvarez
Sí, eso quise decir. Lo que me hace pensar que,
además de ser sinónimo de libertad, la poesía también pareciera ser esto:
orfandad.
Una dulce orfandad.
Leo Chávez-Soria
¿Es orfandad, o eres ermitaño?
Bernardo Rafael Álvarez
No, para nada.
Leo Chávez-Soria
¿Cuál crees que sea la tendencia de la poesía en el
futuro?
Bernardo Rafael Álvarez
Tengo la sospecha de que en la poesía del futuro
habrá mucha fragilidad. Será menos intensa de lo que todavía es. Primará lo
visual y auditivo. La tecnología ha creado y sigue creando un nuevo lenguaje.
La poesía será afectada por la tecnología (no sé si para bien o para mal). Tal
vez sean productos desechables. No lo sé.
Leo Chávez-Soria
Tienes razón, muchos poetas jóvenes hacen sus
propios fondos, fotos y diseños para escribir su poesía, no lo veo nada mal, el
poeta en el futuro será fotógrafo, diseñador y un experto en programación. ¿Es
malo esa tendencia?
Bernardo Rafael Álvarez
No, no es nada malo. Al fin y al cabo la poesía es
una suerte de expresión del ser humano y el ser humano se expresa de distinta
manera en las distintas etapas de la historia. El ser humano nacido y crecido
en esta era tecnológica piensa y, en algún modo, siente diferente. El arte y la
poesía que produce, por ello también es diferente. Es legítimo que así sea. Y
lo más importante es que ya los productos culturales van poco a poco dejando
ser de élites o para élites. Eso está bien.
Y no hay razón para escandalizarse como, por
ejemplo, se escandaliza (y se pone nostálgico) el gran Mario Vargas Llosa.
Leo Chávez-Soria
¿Qué opinas de MVLL que recorre el mundo
defendiendo el neoliberalismo, como la única fuente de salvación?
Bernardo Rafael Álvarez
Hace algún tiempo dije, y lo repito ahora, que yo
soy libertario y no liberal. Porque ser liberal es, a pesar de lo que pueda
parecer literalmente la palabrita, someterse a una ideología que, como sabemos,
es perversa. Ser libertario es una profesión de fe sin ataduras y sin íconos o
estatuas que alabar. El neoliberalismo (la experiencia lo demuestra) es la
exacerbación de esa suerte de "ideología" perversa del capitalismo. Vargas
Llosa tiene derecho de celebrar el neoliberalismo y de hacerle propaganda. A mí
no me convence. Prefiero al novelista y al intelectual que reflexiona
acerca del arte y la literatura. Y, en eso, coincido con él mayormente.
Leo Chávez-Soria
Pero nadie tiene derecho de irse en contra de los más
pobres, como él lo hace. Nadie puede defender la codicia y la avaricia e irse
contra los sentimientos, eso inclusive es irse en contra del arte, porque el
arte es sensibilidad, ¿no te parece?
Bernardo Rafael Álvarez
Todos tenemos derecho a opinar. Y a discrepar. Y lo
que Vargas Llosa es opinar. Y los demás discrepamos con él. Nada más.
Leo
Chávez-Soria
No es así tan simple, es más complejo que solo una
opinión: Camus decía: “Hay una ambición que deberían tener todos los escritores:
ser testigos y gritar cada vez que se pueda y en la medida de nuestro talento,
por quienes se hallan en servidumbre”.
Para terminar
Bernardo, ¿qué consejos les darías a los jóvenes que se inician en esta hermosa
forma de vida que es la poesía? Cómo empezar a escribir? ¿Cómo mantener la
disciplina de perseverar? Etc, etc.
Bernardo Rafael Álvarez
Claro, conozco esa
opinión de Camus. Sin duda, tenía autoridad para decirlo. Pero, insisto -y que
me perdonen quienes opinan diferente-: creo que nadie (menos los poetas) tiene
el "deber de". Y nadie tiene el derecho de señalarle deberes.
¿Consejos? Nadie
me haría caso, supongo. Solo podría decir qué es lo que he hecho yo siempre:
leer, escribir y no perder de vista un diccionario. Y respetar, aun en la
discrepancia y la pelea.
Leo Chávez-Soria
Gracias por tu
tiempo, por tus experiencias, por tus poemas y por la línea editorial de tu
conciencia. Saludos y hasta la próxima.
Bernardo Rafael Álvarez
Y supongo que
también por mi testarudez. Jajajaja. Un abrazo, Leo. A ti las gracias, por esta
conversación y por tu amistad y paciencia.