viernes, 20 de diciembre de 2013

LIBEREN A DIOS


Puse ahora en mi “muro” del Facebook esto:
Dios necesita ser libre, necesitamos que sea libre. Debería escaparse de las religiones. Hace falta que, motu proprio, ingrese en los corazones de la gente; no empujado por pastores, curas o dictadores.
Y a partir de ello se generó el siguiente diálogo:

Antonio Hdz Schz: La idea de dios y de libertad son opuestas.

Víctor Orlando Coral Cordero: Y entonces ¿qué es el libre albedrío? No hay idea de Dios, hay Dios y la libertad inconmensurable de negarlo, denostarlo, ningunearlo, rebajarlo, por parte de los hombres y sus mentes condicionadas.

Bernardo Rafael Álvarez: Sí, existe la libertad de negarlo.

Bernardo Rafael Álvarez: La idea de Dios y la idea de la Libertad no son opuestas. La paternidad no colisiona con la libertad. La idea de Dios tiene que ver con la paternidad creadora. Con la libertad colisionan los comportamientos opresivos. Las religiones -aun a pesar de las buenas intenciones que puedan haber movido la creación de ellas- sí colisionan con la libertad.

Antonio Hdz Schz: Dios es una idea opresiva. Un ser superior que determina lo que esta bien y mal. ¿Dónde esta la libertad de conciencia?

Bernardo Rafael Álvarez: La idea de que este ser superior determina lo que está bien o mal, no tiene nada que ver con la creencia o certeza de que existe. Ese es un tema de religiones. Las religiones sistematizan, racionalizan, organizan, administran la fe individual, que debe ser individual y libre. Y la capitalizan.

Antonio Hdz Schz: Si nadie tiene interés en la existencia de un instrumento, que necesita ser creado, por la inutilidad de ese instrumento terminara por dejarse de usar.

Bernardo Rafael Álvarez: La piedra apareció en la tierra no como instrumento, pero fue empleada como instrumento. Dios no es instrumento, pero las religiones lo emplean como tal. Que deje de ser tal no significa que desaparezca. ¿O sí?
Antonio Hdz Schz: ¿De qué hablamos? ¿Define dios?

Bernardo Rafael Álvarez: Sí. Define.

Bernardo Rafael ÁlvarezHay que hacer un esfuerzo: desprender el concepto Dios de las religiones y sus vicios. Olvidarse que es ese "viejito con barba luenga".

Antonio Hdz Schz: Definir lo que no existe es complicado, tú que crees dime de que hablas, para mi es sólo un instrumento de dominación

Bernardo Rafael Álvarez: Ahí está la cosa, pues. Para ti es eso. No para todos. No para mí.

Antonio Hdz Schz: Por eso, hablemos de tu dios

Bernardo Rafael Álvarez: El universo, todo lo que existe, ¿tuvo un comienzo o no?
Bernardo Rafael Álvarez: ¿Hubo un impulso, un Big Bang o lo que sea?
Bernardo Rafael Álvarez: ¿Hubo una fuerza o no?
Bernardo Rafael Álvarez: Esa fuerza, energía, impulso, punto de partida, casualidad, o lo que queramos llamarlo, eso, todo eso ha sido resumido en una palabra: Dios. Nada más. Y en eso creyó la humanidad desde el principio, y le dio diversas formas: fiera, astro, estatua, luz, etc. Y luego surgió la sistematización de esas creencias y aparecieron las religiones y los pastores y los dictadores, los dominadores. Y se convirtió en lo que dices: un instrumento, un instrumento de dominio, del hombre por el hombre. Pero eso no es esencialmente, no lo fue.

Bernardo Rafael Álvarez: Por eso hago la comparación tal vez descabellada con la piedra. La piedra existió antes del hombre, pero el hombre la usó como arma, como herramienta. dejó de usarse la piedra como herramienta, pero la piedra sigue existiendo. Dejar de usarla no hace que desaparezca.

Luis Enrique Alvizuri: Interesante tema. No hay que olvidar que la idea de Dios nace con el hombre, y sobre esa base se ha construido todo lo que somos. Ahora quizá podemos renegar de ello y decir que sabemos muchas cosas, pero todo lo que llevamos puesto lo debemos a la noción de lo divino: los números, el lenguaje, la cultura, el arte, etc. Nada nació con fines meramente prácticos, como hoy piensa el hombre moderno haciendo una retrospección de su presente en el pasado.

Antonio Hdz Schz: Quiero ser dios. Y todo lo bueno sea obra mía y lo malo de otros.
Luis Enrique Alvizuri: Para empezar a ser nuestro propio dios tendríamos que despojarnos de todo lo que "el otro" dios nos dio, o sea, todo. Tenemos entonces que empezar de cero, sin emplear las matemáticas ni nada por el estilo puesto que éstas nacieron con la idea de un dios universal antes de convertirse en números de contabilidad. ¿Está el hombre en capacidad de realizar este reto? Lo veremos.

Antonio Hdz Schz:Vale la pena el, esfuerzo, los fallos, los crímenes culpa de los otros, los aciertos cosa de dios. Eso se llama ser totalmente irresponsable.

Luis Enrique Alvizuri: El primer problema, nada sencillo, es que todo indica que el ser humano fue el que creó a dios y de él derivó todo lo demás. La pregunta es ¿qué tendría que crear ahora para sustituir todo lo hecho hasta el momento? Algunos piensan en la ciencia, pero la ciencia es también de origen mítica-mágica y todavía sigue empleando todos esos códigos y planteamientos (recordemos el mito de Adán y Eva en donde el hombre les pone "nombres" a las cosas y es el dominador de la naturaleza, algo que sigue haciendo hasta hoy). No es cosa fácil sustituir a un dios por otra cosa.

Antonio Hdz Schz: ¿Y para qué sustituir algo innecesario? Se elimina y punto.

Bernardo Rafael Álvarez: El ser humano creó el concepto "Dios". El ser humano creó el concepto "padre". La idea. La palabra. El concepto "Inicio", no el inicio. El significante; no el significado. Podemos sustituir la idea, el concepto, la palabra. Nada más. ¡Un abrazo, Luis Enrique!

Luis Enrique Alvizuri: Un abrazo para ti también, Bernardo.

Antonio Hdz Schz: Alfa y omega.

Bernardo Rafael ÁlvarezJ

martes, 3 de diciembre de 2013

LA VARGASIADA DE TILSA O LA TILSIADA DE VARGAS

Hace unos días, el 30 de noviembre, puse en mi muro del Facebook lo siguiente:

¿Usted cree lo mismo, es decir, que Tilsa Lozano podría ir presa por revelar que Juan Vargas le sacó los cuernos a su esposa con ella? Yo no. Hace un rato escuché al doctor Luis Tudela decir que sí, porque, en aras de la protección del derecho a la intimidad, "ella no puede revelar que ha tenido una relación con alguien, sin autorización de esa otra persona". Y en la nota periodística que aquí inserto, el abogado Julio Rodríguez afirma que a la "Conejita de Playboy" le aguardaría tal destino porque lo dicho por ella "pondría en riesgo" a la esposa del jugador y su delito sería "difamación agravada". Veamos. Lo que dice el doctor Tudela no es cierto. La violación de la intimidad, como delito, respecto de una relación digamos "clandestina" de dos personas que se aman (como es el caso de Tilsa Lozano y el "Loco" Vargas), no la puede cometer una de esas  mismas personas, sino un tercero. Veamos cómo define a este delito el Código Penal en su artículo 154°: "El que viola la intimidad de la vida personal o familiar ya sea observando, escuchando o registrando un hecho,palabra, escrito o imagen...". Ahora, si lo que la señorita Lozano cuenta es algo cierto, debo decir que lo que expresan estos reconocidos juristas se desmoronaría, sí o sí. Por lo siguiente: la difamación supone, básicamente, atribuir a una persona "un hecho, una cualidad o una conducta que pueda perjudicar su honor o reputación", y hacerlo público (Código Penal, artículo 132°). Además, respecto del derecho a la intimidad, debe tenerse en cuenta esto: la Convención Americana sobre Derechos Humanos (artículo 11º), se refiere al respeto de la honra y al reconocimiento de la dignidad, y señala que nadie puede ser objeto de injerencias arbitrarias o abusivas en su vida privada. La señorita Lozano no ha hecho tal cosa. Y, además (esta es la parte chistosa) si lo que revela en sus declaraciones es la relación adulterina (mejor dicho: una "trampeada") que el popular "Loco Vargas" mantuvo con ella, es evidente que el tema nada tiene que ver con lastimar una honra. Así están las cosas, paisanos. En fin. Nunca he visto el programa de Beto Ortiz, pero ya me picó la curiosidad: hoy lo veré.

Un amigo hizo este breve comentario:

Psicosociales a la orden del día. Son realmente efectivos.

Yo contesté:

Incluso las afirmaciones de los abogados mencionados forman parte del espectáculo, lo estimulan: hablan del riesgo de cárcel (que no existe) para la chica con el objeto de alentar el morbo, la curiosidad. Eso está claro.

Después de muchas otras intervenciones, intervino otro amigo con lo siguiente:

Hay de por medio una familia, tres niños pequeños. Si a Ortiz y el canal que los promociona no les importa, sino el rating, Eso es una muestra de la moral en la que vivimos
.

Yo comenté lo siguiente:

Para la señorita Lozano, por lo que se la escuchó decir, la relación que mantuvo con el señor Vargas fue una relación bella y sana, y por eso ha hablado de ella, la ha contado. El señor Vargas, según sabemos, no quiso que la señorita Lozano diese a conocer por televisión que esa relación había existido, ¿por qué?; obviamente porque para él pudo haberse tratado también de una relación bella, pero no sana, es decir, él sabía que era digamos "pecaminosa". Si al darla a conocer a todo el mundo se afecta a una familia y a unos niños, eso no es culpa ni de la señorita Lozano ni del señor Ortiz, el conductor de televisión. Es culpa de quien, sabiendo que pecaba (que le era infiel a la madre de sus tres pequeños hijos, y que corría el riesgo del "destape", tan frecuente en estos últimos tiempos), no hizo nada por dejar de pecar. Así que, como se dice popularmente, caballero nomás. Es cierto que a un canal de televisión le importa muchísimo el "rating" y que hechos como el que nos ocupa son aprovechables, aunque para nosotros resulte tal aprovechamiento una inmoralidad; puede ser cierto también que programas como el del último sábado se conviertan en "cortinas de humo" para otros intereses. Puede ser cualquier cosa, pero (salvo que se demuestre lo contrario), la relación adulterina, pecaminosa, "inmoral", es decir, la "cochinadita", ha sido protagonizada por dos personas adultas, un hombre y una mujer, y esta, la mujer -por plata, por más fama o por la razón que pudo venirle en gana- simplemente la ha dado a conocer a los cuatro vientos. Creo estar convencido de que, al iniciar sus encuentros (que han durado muchos meses) con el futbolista, este no le hizo firmar un contrato por el que ella se comprometiera a guardar reserva o secreto de lo vivido con él. Y estoy ahora sí plenamente convencido de que ni ellos ni nadie le ha pedido a los canales de televisión que desempeñen las funciones de protectores o que sean una suerte de biombo detrás del cual puedan darse, con plena garantía de privacidad, los encuentros sexuales de parejas a las que les importa un bledo los niños pequeños que puedan estar de por medio, o la aparición de "cuernos" en estructura craneana de alguna mujer engañada. Tal vez a los medios de comunicación les corresponda el deber de contribuir a que la moral social no se lastime, pero quienes no solo deben contribuir también a eso sino, sobre todo, a vivir en moral, somos nosotros, los ciudadanos de a pie, famosos o no, con plata o no, futbolistas o vedettes, lustrabotas o poetas. Y si incurrimos en falta, en pecado, en delito, caballero nomás, paisanos! Pero, ahora, en el caso concreto que nos ocupa, hay que decir finalmente una cosa: parece que ni se ha dañado a una familia, ni mucho menos el cielo se da desmoronado. La madre de los hijos del señor Vargas ha declarado que las cosas en su hogar están ahora más sólidas que nunca. El piso está, pues, parejo.

domingo, 1 de diciembre de 2013

DICEN QUE ME HAGO EL CHUECO, CARACHO (Diálogo en torno al caso de Giacosa y los plagios en que, según el Diario Perú 21, ha incurrido persistentemente)

Puse en mi “muro” del Facebook lo siguiente, en torno al tema Giacosa y los plagios en que, según el Diario Perú 21, ha incurrido persistentemente:

Plagios y eructos: La escritora chilena Isabel Allende escribió socarronamente en su novela Afrodita que "copiar de un autor es plagio" y "copiar de muchos es investigación". A esto creo que podríamos agregarle lo siguiente: Si un peruano es el plagiario, escupitajos, tomatazos, condena. Pero si quien plagia es extranjero, benevolencia, solidaridad, alabanzas, aplausos. Aquello le pasó a Bryce, y esto a Giacosa (si no me creen, vean su cuenta de Facebook: son cientos los que lo alientan). Otra cosa: Si usted, paisano, eructara durante un almuerzo, sería un malcriado, un sinvergüenza, un asqueroso. Hace muchos años estuvo en Lima el actor italiano Franco Nero; eructó ante los demás comensales en un banquete de agasajo, y todo el mundo lo celebró. Así están las cosas. Apago el televisor (esto último es frase de "El Búho", por si acaso: o sea, cité la fuente, para evitar el apedreamiento, porque, como decía tu abuelito, uno nunca sabe).

Esto generó un diálogo de amigos, parte del cual (los comentarios más significativos) transcribo aquí:
Charo Arroyo: Es una locura, llegar a aplaudir lo que está mal.

Charo Arroyo: Yo he criticado a Bryce y ahora critico a Giacosa.

Charo Arroyo: Un periodista no puede escribir un artículo donde la mayor parte esté entre comillas, tomado de otro, ponga o no la fuente.

Luis Enrique Alvizuri: La pregunta de por medio es: ¿tiene algo que ver esto con el hecho que Perú 21 sea un diario de derecha controlado por el grupo El Comercio (propietario del 80% de los medios del país) y que el señor Giacosa era el ÚNICO que no tenía la posición oficialista de derecha extrema a ultranza? Para muchos de la derecha la respuesta es no. Para otros, los que no son de derecha, sí.

Faltas hay muchas en la vida, y no hay ser humano que no las cometa (salvo que se sea un Cristo) pero de ahí a investigarlas, sacarlas a la luz con el debido escándalo (como los "gravísimos" delitos del Congreso magnificados por encima de lo que hacen las mineras o las grandes transnacionales con el Perú) y luego argumentar que SOLO POR ESO se aplicó la condena suena a estrategia planificada (puesto que se descubre el plagio después de una investigación larga y silenciosa).

Pregunta: ¿no bastaba con advertir, luego de los primeros indicios, en privado al periodista para que no lo hiciera y así todo quedaba en paz y entre amigos? La respuesta es clara: NO, había que enlodarlo para sacarlo de la manera más fea. ¿Cuántos "amigos" de Perú 21 (entre ellos muchos apristas y fujimoristas) cometen delitos realmente graves y peores los cuales no son "denunciados" por el diario porque antes los llaman a un aparte para "negociar" dicha información? Respuesta: muchísimos.

Julio Heredia: ¿...Y entre amigos?....Uhmmmmm, me sorprendes Luis Enrique: por lo demás harías muy bien en desenmascarar "a los apristas y fujimoristas que cometen delitos peores y negocian con el diario" (sería una buena labor de profilaxis)

Charo Arroyo: ¿Dónde ha escrito Giacosa artículos en que atacara la corrupción, desenmascarara a algún corrupto, denunciara los abusos, se declarara hombre de izquierda? ¿Cuándo se dijo que era hombre de izquierda? En todos los años que lleva en el Perú, ¿ha militado en algún partido de izquierda? ¿Cómo saben que es de izquierda? Ilústrenme por favor. Si alguien sabe díganme dónde puedo buscar esos artículos.

Bernardo Rafael Álvarez: En ninguna parte.

Bernardo Rafael Álvarez: Si fuese de izquierda, sería peor, pues. El plagio es grave. Y más grave aún si es que el plagiario está de nuestro lado. ¿O solo porque alguien está de nuestro lado, sus pecados son actos milagrosos, sus faltas son aciertos y sus delitos son excelsas virtudes? Resaltemos las cosas buenas donde esas cosas buenas se den, pero señalemos las malas también si están aquí o están allá.

Winston Orrillo: Hummm. Jamás de los jamases darle la razón al periodismo de albañal de peru211. Giacosa no tiene necesidad de declararse de izquierda. Basta, solamente, saber leerlo. Ese es el detalle. Saber leerlo. Hace varios años que lo leo y comparto la sutileza de sus críticas, y la inteligencia de sus enfoques.....Me da lástima que compañeros se alineen con la bazofia periodística -es un decir- y quieran sumarse al bulling contra un gran periodista, no el único por cierto, de nuestro medio. Y si quieren que saque a otro, sacó al gran Juan Gargurevich, que asimismo apoya a Giacosa. Pero el que no tenga ojos para ver, que no vea. Nada se pierde con ello. Y BERNARDO RAFAEL, TE ESTÁS HACE RATO HACIENDO EL CHUECO...

Charo Arroyo: Yo no me alineo con Perú 21, permanentemente denuncio el monopolio y la posición política de El Comercio y todo lo que considero denunciable, pero también estoy en contra de que se haga un martirologio si ha habido plagio, como parece ser. No estoy de acuerdo con decir "jamás de los jamases darle la razón...", porque si ha habido plagio, desgraciadamente la bazofia tiene la razón, y eso es lo triste.

Walter Saavedra: La discusión esta Buena... me gusta. Yo he solido buscar artículos o fotos en internet y los he encontrado (sin cambio los textos), firmados hasta por siete personas diferentes y publicados por agencias periodísticas conocidas. En periodismo tomar un texto y "voltearlo" (escribirlo diferente pero diciendo lo mismo) es el pan de cada dia. Por eso si Giacosa "volteo" textos, agregando algo o no, encuentra defensores... pienso. Recordemos que en uno de los libros mas conocidos de Federico Engels (El Origen de la Familia, la Propiedad Privada y el Estado) se da "vuelta" al libro de Lewis Morgan (Ancient Society), con algunos agregados. Y el libro de Engels es mas conocido que el de Morgan. Los periodistas saben que "voltear" un texto no constituye legalmente un plagio. Ahora bien, ¿esa práctica de voltear artículos es una sinvegüenzada? ¿Y en que cambia todo si se da vuelta a un libro y se cita al autor? Esto va má allá del problema Giacosa. Claro en el caso Giacosa fue un pretexto para sacarlo, eso no cabe duda. Pero, de acuerdo a lo que aquí se lleva dicho por varias personas ¿Giacosa plagio o no? Yo no he comparado los textos pero otros si y han dado su opinión aquí. El asunto es espinoso, la realidad periodística también.

Lo dicho por el poeta Winston Orrillo me dio pie para la siguiente exposición:

Bernardo Rafael Álvarez: Ojos de ver, ojos de ver. Eso es lo que hace falta. No a las anteojeras. No a la ojeriza. Objetividad, objetividad es lo que necesitamos, como lo quería Marx. Quien incurre en plagio incurre en plagio, así de simple; sea de izquierda o de derecha, sea brillante o sea mediocre. ¿Por el hecho de que un periodista esté de nuestro lado (del lado izquierdo, quiero decir) sus pecados, errores, faltas o delitos, se convierten en virtudes? No, pues. Sin embargo, en este caso, el caso del argentino, todo el mundo (casi todo el mundo, en realidad, menos nosotros que nos hacemos "los chuecos", según Winston) lo aplaude, lo alienta, se solidariza con él y hasta lo endiosan. Cuando ocurrió lo mismo con Alfredo Bryce, que es peruano, la cosa fue diferente: piedras, escupitajos, maldiciones, condena irremisible. Los méritos se reconocen, pero los defectos no tienen por qué ser escondidos. ¿Por el hecho de que es Perú 21 (de El Comercio) el diario que lo ha defenestrado, debo sentirme obligado a entender que aquí solo está presente la infamia de los Miró Quesada, y que acaso Giacosa es una víctima de los duendecillos de imprenta? El asunto, estimado Winston, no es de alinearse (someterse) a tal o cual bando, a tal o cual interés, para, a partir de ello, mirar las cosas; no lo es, al menos, en mi caso. Yo prefiero, en lugar de alinearme a eso, alinear mi mirada -en libertad, no sometido a mandatos, consignas, dogmas o directivas- y tratar de mirar con objetividad. Y esto me permite darme cuenta, sin ceguera natural ni forzada, que -repito- hay virtudes y defectos en todas partes y no solo el otro lado del río. A mí no me interesa darle o quitarle la razón al "periodismo de albañal"; si no la tiene, no la tiene, pues, y lo digo como siempre lo he hecho; y si la tiene, también la reconozco y no me empeño en ocultarla. Yo me he declarado, con todo derecho, dueño de una posición que espero sea insobornable (uno nunca sabe, caracho 😊): soy libertario. Y ser libertario significa no tener que darle cuentas a nadie, salvo a nuestra propia conciencia. Dije libertario, no liberal, por si acaso; mucho menos neoliberal. Estoy asqueado de las ideologías (el liberalismo es una de ellas, y por eso lo rechazo), porque las ideologías no promueven, nunca han promovido, la libertad sino el sometimiento. Ah, y una cosa final, Winston, yo no adjetivo a ninguno de mis amigos o contactos en el Facebook, y por eso -con todo respeto- he pedido siempre y vuelvo a pedir que a mí tampoco me adjetiven; espero no tomen a mal este pedido. ¡Un abrazo!

Las intervenciones de amigos continuaron:

Leo Chávez-Soria: Así es, las ideologías nunca promueven, es como el catecismo, sólo promueve obediencia y no cuestionamientos. Así se habla Ber, sin dios, sin dogma, sin amos ni soberanos. Salud!

Santiago López Maguiña: ¿Es posible vivir en un mundo sin ideologías? Los nihilistas piensan que sí, y entre los más célebres, no hay que olvidarlo, estaba Hitler. Y está nuestro compatriota (aunque para muchos no lo es) Fujimori. ¡Ha revisar bibliografía caracho! ¿Acaso libertarios no se llamaban y se llaman los anarquistas, y acaso el anarquismo no es una ideología? Ahora bien, es interesante mencionar que la libertad es un poder hacer lo que se quiera, condición que supone la inexistencia de obstáculos que vencer, a ella se opone la independencia que poder no hacer, condición que supone la posibilidad de negar una orden considerada injusta o no querida. Personalmente prefiero ser independiente que se libre. No independiente ideológicamente, eso es imposible, sino independiente respecto de los que mandan y pretenden mandar.

Bernardo Rafael Álvarez: "No independiente ideológicamente, eso es imposible, sino independiente respecto de los que mandan y pretenden mandar." Finalmente esto es, en concreto, a lo que apunto, querido Shanti (contra las ideologías de los que mandan o pretenden mandar). ¡Un abrazo, caracho!

Winston Orrillo: Lástima que la obsolescencia de los que creen que están "por encima de las ideologías" todavía subsista. Vallejo diría: "Allá ellos, allá ellos". Para qué perder el tiempo en discusiones con quienes, a priori, creer tener la razón porque están, como diría el filósofo, "más allá del bien y del mal". Pero da lástima cuando uno ve cómo subsisten estas ucronias en pleno siglo XXI. Los que no entienden qué es un plagio, los que no han utilizado, profusamente las citas -lean el descargo de Giacosa en Hildebrandt de hoy- ésos tienen siempre que sentirse dolidos cuando se les ve, alineaditos, con el terrorismo mediático realmente existente. Porque no es solo esto de Giacosa, querido Bernardo, están tus posiciones anti República Bolivariana de Venezuela, un sólido bastión contra el imperio genocida más bárbaro de la historia del hombre. Y no sigo porque tú crees tener la razón. Allá tú.

Bernardo Rafael Álvarez No creo tener la razón, ni jamás he afirmado tal cosa, estimado Winston. Tengo mi razón, simplemente eso: mi razón. O, como suele decirse: mi verdad. Y no espero que la compartan los demás, ni quiero imponerla. Esto es contra lo que siempre he estado y estaré: contra la imposición de verdades ajenas. Contra todo tipo de dictaduras. Y esto que pienso no supone que yo me sienta "por encima de las ideologías". Pensar tal cosa sería signo de una descabellada frivolidad, de una inmodestia sin límites. No me pongo por encima de las ideologías; solamente las rechazo, me hago a un lado. Porque de lo que estoy convencido (y no es que alguien me haya convencido, por si acaso) es de que las ideologías no son solo un conjunto de ideas luminosas que pueden ayudar a enrumbar el destino de las sociedades; son, sobre todo, instrumentos de dominio, herramientas empleadas para sojuzgar. Antoine Louis Claude Destutt inventó ese nombre, pero no sería descabellado pensar que le hubiese gustado emplear, más bien, este otro: ideopatía, es decir: enfermedad generada por la inoculación de ideas, o ideas que se inoculan para generar enfermedades. Y, bueno, es cierto: no solo es el tema de Giacosa (Giacosa, finalmente, no es el tema: el tema no es la persona, sino el acto de plagiar); también por lo de Venezuela, es cierto, y sobre este tema nuestras discrepancias vienen de hace varios años. Sin embargo -no sé si lo recuerdes- en lo que sí hemos coincidido es en nuestra admiración sincera a la figura de Hugo Chávez: su calidad personal, a pesar de nuestras inconciliables posiciones en torno a sus actos políticos. En torno a Nicolás Maduro la cosa es distinta. Y en esto sí debo repetir las amables palabras que has dicho aludiéndome: "para qué perder el tiempo en discusiones" referidas a un personaje (Maduro) que solo puede generar hilaridad. Respeto tus puntos de vista y la simpatía que sientes por algunos líderes y gobiernos, y respeto también la legítima antipatía que te producen otros líderes y gobiernos. Pero yo no tengo que sentirme obligado (ya lo dije antes) a alinearme con ellas. Si hay puntos en los que pensemos igual, bacán. Pero hay uno, creo estar seguro, desde el que que nada ni nadie (eso espero) va a lograr que caminemos por senderos que se bifurcan: en la estimación, en la amistad que te tengo. Sueño con una patria justa, pero libre. Libre de todo: de hambre, de injusticias, de temores, de odios, de violencia, pero libre también de dictadores y de mesías, y algo más: libre del opio de las ideologías que adormecen y someten. Lamento que el izquierdismo que practico sea digamos un izquierdismo "atípico", porque está contra los dioses y las dictaduras, y es capaz, también, de ver -además de virtudes- defectos no solo en la derecha sino también en la izquierda misma, de verlos y decir que los ha visto (no ocultarlos). No tengo previsto cambiar mi posición. Soy, quiero ser siempre, libertario (que implica una actitud, un comportamiento, una manera de vivir y de pensar, y no una ideología) y no liberal y mucho menos neo liberal (porque esto corresponde a una ideología: el dominio sobre todo del capital, sus abusos e injusticias). Bien, Winston, finalmente te digo: gracias por tu sentencia final: allá yo (😊). Por si acaso, no vale enfadarse. Un abrazo, hermano. Nos vemos en el Instituto Porras, para celebrar ese bellísimo soneto a tu tía Teresa.

Santiago López Maguiña: 1) ¿Verdades ajenas? O sea, propones Bernardo, que existen verdades propias. Las verdades, en cambio, no son ni ajenas ni propias, son verdades a secas. Ahora bien, no es fácil explicar una verdad, pero podría decirse que es aquello en lo que se conviene en afirmar que es lo objetivo. Conviene, digo, esto es, aquello en lo que se acuerda genéricamente tomar como tal. Plagio a Alain Badiou, quien a su vez plagia a Descartes. 2) No es posible estar por encima ni al costado de las ideologías. Estas constituyen nuestras miradas, nuestros sentimientos, nuestras prácticas. Son estructuras que surgen de nuestro hacer diario, de las relaciones que establecemos con nuestros semejantes. La teoría de las ideologías es un punto bien conocido en las ciencias humanas y sociales. Louis Althusser acaso es quien mejor la ha desarrollado. Quizás convenga un repaso de sus libros La revolución teórica de Marx e Ideología y aparatos ideológicos de Estado. Todavía sigue vigente. 3) ¿Ha plagiado Giacosa? Víctor Hugo Velázquez ha escrito un texto que circula en las redes sociales, yo mismo lo he colgado en mi muro, donde demuestra que no hay plagio en los textos del periodista. En el mundo de los discursos, por lo demás, siempre se cita. Todo texto es una red de remisiones a otros textos.

Bernardo Rafael Álvarez: De acuerdo, Shanti, en cuanto a lo de las ideologías. Antes ya te lo había dicho. Comprendo que lo que dije no es tan obvio en cuanto a eso, pero a lo que me refería es no a las ideologías como "estructuras que surgen de nuestro hacer diario" (son tus palabras). No. Sería absurdo negar eso, rechazarlo. De lo que hablé (también empleando tus palabras), es de independencia respecto de ideologías de los que mandan o pretender mandar. Es que somos usualmente elípticos: decimos, por ejemplo, "fulano no tiene carácter", pero lo que queremos decir realmente es que es débil de carácter; decimos "no me importa la política", pero lo que queremos decir es que rechazamos la política de los partidos; decimos "Juan no tiene personalidad", pero queremos decir, más bien, que tiene doble personalidad. En cuanto a las verdades, la cosa cambia. Insisto: hay verdades propias y ajenas y, claro, hay también verdades universales. Las que son asumidas por unos y las asumidas por todos. La verdad no es un ente que viaja por los espacios, errante. La verdad es, sobre todo, una asunción y una certeza. Por eso dije, claramente: "Tengo mi razón, simplemente eso: mi razón. O, como suele decirse: mi verdad." ("como suele decirse"). ¡Un abrazo, Shanti!