Se dice que el actual
Gobierno pretende vender "frontera a los chilenos", y que "Una
vez más PPK demuestra que se zurra en nuestra Constitución y en nuestra
soberanía nacional" (Ver aquí: Lima Gris).
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Si me permiten, voy a
hacer un breve comentario estrictamente jurídico y sincero que -sin duda- será
como muchos de mis comentarios, impopular y, además, puede parecerles
antipatriótico. Pido disculpas por ello y por la imprudencia, ya que estamos en
28 de julio:
1) El Gobierno actual no
ha decidido, hasta ahora, vender terrenos a los chilenos dentro de los
cincuenta kilómetros de la frontera.
2) Lo que ha hecho, con la
Resolución Ministerial N° 334-2017-PRODUCE, es disponer la publicación del
PROYECTO de Decreto Supremo por el que se autorizaría a la empresa Aventura
Plaza S.A. a adquirir terrenos dentro de los cincuenta kilómetros de zona de
frontera y a Open Plaza S.A. a mantener terrenos también dentro de los
cincuenta kilómetros de zona de frontera.
3) Esta publicación (de un
proyecto de decreto, y no de un decreto propiamente dicho) se hace como
consulta, con el propósito de "recibir las opiniones, comentarios y/o
sugerencias de la ciudadanía, por un plazo de treinta (30) días hábiles";
es decir, formalmente, el Gobierno no quiere decidir "al caballazo";
no conozco de alguna norma que exija como requisito esta consulta, pero, bueno,
el Gobierno lo está haciendo.
4) ¿Puede venderse
terrenos a extranjeros, dentro de los cincuenta kilómetros de frontera? Sí.
Veamos: La Constitución de 1979 (Art. 126) dice textualmente: "En cuanto a
la propiedad, los extranjeros, personas naturales o jurídicas, están en la misma
condición que los peruanos, sin que, en caso alguno, puedan invocar al respecto
situaciones de excepción ni protección diplomática. Sin embargo dentro de
cincuenta kilómetros de las fronteras, los extranjeros no pueden adquirir, ni
fuentes de energía, directa ni indirectamente, individualmente ni en sociedad
bajo pena de perder, en beneficio del Estado, el derecho adquirido. Se exceptúa
en el caso de necesidad nacional declarada por ley expresa."
6) No solo aquella alabada
Constitución Política (por la que juramentó Ollanta Humala). También la actual.
El Art. 71 dice, efectivamente, que dentro de cincuenta kilómetros de las
fronteras, los extranjeros no pueden adquirir ni poseer tierras, etc., sin
embargo -como la anterior-, señala una excepción: el caso de necesidad pública,
pero con una diferencia: excepción ya no declarada por ley, sino solo por por
decreto supremo.
7) En resumen: la eventual
adquisición de terrenos por parte de los chilenos de las empresas antes
mencionadas, sí tendría amparo no solo legal, sino constitucional.
8) Al haber publicado la
Resolución Ministerial con el proyecto de decreto supremo a que ya me he
referido, lo que hace el Gobierno -repito- es consultar digamos
democráticamente antes de decidir.
9) No sé si me equivoque,
pero no creo que sea cierto lo que dice el señor Alpaca, que el Presidente se
esté zurrando en nuestra Constitución; en todo caso, es la Constitución actual
(y lo fue la anterior, de 1979), la que permitiría la posibilidad de afectar la
"soberanía nacional", pues no prohíbe totalmente la adquisición de
terrenos por parte de extranjeros en nuestras fronteras.
10) A los constituyentes
de 1979 y los de 1993 (gobernantes de entonces incluidos) hay que maldecirlos. J
11) Concluyo: Visto desde
el punto de vista estrictamente legal, debo decir (aunque duela) que no hay
nada que se oponga a la posibilidad –en casos excepcionales, por razón de
necesidad pública declarada mediante decreto supremo- de que los extranjeros pueden adquirir o poseer,
por título alguno, minas, tierras, bosques, aguas, combustibles o fuentes de
energía, directa o indirectamente, individualmente o en sociedad. O sea,
oponerse echando mano a leyes, decretos o reglamentos, carece de solidez
argumental. La misma Constitución Política lo autoriza. Solo cabría -supongo- interponer como razones los sentimientos
patrióticos y las fobias, temores o revanchas. ¿Habría otras? Desconozco
mayormente J; en todo caso, que lo digan los que más saben.
¡Un abrazo!