sábado, 2 de febrero de 2013

LA IZQUIERDA MARXISTA: NO UNA ESPERANZA, SINO UNA TERCA FRUSTRACIÓN:


Puse en mi "muro" del Facebook, el jueves 31 de enero, lo siguiente:


Que me disculpen mis amigos, pero tengo que decirlo. Después de la caída del Muro y las experiencias vividas en nuestro país, la Izquierda marxista hace buen rato que dejó de ser un sueño a futuro, una ilusión, una esperanza o algo así. Ahora es lo más decadente que puede haber. En lugar de sueño, una permanente pesadilla; en vez de ilusión, una alucinación de opio; y no una esperanza, sino una terca frustración.


Un amigo insertó su comentario cuasi "ad hominem":


Parece que los marxistas te quitaron algo, Bernardo. Tal vez hayan sido tu pesadilla y causantes de frustraciones muy personales. Mejor enfila tus armas contra apristas y fujimontesinistas que no tienen más sueños que apropiarse de las arcas del estado. No hay nada más decadente que ellos. (Dante Castro)


Otro, ya con tono medio intolerante y casi agraviante, dijo:


Sólo la ignorancia, la supina ignorancia, puede ser condición para hacer afirmaciones como la hecha. ¿Qué lees Bernardo? Por supuesto, confundes el totalitarismo militarista cubano o chino, o el stalinismo en Rusia, con el comunismo, que aún no se ha realizado, pero que es un virtualidad sin la cual sería impensable el capitalismo neo liberal.  (Santiago López Maguiña)


Respondí:


No confundo, estimado Shanti. La Izquierda marxista -que es a lo que me refiero- no es el "comunismo que no se ha realizado". La Izquierda es una realidad, la que he descrito con palabras precisas. No se puede poner en entredicho (y yo y creo nadie lo ha puesto) a algo que no existe. Sería absurdo cuestionar a lo que se supone y muchos esperan ha de llegar. Se puede dudar de que llegue, pero no de lo que en caso de llegar signifique (bueno o malo). Los cristianos dicen "Cristo viene o vendrá". Yo pienso que no vendrá, dudo de que regrese. Pero no puedo afirmar que será bueno o malo si viene. No soy adivino.


Siempre en el mismo tono, este amigo volvió a intervenir y puso sobre la mesa un montón de títulos, como diciendo esto: "Lee, so ignorante!":


Bueno, bueno, hay que ponerse a leer, hay que informarse. Ahora en las universidades, en las facultades de letras y mucho menor medida en las de ciencias sociales, los libros de los amigos S. Zizek, Alain Badiou, Jacques Ranciere, Antonio Negri, Giorgio Agamben, y largo etc., son muy leídos. Son autores que tienen un pensamiento originado en la obra de Marx. Sigue vigente la revista The new left review. Y hay muchos libros que publica Verso de Londres, que desarrollan argumentaciones marxistas. Has una visita a Amazon, a las revistas especializadas, en fin... (Santiago López Maguiña)


Luego apareció esta rotunda y decente intervención:


Exactamente, Santiago. Los marxistas siguen contribuyendo...(Dante Castro)


Dije yo:


Claro que hay contribuciones de marxistas. Y todo lo que dices, Dante (hace bastante tiempo recuerdo habértelo dicho) es cierto y coherente, razonable. Pero exponer argumentos, similares a los de los testigos de Jehová ("en tal o cual versículo está dicho que Cristo vendrá, y eso es indiscutible") es otra cosa. Es algo así como como asegurar que, sí o sí, los extraterrestres tienen tal o cual característica porque lo dijeron los "ufólogos" que, como sabemos, nunca estuvieron en Ganímedes. Opio.


Otra intervención:


Por lo que enuncias Bernardo se ve que estas bastante desinformado. Es difícil admitir que la argumentación matemática de un Badiou sea comparable a la de un evangélico, si bien desarrolla una teología materialista, pues tiene un libro sobre San Pablo. (Santiago López Maguiña)


Mi comentario final:


La argumentación matemática de Badiou no está en tela de juicio. Y nunca he dicho que esa argumentación pueda compararse con la de un evangélico. Hablo de esto: ponderar las bondades de un comunismo que aún no se ha realizado (y "que vendrá") es como afirmar que "Cristo viene, prepárate". Dante Castro, como siempre, habla de hechos concretos: de aportes de los marxistas. Y yo hablo también de situaciones concretas: de la desorientación en que se encuentra la Izquierda, gran parte de la Izquierda después de la caída del Muro, desorientación que es real, que se ve, que en muchos casos la lleva a tener que buscar otro ropaje, otro lenguaje, otros gestos. Y -¿se entiende, no?- el ropaje, el lenguaje, los gestos a los que aludo, no se encuentran en los libros ni menos en la argumentación matemática. Para los evangélicos la llegada de Cristo y la vida feliz está "comprobada" (argumentada cuasi "matemáticamente") en un libro: la Biblia; pero al menos ellos tienen lo que sería digamos un punto a su favor, y que según dicen son las pruebas o indicios de su "verdad": la realidad (catástrofes, guerras, hundimiento moral, etc.) que dizque nos muestra que ya "va a llegar el día". La realidad, respecto del marxismo (salvo que alguien tenga la superpoderosa capacidad de demostrar lo contrario) pone ante los ojos unos indicios, evidencias o pruebas que le son adversos, y, como sabemos, Marx nos enseñó que la realidad no se comprueba con criterios idealistas, sino materialistas, pragmáticos. La realidad es la que ayuda a esclarecer las cosas. Colocar sobre la mesa de gabinete una variedad extensa de libros y ponernos, con cualquier tipo de fórmulas, a efectuar contrastaciones, comparaciones, interpolaciones, etc, es decir, efectuar sesudos ejercicios intelectuales, para convencernos que el marxismo en la práctica triunfó o fracasó, no será confesión de ignorancia supina, pero sí de una risible ingenuidad. El viejo Karl -si nos viera allí como jugando Scrabble- movería la cabeza, de izquierda a derecha: "No, muchachos, yo nunca enseñé eso", exclamaría, apesadumbrado. ¡Un abrazo!


Un remate con buen humor:


Chúcaro, chúcaro, chúcaro Bernardo...pero creo tienes razón! ("Alma Libre")


Yo:


Chúcaro, no, Alma; solamente libre.