I
-Admito
Pudo haber dicho un
hombre que al hablar
De mis circunstancias/
Estoy conjeturando ergo
Miento a medias pero sin mala
voluntad miento/
Que presumo son las nebulosas
ocurrencias de todos
Hijos de Dios a pesar
de las impiedades y blasfemias
De este paisaje de epónimos e
hiperónimos (sic)
Rasgado & Ojeroso
(Oh inmanencia de mis huesos y
la poesía que jadea)
Soporto una obsesión medio
enfermiza y crustácea
Por el espíritu denso
Basto turbulento
inflamable
Emparentado con la sangre y la
saliva
Aquel hálito tangible y
umbroso que se regodea
Mesiánico sádico espectral y
sardónico
Con la sombra dubitativa de
las cosas y su estropicio sobre el
Suelo infecto y melancólico
De
la ciudad que sufre
Incluso los avatares y
designios
Del amor loco y sus cabildos y
desengaños:
Territorio liberado de
retretes estípticos
Y vejigas sin ideología
Donde derramo como hemorragia
o vómito una pregunta
Desquiciada: qué
comeremos/
II
-Atraviesa el aire una
golondrina y se zurra sobre mi frente
Dice y decir es asumir el
riesgo de cargar con tu palabra como
Una cruz tatuada
La paz sigue siendo gregoriana
y su color huele a aceitunas/
Pudo haber dicho y qué importa
en este minuto
Que su diafragma responda a la
resonancia
Del silencio o al sondeo
daltónico
De la superstición y la
liturgia de los pecados
Infancia sosa y zonza
Pero es la edad desquiciada
del corazón y las tripas
Lo que a veces calla el
mensaje
Y el regüeldo de la moral
encanecida
Vibra como transitar cansino
De lombrices en el abdomen de
las viudas castas
Envueltas en su despiadada
infidelidad de polen y paloma
III
-Sacra arquitectura urbana y
corrosiva de la libertad
Y en los parques de la
Indulgencia y el cinismo
es también
Una piel desprendida injuriosa
y purulenta
Que hiere la mirada insensata
Del mundo y el hijo triturado
que devora
Los genitales del padre
En ritual de canibalismo
necrófilo
Sobre la cripta que expone al
lamento
Los residuos de un banquete
que no acaba
Y un perro aúlla tenuemente
como clavecín en la sacristía
Donde se extravían y enmohecen
las confesiones
Del apóstata sodomita
Y el descontrol de los
esfínteres
IV
-Yo me trago la vida
inmisericorde
Una suerte de antropofagia
Y fardos funerarios:
antropología forense
Y respuestas que se resisten
retobadas
Madrigal pervertido de
paisajes eviscerados
Y el llanto despedazado de
infantes sin calendario
V
-Mira qué luz la luz que
lastima nuestro ombligo
Qué luz
Es la lectura punzante de la
espina
Que muestra su enseñanza de
vísceras en
Las alcantarillas ofensivas de
la historia y su sabiduría
A pesar de las flatulencias
tanáticas
De la poesía y su dudosa
insolvencia
A pesar de los filósofos y sus
maletas cargadas de inferencias hepáticas
De la indiferencia y la
hipertensión arterial
Qué luz
VI
-Perdonen esta congoja medio
vegetal e hipocondríaca
Y la llaga poblada de
héroes larvas y adjetivos
Hechos con la materia
insoluble del embuste y el asbesto
VII
(Decía un hombre con el rostro
sin respuesta desprendido
De su oreja
Casi humano como la angustia
Que se alimentaba con los
fragmentos de
Su propia generosidad)
Porque casi nada dice la
poesía
Y el boquerón es una puerta al
suicidio o a la redención
VIII
-Estoy conjeturando en mi
memoria que inventa esculturas para
Mi propia tumba que es la
tumba de todos rastreada en las
Arenas de Cieneguilla
Mientras espero que
los pasajes bajen como un idiota inmóvil
Envuelto en bufanda de poeta
maldito y la Flor de la Cantuta
Huele a incineración de
esperanza y huesos
Y me respondo pleno de paz
angustia y cinismo aunque
Desbarrancado sé que el
mundo me borró de su agenda
Y tú de tus sueños:
Mierda!
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De: "Los bajos fondos del cielo", 2007.