martes, 29 de diciembre de 2020

Poesía integral / Primeros apuntes sobre la estética del Movimiento Hora Zero

 





                                             Poesía integral /

Primeros apuntes sobre la estética del Movimiento Hora Zero

                                                                                                           Juan Ramírez Ruiz



La vastedad y complejidad de la experiencia humana de este tiempo es tal que no puede ser registrada cabalmente por una poesía estrictamente lírica. Sólo una poesía que integre y totalice puede incorporar y ofrecer un válido registro de la experiencia de este tiempo sacudido por todo tipo de conmociones.

1.- No el lamento, entreguen júbilo poemas.


Todo el orbe es poesía. Todos los objetos, los sucesos, los hechos históricos del mundo y de la individualidad merecen ser expresados con el ojo crítico de la historia. Y más aún, a los hechos trivializados por la repetición es necesario darles proyección y lugar como hechos humanos trascendentes pero siempre con el ojo crítico de la historia.


La poesía integral aspira a una totalización, donde se amalgame el todo individual con el todo universal. Es decir, materia de un poema integral es la realidad acontecida y aconteciente; y que adviene en sucesos como expresión de los enfrentamientos de las clases en pugna. Esta materia se expresa en una emoción y sus efectos concomitantes; una idea y sus efectos concomitantes, y derivados llenos de energía movilizante.


Y en este punto cabe decir que el uso directo del tiempo, del espacio, de gente, de hechos que se protagonizan o no (estas son las épocas de la sinceridad) y también recuerdos, anhelos, sensaciones, necesidades, situaciones de todo nivel son sólo elementos de la materia de un poema integral.

2.-Los poemas en sí


Nos interesa la manera como es asumido el poema en todos sus aspectos y matices: estructura formal, sintaxis, etc., etc. Tiene que ser una creación absoluta. Todo poema en sí es una obra que vale por sí mismo. En cada poema es necesaria una forma diferente de decir las cosas. Y no es que se niegue o afirme la prevalencia de los contenidos sobre la forma o viceversa, sino que es necesidad urgente que los contenidos revolucionarios se expresen en formas revolucionarias.


Un poema integral intentará el entroncamiento de las reminiscencias y lo viviente en la particularidad proyectada a una generalización en base a una experiencia compartida a nivel de clase. La poesía integral hará aparecer la vida como es y como debe ser: ciclo continuo y totalidad indivisible que viene, va y se prolonga. Es decir, comenzar abriendo el poema y dejarlo abierto es consignar la Realidad. Es decir todo poema integral intentará postular el ritmo y el sentido del nuevo estilo de vida.
Entendido de esta manera, el poema no tiene fin, no concluye en tanto que la vida que genera no cese; su continuación está dada en la sensibilidad y en el conocimiento, y será reflejada en el plano de las relaciones humanas: De esta manera el Arte actuará como potencialidad transformadora, de esta manera el poema integral se ubicará dentro del contexto socio-histórico, eliminando el divorcio entre tiempo que se vive y problemática que se expresa, y se aproximará a la tierra intentando ser motivación para un cambio cualitativo.
Añado también, que un poema integral además de sus intrínsecos valores emotivos –sensoriales- imaginativos, debe tener un valor de eficiencia. Porque la asimilación de un poema integral es el movimiento permanente del mismo poema por el plano de la sensibilidad y del conocimiento. Además el poema al representar una sucesión de aspectos de la Realidad se convierte en una invitación o en un estímulo para un cambio cualitativo individual. Y esa invitación o estímulo es eficaz en tanto el escritor no falsee su materia y no mienta.

3.-El lenguaje


La ruptura en el plano lingüístico es fundamental, se trata de ubicar al lenguaje sencillo, popular, directo, duro y sano en la capacidad de expresar toda la energía de una experiencia latinoamericana en un lenguaje latinoamericano.
La tarea entonces, es la utilización de palabras vivas la revitalización de las palabras en estado de cáscara; y luego nos orientaremos a la aprehensión de lo “esencial-cotidiano” necesario para la enunciación de lo definitivo. La revelación de lo “esencial-cotidiano” y de lo efímero expresado en una alternancia continua producida por el tiempo y el espacio individual y ampliado por la consubstanciación, con la problemática común de los pueblos, es fundamental para la edificación del nuevo edificio verbal.
Y esto es tan fundamental como la guerra a las palabras fósiles, porque siendo nuestra principal preocupación la palabra, se quiere entonces palabras nuestras para poemas nuestros. Se quieren palabras nuevas, ideas nuevas para poemas nuevos.


El nuevo lenguaje será sencillo, directo, duro y sano. Hallará sus palabras en el habla popular, en el argot, en los giros populares y en la invención de nuevos términos. Y cuidado con el vocabulario de los oficios, con los modismos, con los refranes localistas: son viejos al nacer.
La nueva poesía latinoamericana debe ser instrumento de lucha contra los medios masivos de comunicación alienante que extravían y enajenan la identidad lingüística latinoamericana.


De otro lado: la cantidad de palabras fundamentales que tenía la poesía lírica para salvar la esencialidad de las relaciones humanas están siendo destruidas como nunca. La lírica que se valía de tales palabras no puede expresar ni abarcar la experiencia de este tiempo.


Y en esta época un lenguaje, un arte auténtico es aquel que logra transmitir una intensidad desalienante, que fortalezca y posibilite transformaciones.
Y en esta época y en esta lucha por un nuevo lenguaje, los diccionarios han perdido su valor significativo. Son inútiles para la creación. Y la semántica necesita un saneamiento.


Las palabras, los poemas se han escapado de los estantes, de los libros de las habitaciones; ahora caminan, viven en la calle, gritan, sudan, se caen de nuestra boca, aparecen al momento de nuestras relaciónes, en el acontecimiento que estalla al momento de nuestras relaciones, en el acontecimiento que estalla sobre una avenida a las tres de la tarde con mucha gente o en el suceso de las 12 de la noche con dos personas en un parque: A cada momento acontece un poema.



4.-Sintaxis


La poesía integral declara la guerra al sustantivo y al adjetivo negativos. Porque el adjetivo es el caballo de batalla de lo pasado, de la bella mentira, siempre mal usado es el adorno, el colorido, la fofa belleza, el revestimiento de viejo lenguaje. Guerra al adjetivo. Y ruptura con la bella mentira.
El adjetivo ha sido la categoría gramatical más prostituida, siempre ha obedecido a intereses antihistóricos de todo tipo. La poesía integral, como sintaxis esencial, usará al mínimo adjetivos.
Con lo que respecta al sustantivo, esta categoría recorre el mismo camino que el adjetivo negativo, por lo que estamos en contra de ambos. Pero se atribuirá la sustantivización a un elemento, cosa o hecho minimizado por intereses antihistóricos, llenándolos con contenidos vivos para colocarlos en el plano de la vigencia. Paralelamente se trata de desustantivizar los sustantivos negativos, todo esto con el objeto de revelar más aspectos de la realidad con el lenguaje popular vigente.


De otro lado es fundamental la vitalización de las imágenes, ritmos y palabras hasta el punto que puedan desplazarse y ser olidas, tocadas, agarradas.
Es necesario dinamizar el poema, darle una vida más ágil, un sacudimiento más elástico, un movimiento más plástico.


El poema integral estará escrito con palabras vivas, capaces de abandonar el papel y sumarse a la historia individual de cada uno y mejorarnos.
Es absolutamente necesario destruir la sintaxis tradicional. Y es preferible ser contradictorio a construir un ritmo lánguido o repetir una imagen pálida, un débil giro.



5.-Vida y obra


Todas las actividades de un poeta en su relación con los seres humanos debe ser la prolongación del acto creador, porque es necesario hacer de la vida una obra de arte y de la obra de arte un ente vivo generador de alegrías y fuerza constructiva. Un auténtico escritor que trabaje en poesía deberá escribir con toda su vida. Debe decir no a la ironía, al humor conciliador y apuntar hacia la conquista de una poesía no pequeño-burguesa.
Y cuidado con el subjetivismo, la complacencia, el ayayerismo, la panfletería. Porque siendo la experiencia de clase la que aportará el material y el campo de acción para el trabajo de un poeta, es necesario evitar la poesía de habitación, la que exprese problemáticas referidas a individualidades, a círculos amicales y familiares. Y caminar, caminar por las calles, las calles tienen un alarido permanente, es necesario escucharlo.
Decir adiós a esa tontería del “cuarto del poeta”, de “la casa frente al mar, “del jardín de los sueños”. Decir Adiós a la idiotez del romanticismo enervante. Y mucho cuidado con el baboso humor burgués y con el frívolo desplazamiento del gusto de la cretina clientela del arte: los que gustaban de la altisonancia y la palabrería hueca han dado su salto a la poesía que hace cosquillas.
Es necesario evitar los versos que buscan efecto, los poemas escritos con estos versos son poemas agotados en sus intenciones que sobornan, que preservan. Poesía hecha a ras de tierra, que relega la significación a un solo verso final. Eso se logra cuando: 1) cambia bruscamente el ritmo, 2) al afirmar o negar bruscamente lo que se venía exponiendo. Y es falso ese remate porque condiciona y premedita objetivos, busca conciliación y su construcción es fría y frívola.


De otro lado la experiencia latinoamericana del escritor latinoamericano no puede ser expresada en palabras que vienen huecas de otras literaturas ni aun con palabras vivas que sirve para expresar otras realidades. Y por supuesto no servirán los ritmos importados, ni es útil recurrir a viejas formas o arcaísmos o a un lenguaje alienado para expresar una experiencia actual
La prueba del fracaso al no expresar una experiencia latinoamericana en un lenguaje latinoamericano está en : 1) el retorno a las viejas formas y ritmos, 2) en el uso de un lenguaje arcaizante o alienado, 3) en el remedo obsesivo, y 4) en la vida alienada. Esto ha contribuido a una basta enajenación lingüística; por esa razón la creación de un nuevo lenguaje y un nuevo ritmo es la más grande tarea de los escritores de este tiempo. Y es fundamental porque sólo un nuevo lenguaje y un nuevo ritmo otorgará personalidad a la literatura latinoamericana.


Aparte de eso ninguno de nosotros debe permitir el insulto de una obra apócrifa, falsa y mentirosa, ni el insulto de una vida en donde la relación de hacer y decir no se cumpla.


La vida y la obra de un poeta debe ser un desafío, un reto permanente contra todos y contra todo lo antihistórico.


Hagamos hoy la poesía que escupa y estrangule a todo lo que obstruye e impide la realización total de un ser humano.


Y luego hagamos la poesía que apuntale esa realización.


Ambulatoria, pródiga y hacia fuera ASÍ QUEREMOS LA POESÍA. Porque la poesía sola, no existe, y si tiene que ser “hacia fuera”, es porque sólo de esa manera se da la vida: Uno es con uno solamente una mañana o una tarde, pero uno es con el mundo mañana, tarde y noche.
La poesía es de más de uno y de todo un pueblo.


La poesía se hace en contacto. Fuerte, poderosa y rebosante de energía que exprese la violencia y la rebase posibilitando un cambio, una transformación: así queremos la poesía.


Una poesía que sea el canto de lo objetivo-subjetivo vital, así la queremos.
Se trata ahora de escribir la poesía de la vida del pueblo en los términos justos en que se da esa vida, es decir vitalmente: Vivaz, vital y dinámica, con un ritmo ágil y fluyente y con un lenguaje directo, sencillo, duro y sano; así queremos la poesía que hará posible una nueva y auténtica comunicación que imponga “tensiones y rupturas y no coincidencias pasivas”.
ES TODO ESTO, ENTRE OTRAS COSAS LO QUE AL ARTE DE LA POESIA LOS NUEVOS POETAS LATINOAMERICANOS OFRECERAN.

6.-Estructura de un libro


Un libro de poemas actual estará formado por poemas totales que tienen la facultad de vivir solos, fuera del libro. A una creación le seguirá otra creación y no habrá necesidad de poner cordones temáticos o rítmicos entre uno y otro poema, todo esto con el objeto de clarificare la realidad, de entregar sólo lo auténtico.
El periplo: punto de partida y punto de llegada en un libro es artificial y más aún no obedece a un plan cíclico de creación.
La estructura tradicional o el agrupamiento de poema tras poema en la que cada uno es explicado por el anterior cayendo en la estupidez de lo que se llama el cancionero-poemario, es una progresión ilógica.
Los poemas integrales son un mundo abierto al iniciarse, y abierto hasta el último verso, no concluyen nunca. Y nadie que atraviese un libro de poemas integrales queda inmune e impune porque se sumerge a la Realidad. Y ésta no es un refugio para nadie.



7.-Para editar una revista
Júntense varios amigos, conozcan bien a dos o tres
entréguense confianza, asuman un papel de vanguardia, recuerden
que toda idea, todo esquema es un medio, nunca un objetivo;
manden a la mierda todo fin personalista,
escupan a todo deseo de notoriedad,
apunten bien y disparen.


8.-Para una nueva ética


El primer desafío de esta circunstancia histórica es concretizar la idea de la REVOLUCION. Todo lo demás está por debajo. No nos engañemos.
La idea más perfecta es estúpida y absolutamente innecesaria si no se concretiza. Y la medida de liberación de un hombre está dada por la asunción de la acción como única salida y por la encarnación de la apremiante necesidad del cambio que se manifestará con acciones que socaven lo establecido.


Dentro de una vieja sociedad la toma de situación y de conciencia por parte de un grupo de individuos es el Primer Acto Cultural de una Sociedad. Y ese acto primero será acechado, mediatizado, confundido, desvirtuado ante los ojos de todos por parte de los enemigos de la nueva ética. mantenerlo y orientarse hacia una amplitud más dinámica es otro desafío.
Porque definitivamente toda nueva actitud para que no se convierta en antihistórica requiere necesariamente una nueva moral y una praxis.


El avance del sub-hombre hacia el Hombre Real, y de éste al Hombre Nuevo se hará a través de esquemas, ideologías y sistemas que son y deberían ser siempre vías y nunca metas u objetivos finales.

9.-Otro sobre el mismo asunto


En el Perú un poeta tiene una biografía abundante y terrible; las maneras cómo llegó al arte, cómo luchó para mantenerse en él, cómo vive y cómo ha vivido formarán un documento sociológico explosivo.
Si dos o tres de estos jóvenes escribieran las experiencias de antes de sus años veinte se tendrían todo el amor y la furia necesaria para transformar el mundo.


En este país a los individuos les ocurre todas las experiencias humanas en una sola hora y con alternancia delirante. Y se vive teniendo el doble de la edad más la edad correspondiente.



10.-Hechos que no deben olvidarse


1) Imponte la tarea de escribir los poemas que jamás se hayan escrito.


2) Llena de palabras el sentimiento. Y llena de intensidad las palabras


3 Los poemas deben tener el olor del mundo y deban respirar como un ser vivo, un poema integral es siempre un operativo cultural.


4) Es necesario escribir el color azul, escribir la angustia, escribir la lucha, escribir el rectángulo, la violencia.


5) Nada reemplazará tu obra. Y nadie te reemplazará a ti.


6) Desprecia convenientemente todo lo antihistórico y escupe a la rigidez y a lo insulso.


7) Eres todo lo que supones y aun eres mucho más.


8) Ámate como amas a la audacia


9) Di la primera palabra. Y no te preocupes por la última.


10) No tienes el “no me toca” para nada.


11) Nunca serás demasiado joven para todo lo que se puede lograr.


12) Tu condición, tu edad, tu circunstancia no es una disculpa para nada.


13) Piensa como dos. Ama como tres. Y trabaja como cuatro.


14) Sé audaz pero mantente fiel a tu respiración.


15) Es posible lograr lo imposible. Hay el 100% de posibilidades.


16) Edita por lo menos una revista de poesía joven en tu vida.


17) Ten el coraje de ir a la mierda y ten el valor de regresar.


18) Si no hay un hombro donde apoyarse, apóyate en tu hombro.


19) El poema no quiere que lo saquen, el poema salir.


20) El que camina va en un solo pie. El problema es donde poner el otro. El que se detiene pone los dos pies y no es fiel a su respiración.


21) Eres indispensable como el aire.


22) Pon en dos minutos de palabras, los hechos de dos años de experiencia.


23) Evádete de tu nombre.


24) Tú siempre serás lo que se necesita.


25) Nunca se te va a terminar el amor. Prodígalo en tu mujer y bendícela, prodígalo en tu amigo y bendícelo.


26) Regálate y atrévete. Tu puedes. POESIA ES.



11.-FINAL
a) Aclaración


Un solo poema de este libro vale por seis docenas de prólogos como éstos.
Pero estas cosas las encontré en mi camino y yo las muestro (no quiero quedarme con nada), entrego, expongo estas cosas no por vanidad, ni engreimiento, sino fraternalmente, porque después o antes de todo, esto es una manera de diálogo franco y limpio. Y esta hipótesis es dinámica, y se moverá hacia una estética más revolucionaria, es decir, más auténtica.


b) Digo


Nuestras necesidades y objetivos son precisos pero no son fijos, son precisos enfrentados ante este tiempo, pero no son fijos en cuanto habrán de ser los mismos que tengan las vanguardias en otro tiempo.
Y en otro tiempo cuando desaparezcan las vanguardias, nuestras necesidades y objetivos serán los mismos que tengan las grandes mayorías.


c) Desafío.


Sigue. Pero diferente.

   

                                                                Julio-70


lunes, 28 de diciembre de 2020

JUAN RAMÍREZ RUIZ: Ocho poemas de "Un par de vueltas por la realidad (1971)

De: "Un par de vueltas por la realidad". 8 poemas de Juan Ramírez Ruiz.







                         

LE QUITARON LA CIUDAD A MARIO LUNA 

 

Le quitaron la ciudad a Mario Luna el día 31 de mayo.

Y su dolor equivale a doce volúmenes de poemas del siglo XVIII y no será consignado aquí.

El 1º de junio el cable repetía el barrio La Esperanza está en los suelos,

El barrio del Acero ya no existe y allí se mezclaron cines con parques

Y carros y árboles, y árboles se mezclaron con abuelos y novias y familias

Y tiendas comerciales, tiendas comerciales se mezclaron con ópticas, consultorios,

Cementerios, y cementerios con salas de maternidad, con máquinas de escribir

Con pantalones con zapatos con hígados con riñones, y riñones se mezclaron

Con cerros y cerros con techos con televisores con cráneos con sillones

Con frazadas con tablas. Y el Sur está en el Norte. ¡El techo en el hueco!

¡El 8 de junio en el 2 de marzo! y yo recorro 454 kilómetros

Y he visto 454 kilómetros de dormitorios amarrados a estacas, de padres buscando

A hijos y mujer, hijos a madres, a la hermana menor buscando, y amigos encontrando

Al amigo muerto, el voluntario hallado en la pierna de un damnificado, una novia

Acariciando al novio herido junto a la Virgen María sucia mujer empujada

Por el sismo, mujer rota bajo un surtidor de la avenida Espinar ocupada

Por la fachada de toda la calle, de toda la calle hasta radio Chimú

Hasta el cine Olaya con sus butacas sobre autos de capota averiada, sobre

Árboles mutilados, rotos y esto; y todo eso

Es una temperatura de 14º Farengheit al norte del Perú.

Y mi dolor es equivalente a seis volúmenes de poemas del siglo XIX y tampoco será consignado aquí.

Pienso en Mario Luna. En la ciudad que le quitaron. Y el sur está en el norte!

¡El techo en el hueco! Y luego irse, irse, subir al interprovincial.

Pero había que bajar, los pasajeros tuvieron que bajar y después subir

Para atravesar el puente Virú, el puente Santa. Durante todo el invierno.

 

 

 

JULIO POLAR 

 

Conozco a Julio Polar-

De la mañana a la noche de Lima, en una calle sorpresivamente, hablamos de pintura

Y de su hermana Juana la única, la soltera, la que nació dos años después que él.

Él, que era puntual a la gran Unidad donde comenzó a escribir poemas

que amaba y guardaba en un cajón  despintado, pero después cajón y papeles

fueron quemados por su madre (¡sin saberlo!) y él que lo sabía

decía con el llanto sobre la mesa una noche de los mil demonios en un café

de la Colmena a 500 metros de su casa.

Y yo lo sé, yo lo he visto, a mí me consta. Conozco a Julio Polar.

Metido en la Universidad los cabellos le crecieron, cubrieron sus ojos, sus mejillas,

sus manos y desde allí estuvo dos años, años, años buscándose ojos, brazos orejas,

piernas y de pronto la neurosis lo embistió. Pero fue allí cuando amó, así, de golpe

a Ivón y daba sus paseos por la playa del Callao, por la Costanera

asegurando, prometiendo, defendiéndose y mientras las telarañas envolvían al mundo

decidió ponerse afuera y vigilar.

Y luego quiso estar solo. Se compró una Enciclopedia del Crimen,

la antología de la Poesía-Latinoamericana, las obras completas de Ungaretti

a quien amaba; y sorpresivamente vino aquello del Hospital Carrión

donde los médicos se reunían para atraparle la neurosis, se reunían

en un cuartito verde y hablaban, hablaban y Julio

leía leía leía sus poemas a los amigos, a su hermana que llegaba los domingos

con aguas gaseosas y naranjas, a la enfermera delgadita y ágil que sonreía, sonreía,

sonreía; y yo era el que llevaba los cigarros y metía humo

entre tanta enfermedad y humo  entre cada traje blanco.

Afuera lo reptiles, bocas borrosamente abiertas, ojos desorbitados, caballos,

Alimañas entre marañas de intestinos, junto a cráneos pelados, mordían huesos,

pisaban, sorbían sangre, defecaban, reían. Y todo era una perfecta cagada

lo de afuera y lo de adentro, todo una perfecta cagada.

Y yo lo sé, yo lo he visto, a mí me consta.

Tres meses después los médicos se cansaron de buscar y afuera Julio Polar,

hasta Surquillo, donde Ivon. Y qué de noches, qupe de días caminando

con largas conversaciones o con el llanto en toda la cara, como perros

en la calle, temerosos, llenos de miedo y el fantasma del fracaso, el vacío,

la soledad de bestias, y después ya basta y el trabajito de corrector

desde el jirón dela Unión hasta el Callao hasta las tres de la mañana

con el primer sueldo y los libros RIMBAUD, CAMUS, MICHAUX.

Y l suceso de amar a BRECHT, el acontecimiento de conocer a MARX,

de soportar la desilusión porque de la noche a la mañana mi mujer se aleja

y ya no habla, y esto apena, claro; pero qué si el primer libro de poemas

está incluido y Julio lo lee, termina y bebemos vino en el “Triunfo”, celebrando.

Y “ esto va a cambiar, lo juro, lo quiere mi vida, esto va a cambiar”.

Y allí en el espectro de la derrota, allá en la certeza de otros días, aquí la monstruosa

seguridad en nuestras palabras y a la misma mierda la universidad,

y en medio de toro eso el amor a Alejandrina y rápidamente

en un dos por tres (pun-pun-baam) se casan y Julio luego en la Colmena

al trabajo todos los días desde hace un año y una noche de estas

que no quiere un hijo, pero ha comprado una máquina fotográfica  y escribe

poemas y cuentos y escucha discos de LED ZEPELLIN solo o con otros amigos

fuman o conversamos o escuchan o fumamos entre sus libros que aumentaron

en tanto publicaba varios poemas en una revista peruana.

Y a mí me consta, yo lo sé.

Ahora todos los días pisa la Colmena, entra a los cines los días francos

y después toma café en el LUZ o en el PALERMO. Julio de veinticuatro años,

mi amigo, peruano, lector, caminante, cansado, bigotudo, solo, acompañado,

absurdo, creyente incoherente, dibujante, apostata

y autor de ALGO PARA ALGUIEN libro de catorce poemas y ocho cuentos próximo a editarse.

 

 

 EL JÚBILO 

 

Atención, éste es el júbilo, éste es el júbilo 
huyendo del silencio, viene, viene, se queda, 
limpia, éste es el júbilo, el silencio le huye. 
Elfina tu decías no, pero está conmigo 
tómalo en mis ojos, en mis manos. Elfina 
deja la tarde en la calle, avisa y que vengan, 
que se alejen de las ofensas, que descuiden la 
acechanza, el improperio, la alevosía, 
aviso, dilo y abandona las oficinas, 
corre, ven con todos, corre, separa tus dedos 
de las máquinas sumadoras, cierra, cierra, 
los libros, los llaveros, los insultos, éste es el júbilo, 
éste es el júbilo, reconócelo Elfina, éste es el júbilo. 
Este que se aleja de la redondez del cuatro, 
de la punta involuntaria del cinco 
o del alambre que sigue al viento. Este es el júbilo, 
éste es el júbilo, este viento cargado 
con sonidos de vidrios verdes, éste es el júbilo, 
y conmigo está mirando la tarde. Entro en los pechos, 
en las frescas canciones, entro, éste es el júbilo, 
esa música, esa abundancia, ese relumbre 
que dejó caer sin recogerlo, éste es el júbilo, 
reconócelo Elfina, éste es el júbilo. 

 

 

 

PARADERO

 

Está lloviendo ahora sobre toda esta ciudad y
son las 12.30 p.m. a lo largo y ancho del Meridiano de Greenwich
y yo he crecido entre gente que es joven y gente que no es joven
entre autos, papeles bond o bulky,
                   artefactos y escaleras
artefactos y clientes. Y avisos de la desesperación o la locura
He crecido sobre esta ciudad
                     y hace 24 años esta ciudad sabe mi peso
(Aquí la noche del 14 de mayo me enteré que he tenido un aire puro
porque alguien lo dijo entre botellas de Pisco de Ica
                    con rabia y para insultarme)
Y yo salgo a la calle a repartirme como obsequio.
Por las calles de mi país camino con un sonido.
Y soy un lugar con mucha luz,
          soy un aullante canto ambulatorio,
mi cuerpo está lleno de poemas y
salgo a la calle a repartirme como obsequio.
Y he demostrado que soy este cuerpo
estremecido por la rala luz que se confía a mis congéneres,
este cuerpo amargo sobre el que lloro:
Mis brazos han crecido increíblemente
y reconozco que mi semblante me ha traído complicaciones,
reconozco que mi cariño infinito me lastima
ahora que yo se regala incontenible, y cuando la lluvia
en la plaza Manco Cápac no es lluvia en la Plaza Manco Cápac.
Y cuando el individualismo se enreda y me llega a las pelotas
        aquí estoy yo, vivo y fogoso
y Latinoamérica devuelve mi cara cuando la miro,
el Día se abre para que este cuerpo pase,
el viento roza mis orejas; y voy fogoso y limpio
a través de estas avenidas silenciosas.
                                                            Aquí estoy yo.
Y óyeme tú, amadísimo padre,
oye al que está fatigado de hablar para el viento,
ya es Agosto, llueve hace 24 años esta ciudad sabe mi peso:
Yo entrego mi vehemencia y mi amor
a esta vía que se ensancha hacia toda la extensión del universo:
(Aquí lograr lo justo,
                   ser inmaculados
y brillar como focos de 12,000 voltios:
esa es nuestra única alternativa.
Ahora aquí haré lo extraordinario
                    y alguien ha de decir que no está bien).
Pero escúchame tú, padre, escúchame, yo jamás podré mentir
yo he crecido en esta ciudad del sur-este
con mil dificultades para cargar con mi exceso de ternura,
con mi energía de animal salvaje amando,
amando siempre a las manzanas, amando siempre a lo que conmigo vive
con estas ansias,
con esta limpidez que se levanta
                  desde mis extremidades inferiores
amo, amo furiosamente mi fortaleza
                          y elogio a gritos mi salud.
 

 

 

TERESA
              (Está sucediendo)
 

 

Teresa
mujer de treintiocho años
(sola entre millares)
quiere tener relaciones
con cualquier hombre,
en cualquier lugar
y a la brevedad posible.
Se anticipa
(y esto es un asunto grave)
le queda poco tiempo
y además
ya perdió toda la serenidad.

 

 

 

IRMA GUTIERREZ
                       (Aún sucede)
 

 

No sé si habrás ido
a la fiesta que me invitaste, Irma Gutierrez.
No sé que será de tu vida.
Dos veces he querido llamarte por teléfono.
Pero me ha brotado mucha luz en estos días Irma
y ahora tengo reunidos
los rostros que imaginé para ti
allá en el jardín ofrendado a los enfermos.
Me ha brotado mucha luz en estos días
y mis ojos, mis ojos de chisco quemado eran verano de Papayal,
30 de Enero en Guayaquil o el uso de una chompa de alpaca hoy.
¡Irma! ¡Irma! debes estar impaciente
en la clínica andarás aguardando mis llamadas
o irás a la recepción. Te preocuparás.
Pero por ahora he terminado y
voy a llamarte al 233000 y si no estás te buscaré.
Y te voy a rencontrar para que nadie diga
que es imposible
la amistad en este mundo Irma Gutiérrez.

 

 

 

JUANA CABRERA
                         (También esto aún acontece)
 

 

Juana Cabrera se ha quedado en la calle.
Su casa ha sido demolida mientras brillaba el sol.
Hubo orden judicial y por supuesto el Juez ha estado presente
y ha constatado los destrozos que han hecho los demoledores.
Y yo la he visto, yo he conversado con ella y
ella ha vivido allí por décadas con hijos marido y hermana.
Ha trabajado toda su vida. Tiene libreta electoral y un solo gusto
los discos de El Satanás de Cuba, especialmente ése «si tú supieras
las ansias que tengo de verte» y el otro «Vereda Tropical».
Y ahora Juana Cabrera está en la calle y ha vuelto a recordar
el maremoto del 42, el sismo del 66 o la caravana de damnificados
o la multitud (que conversaba en las noches) afligida
por esa guerra que terminó en dos horribles hongos.
(Y esto es un asunto grave)
Juan Cabrera va a dormir en plena calle.
Va a tener hambre y frío otra vez.
Y seguramente va a perder peso.

 

 

 

810 GONZALES PRADA — SURQUILLO
Teléfono 284225
Isabel Tello Vargas
 

 

Voy a la casa 810 González Prada-Surquillo
y te encuentro o me dan razón de ti Isabel.
Llamo al 284225 teléfono de la vecina
porque tú no tienes, cosa que no es rara en el Perú,
y me hablas tú o me hablan de ti Isabel.
Pero yo no quiero que me den razón de ti
No quiero que me hablen de ti
quiero hallarte a ti, hablarte, caminar contigo,
contigo alquilar un carro,
traerte aquí a San Diego
y en mi habitación mientras fumo
ayudarte a desnudar
y luego amarnos con ternura
como dos dulces
y tiernos
seres humanos.

 

 


lunes, 21 de diciembre de 2020

¿QUÉ SERA DE SU FALDA DE FRANELA?

 

Antenor Orrego, su pata del alma, le puso, como certera chapa, "Korriskoso", en alusión a sus altas dotes de conquistador. Aquí los nombres de solo siete de las chicas a las que habría encandilado pasionalmente: Martina Gordillo Peláez, Otilia Vallejo Gamboa, Gabina Salamanca López, Rita Deza, Rita Uceda Callirgos, Otilia Villanueva Pajares y Deidamia García Zavaleta. ¿Una de ellas (¿o las siete?) fue la que el poeta eternizó anónimamente (¿o se dice "seudónimamente"?😆) como la "andina y dulce Rita de junco y capulí", en ese bellísimo y muy famoso poema titulado "Idilio muerto" que forma parte de su primer libro, "Los heraldos negros", y acerca del cual Antonio Cisneros hizo un comentario infeliz? De todas, una de las más votadas por los hacedores de conjeturas fue aquella de quien Miguel Pachas -biógrafo del poeta- dice, como Dina Páucar cuando canta, que era "blanca como la nieve": Otilia Villanueva Pajares (la de "en sus venas otilinas": poema VI de "Trilce"). La otra -que igualmente se llamó Otilia- fue la sobrina del poeta, su amor incestuoso: Otilia Vallejo Gamboa, a quien también se refiere Stephan Hart. Un nieto de la primera de las siete nombradas en la lista, afirmaba que fue ella, su abuela, la chica aludida (la que «Ha de estarse a la puerta mirando algún celaje, / y al fin dirá temblando: "¡Qué frío hay... Jesús!"»): es decir, Martina Gordillo Peláez. Pero doña Alfonsina Barrionuevo, que hace veintisiete años conversó con don Oswaldo Vásquez Vallejo, sobrino del poeta, ante la consabida pregunta recibió de él, enfáticamente y sin dudas ni murmuraciones, la respuesta que pareció haberla convencido: que la "andina y dulce Rita de junco y capulí", había sido la buenamoza que aparece aquí, en la fotografía que acompaña a este texto, Deidamia García Zavaleta. Efectivamente, lo afirmado por el paisano del vate podría parecer lo más convincente pues, según él, la misma Deidamia le había contado algunos detalles: entre otros, que Vallejo le enviaba poemas al colegio en que ella estaba internada, y que incluso le hizo llegar el poema de marras que, por cierto, medio que la incomodó por lo del nombre, pues no era el suyo el que allí puso el vate, pero -aun así- amorosamente lo guardó "en el oratorio de la hacienda El Paival", hasta que terminó desapareciendo sabe Dios cómo y por qué. Bueno, al respecto yo me pregunto: ¿Un poema de amor para Deidamia -a la que el poeta tenía relativamente cerca- por qué hubo de ser escrito con una interrogante de entrada referida a una mujer ausente ("Qué estará haciendo..."), y que -para remate- hable de un "idilio muerto"? Resulta, por decir lo menos, demasiado caprichoso, ¿verdad? Sea como fuere, lo cierto es que la madeja aún sigue enredada. ¿Podremos algún día, por fin, aclarar el enigma vallejiano llamado Rita? Dificilazo, realmente. ¡Ah, nuestro amado e inmortal cholo Vallejo! Qué ganas de ponernos de vuelta y media, caracho: con sus extraordinarios poemas, con el título de uno de sus más celebrados libros, con su "tahuashando" y, por último, ¡hasta con sus musas! Poeta es poeta, pue. Incorregibles hasta la pared de enfrente, y sin remedio; pero, eso sí, de carne y hueso, pero no con alas, como -según parece- creía Sócrates, el filósofo que jamás olvidó sus deudas (¿conocían sus últimas palabras?: “Acuérdate, Critón, que le debemos un gallo a Asclepio”).                                                                                                                                                              

                                   © Bernardo Rafael Álvarez


                                      ***

El poema: 


                        IDILIO MUERTO  

Qué estará haciendo esta hora mi andina y dulce Rita de junco y capulí;

ahora que me asfixia Bizancio, y que dormita

la sangre, como flojo cognac, dentro de mí.

Dónde estarán sus manos que en actitud contrita

planchaban en las tardes blancuras por venir;

ahora, en esta lluvia que me quita

las ganas de vivir.

Qué será de su falda de franela; de sus

afanes; de su andar;

de su sabor a cañas de mayo del lugar.

Ha de estarse a la puerta mirando algún celaje,

y al fin dirá temblando: «Qué frío hay... Jesús!»

y llorará en las tejas un pájaro salvaje.

viernes, 18 de diciembre de 2020

PASITO TUN TUN*

Tras haberla oído cantar el “pasito tun tun", en un muy concurrido local nocturno del Bulevar de Los Olivos, me acerqué, atropelladamente y con algo de temor e inseguridad, a saludarla: quería estar, aunque fuera solo un instante, cerca de ella. Siempre la había visto en televisión, pero esta vez todo era diferente: estábamos los dos en el mismo lugar, claro, en medio de tanta gente enfervorizada, y yo no podía contener la alegría. Quería decirle algo, frente a frente, algo que siempre había deseado. Es que no solo la admiraba a rabiar, no solo era su fan número uno; la verdad es que me sentía enamorado de ella, locamente enamorado. Su voz, para mí, dulce y tierna; sus movimientos sensuales, medio insinuantes; su sonrisa, como el lucero de la mañana o la luna en medianoche, y, claro, su notable inteligencia: todo, todo en esta mujer era bello y divino, y eso excitaba mis emociones y hasta me inspiraba. Cómo no amarla y querer que mi corazón palpite con el suyo, suavecito, despacito.

 

Lo que yo sentía era algo lindo y sano y no estaba dispuesto a ocultar más mis sentimientos, y tenía que lograr que ella lo supiera; si no lo hacía ahora, jamás lo habría de hacer, y ¡esta era la oportunidad! Tomé valor y, después de respirar hondo, decidí que esa misma noche, definitivamente, se haría realidad mi propósito, costara lo que me costara. Y así fue.

 

Mandé al demonio mi crónica timidez, y en medio de tanta gente ocupada en su propia diversión, unos apretando la mano de sus parejas, besándose entre ellos, otros bebiendo cerveza y otros bailando, ¡me atreví, caracho!, y, por fin, le dije lo que había querido decirle siempre; repetí su nombre a todo pulmón y, desaforadamente, agregué: "¡Te amo!". Algunos, asombrados, perplejos, creo que se asustaron, y otros –crueles- solo soltaron una estruendosa y ponzoñosa carcajada, y, sin duda, no faltaba quienes habrían querido propinarme una andanada de patadas y botellazos. Pero ¡qué diablos me importaba todo eso! Yo ya había logrado que se cumpliese mi deseo supremo: romper mi timidez y declarar a los cuatro vientos lo que realmente sentía, y eso ya era bastante, pues.

 

Pero, ¡diablos!: algo parecía andar mal, no todo estaba completo. Ella, la hermosa mujer que alborotaba mi libido, como si nada importante estuviese ocurriendo, solo atinó a lanzarme una mirada fría, fugaz, y su gesto más parecía de perplejidad y lástima y tal vez de mal disimulado disgusto; y como un implacable latigazo, dejó de mirarme y volvió, como siempre, a sonreír y engreír al frenético público que en coro repetía su nombre, mientras yo quedaba soslayado, marginado, basureado y, otra vez, ¡acobardado!

 

Era obvio que mis palabras no habían llegado a causar el efecto que yo esperaba en la mujer que allí veía como una diosa. Tuve que asumir, convencido, que lo único que había logrado era hacer el ridículo y, entonces, comencé a sentirme mal, muy mal y herido. No valgo nada, me dije, resignado, y sentí deseos de autoflagelarme. ¿Qué hacer, ahora? Solo irme y nunca más volver a mirarla ni siquiera de lejos. Su indiferencia era como un bloque gigante de hielo que me aplastaba inmisericorde. Parpadeé unos segundos, agité desfalleciente la cabeza de un lado a otro y enseguida me dispuse a salir, completamente derrotado y desfalleciente; quería huir de aquel lugar, con el corazón destrozado y el alma magullada, y buscar un rincón oscuro en algún parque cercano, para sentarme y llorar sin consuelo y sin que nadie pudiera percatarse de mi dolor aunque, claro, a nadie iba a importarle lo que a mí me estaba pasando en esos momentos, a nadie tenía por qué preocuparle la frustración de mis locos deseos, ni mis sueños despedazados.

 

Y, bueno, decidí emprender la retirada y di el primer paso con rumbo hacia la puerta de salida (porque, cierto, “el primer paso no te lleva a donde quieres ir, pero te saca de donde estás”, como dice una amiguita mía). Ya afuera me olvidaría de ese rostro, de esa sonrisa, de esa voz y de esos bellos movimientos femeninos en el escenario. Y, bueno, ya resuelto, di el segundo paso y ya, casi casi, eché a correr como alma que se lleva el diablo, cuando, de pronto -¡oh, bendita sorpresa!- el sonido de mi nombre, dicho con inesperada ternura, casi maternalmente, pero con vigor, invadió el recinto como una inundación de agua clara y bendición: "¡Beinaidito! ¡Beinaidito!".

 

Me detuve y, como empujado por un resorte, volví automáticamente la mirada hacia atrás y quedé completamente aturdido, pasmado: ella estaba allí, cerquita, junto a mí. Enseguida, como un ave cuando después de revolotear en el patio, cansada, va en busca de una rama, en ese justo instante sobre mis labios se posó -¡adivinen qué!- lo que menos podía creer que pudiera posarse, pero que lo deseaba con fervor y locamente: un beso, un dulce beso, ¡el beso de la mujer soñada! Me abrazó fuertemente y luego me cogió con delicadeza la mano y me dijo, medio nerviosa pero segura y casi susurrando, que me amaba y que me amaría hasta el final. Y, cierto, así ocurrió: la mujer de mi sueño me amó, exactamente, hasta el final.

 

Un sismo de 4.5 grados, que en la madrugada había hecho que todo el mundo saltara de sus camas, bruscamente me despertó y, como todos, también salí despavorido a la calle. Los vecinos, como ocurre en estos casos, murmuraban entre ellos: que "dónde habrá sido el epicentro", que "no ha demorado mucho", que "solo fue ruido", que "yo estaba en el baño", etc. Y mí, por supuesto, me quitó las ganas de seguir durmiendo.

 

Y, cierto: hasta el final. Aquel amor que me había ilusionado llegó hasta el final: hasta el final de ese sueño, brusca y cruelmente interrumpido por un movimiento telúrico.

 

Ya repuesto del susto, y viendo que los vecinos regresaban a sus casas a acostarse de nuevo, algunos en calzoncillos, yo también hice lo mismo. A uno de los vecinos le oí decir, contento, que felizmente, según escuchó en una pequeña radio, por ninguna parte ocurrieron daños que lamentar. Ah, ¿no?, ¿ningún daño?, ¿nada que lamentar? ¿Y mi sueño de almíbar despiadadamente desleído? ¿Y mi corazón convertido en astillas? ¡Quedé vilmente damnificado! Pero eso ¿a quién miércoles iba a importarle? ¡A nadie!

 

Ya otra vez en cama, y sin poder volver a cerrar los ojos, solo me quedaba repetir, en silencio, esta, ahora inútil, pregunta, justo la misma de una canción de Maricarmen: "¿Por qué te fuiste? ¿Por qué te fuiste?" Y mi corazón, perverso a pesar del dolor y sus escombros, aparentemente burlándose de mí y mi desgracia, respondía, con sarcasmo y mala fe, con sus latidos: tuntún, tuntún, tuntún… (¡El “pasito tun tun”, pues!]).  Convencido: los sueños, sueños son y nada más. (¡Plop!).

                                                                  © Bernardo Rafael Álvarez

 

 

 

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* Una inocente travesurita que se me ocurrió perpetrar anoche. 😀😀😀