“A una culpáis
por cruel / y a otra por fácil culpáis"
En un sitio Web,
llamado “elespanol.com”, se dice que “La RAE llama 'fáciles' a las mujeres que tienen
sexo con quienes desean". Falso. No es la RAE quien atribuye ese adjetivo;
la Academia solo ha incluido en el Diccionario, como quinta acepción, eso que
todo el mundo (incluso mujeres) dice: "Dicho especialmente de una mujer:
Que se presta sin problemas a mantener relaciones sexuales" (se ha
reemplazado lo que en la anterior edición era la cuarta acepción, y decía:
"Dicho de una mujer: Frágil, liviana")[1]. Nada más.
Es cierto, no se
ha agregado a esa explicación semántica ninguna "marca de uso" que
precise, por ejemplo, que es “peyorativo” o “irónico”; es que no hacía falta
ningún agregado.
¿No debió haber
incluido esa acepción por "ofensiva" o "machista"? Un
Diccionario es, digamos, un acervo de las voces, palabras o dicciones que usan
los pueblos; no un muestrario de lo que "debemos usar" para
comunicarnos, ni una norma legal que nos prohíba usar lo que los académicos a
las "oenegés" no quisieran que usemos. Tampoco es un catecismo ni un
manual de moral y buenas costumbres.
Las marcas de
uso en el diccionario y el adjetivo “fácil”
Las "marcas
de uso" son indicadores abreviados que se anteponen, en el Diccionario, al
significado o los significados de ciertas palabras, con el objeto de informar o
tratar de explicar sobre las particularidades que se dan en el uso de esas palabras;
particularidades que se dan en cuanto a nivel de lengua, registro de habla,
intención del hablante, valoración del mensaje. Entre otras, estas son las
marcas de uso que aparecen en el Diccionario de la Lengua Española:
<<malson.>>, <<peyor.>>, <<despect.>>,
<<irón>>, <<coloq.>>, <<vulg.>>
(malsonante, peyorativo, despectivo, irónico, coloquial, vulgar). Repito: se
refieren a las particularidades que se dan en el uso de esas palabras y no
porque respondan a la calificación que quisiera dar la Academia (o los académicos);
no se plasma allí, en esas abreviaturas, lo que "sienten" o piensan
los académicos, o la ilustre corporación matritense, acerca de esas palabras.
Me explico: No
es porque precisamente a ellos les parezca "fea", por ejemplo, la
palabra "carajo", la razón por la que le han antepuesto
"malson.", sino porque así la entendemos prácticamente todos los que
la usamos; como sabemos, nunca un "carajo" es dicho para engreír a
alguien, sino para hacerle sentir mal, y hasta a los niños se les prohíbe
usarlo: "No hables lisuras". Por ello, antes de la definición de esta
palabra y después de la letra "m" (masculino), podemos leer:
"malson." (malsonante)
¿Pasa lo mismo
con el adjetivo "fácil"? No. A este adjetivo, el Diccionario le
antepone solamente esta abreviatura "adj." que viene a ser no una
"marca de uso" sino de la naturaleza del término (o sea, referido a
que es adjetivo y no sustantivo). Bien. El quinto significado de este adjetivo
que leemos es: "Dicho especialmente de una mujer: Que se presta sin
problemas a mantener relaciones sexuales." ¿Por qué no le antepusieron
ninguna "marca de uso"? Creo que –como ya lo dije- porque no hacía
falta. El adjetivo "fácil" no es malsonante, peyorativo, despectivo,
irónico, coloquial ni vulgar.
Veamos: En el
Diccionario encontramos esta otra palabra (que es sustantivo),
"prostituta", con el siguiente significado: "m. y f. Persona que
mantiene relaciones sexuales a cambio de dinero."; como se ve, solamente
se le ha antepuesto las abreviaturas "m." y "f."
("masculino" y "femenino") y ninguna marca de uso. En
cambio su sinónimo, la palabra "puta" sí va precedida de su
respectiva marca de uso: "m. y f. malson. prostituto.". ¿Por qué?
Porque eso es lo que ocurre, en realidad: la palabra "puta", a
diferencia de "prostituta", nos suena horrible, es decir, es
malsonante, ¿o no?
Muchos han dado
el grito al cielo por la inclusión en el Diccionario de la ya mencionada quinta
acepción del adjetivo "fácil". Yo pregunto: ¿por qué debemos asumir
como ofensivo y deplorable el adjetivo "fácil", referido a la mujer
"Que se presta sin problemas a mantener relaciones sexuales", y no el
sustantivo "prostituta", asignado a la mujer "que mantiene
relaciones sexuales a cambio de dinero"? ¿Es que, acaso, entre prestarse
"sin problemas a mantener relaciones sexuales" y hacerlo "a
cambio de dinero", existe una diferencia que hace que una de las dos
situaciones merezca, digamos, aprobación unánime y la otra no?* Repito la
pregunta hecha al principio respecto de la quinta acepción del
sustantivo "fácil": ¿No debió, la RAE, haber incluido en el
Diccionario, esa acepción por "ofensiva" o "machista"?
[1]
¿Recuerdan
el poema "Hombres necios", de Sor Juana Inés de la Cruz? Es del siglo
XVII. Nos revela, entre otras cosas, que el adjetivo "fácil" con el
significado de que hablamos, no es nada nuevo: "Siempre tan necios andáis
/ que con desigual nivel / a una culpáis por cruel / y a otra por FÁCIL
culpáis."