"Es
habitual que los críticos de la ‘ideología de género’ se vean obligados a
expresar por qué esa “ideología” es falsa. Pero es en ese momento que
demuestran su mayor ingenuidad, o su mayor peligro, porque recurren a
explicaciones estereotipadas –como un “orden natural”, o “la tradición
nacional”, o una “doctrina religiosa”–, como si estas explicaciones no
requiriesen igualmente de justificación o como si tuviesen una evidencia
intrínseca –justamente lo que haría de ellas, en el sentido más estricto, el ser
meramente “ideologías”–." (Miguel Giusti)
Ahí, creo, está el punto central del artículo
de Giusti. Ambas posiciones (la de los críticos de la "ideología de
género" y de los que la defendemos) corresponderían, vistas en
"rigor", a "ideologías" (conste que estoy usando
condicional y hasta comillas). Por qué lo digo: por lo siguiente. En buena
cuenta, ambas recurren al "orden natural". Nosotros, los que
defendemos y fomentamos la identidad e igualdad de género aceptamos que esto no
es una invención o un capricho sino una realidad que debe darse porque
corresponde precisamente a una suerte de "orden natural"; no lo
entendemos como una imposición de las "oeneges" o cosa parecida. Los
que se oponen a esto, afirman que la feminidad y la masculinidad, deben seguir
tal como las conocemos (mujer a la cocina, hombre a la calle; celeste para
varoncitos, rosado para mujercitas, etc.), porque entienden que esto, a
diferencia de la otra posición, sí es lo natural. Visto así, pues, estaríamos
frente a dos "ideologías" (conjunto de ideas) contrapuestas. El autor
de la nota mencionó a Marx. Bien. Una ideología no es simplemente lo que el
Diccionario define -un conjunto de ideas-; es, sobre todo, ese conjunto de
ideas que trata de ser impuesta sobre otras o –con ellas como instrumento- de
"postular modos de actuar sobre la realidad". Queramos o no
aceptarlo, esto es lo que está ocurriendo ahora: hasta marchas se han dado,
incluso peleas e insultos y amenazas.
Hagamos una comparación o establezcamos una
analogía: Marx hablaba de que el "orden natural" determinaba o
imponía la lucha de clases como la partera de la historia y que la propiedad
privada era la madre de todos los males. ¿Qué se construyó a partir de esas
premisas? Una ideología. Por el lado opuesto (burgués, pequeño burgués,
oligárquico, derechista, liberal o lo que quiera llamarse) se sostenía y sigue
sosteniéndose que el "orden natural" es la vocación jerárquica y
patrimonial del ser humano (de lo que se deriva todo lo demás: patrones y
sirvientes, libre mercado, etc.). ¿Corresponde esto a una ideología? Sí.
¿Es posible hallar algo de similitud o
analogía, entre estas cosas de Marx y las que ahora nos ocupan, la “identidad
de género” y “con mis hijos no te metas”? Creo que sí.
Que las ideologías sean buenas o malas, o si
una es verdadera y la otra es falsa, son -creo- motivo de otro debate, harina
de otro costal.
De lo que se trata ahora es de esto: ¿Estamos
-en este asunto de "identidad de género sí" y "con mis hijos no
te metas", frente a un enfrentamiento de ideologías? Reconozco que soy
víctima -o beneficiario- de una ignorancia supina: no conozco la respuesta. Por
eso, como el gran Goethe, prefiero pedir: “¡Luz! ¡Más luz!” :)