martes, 1 de septiembre de 2015

CARTAS A SANTA ROSA DE LIMA

¿Y quién dice que esas personas que le tienen fe a la santa limeña (santa sin comillas, por supuesto, como debe ser) no reaccionan como adultos ante los problemas que se les presentan? ¿Alguien, en su sano juicio, cree que estas personas se conforman con, únicamente, dejar sus cartas en el pozo? ¿La religiosidad, la fe, son o no inherentes al ser humano, o acaso son una invención de Cipriani? Lo que hicieron, y es perverso, los grupos de poder religioso -por cierto amparados y estimulados por el poder político, económico y social, a través de la historia-, es agregar a esa religiosidad el concepto del "castigo divino" basado en el pecado ("no hagas esto, porque Dios te va a castigar"), lo cual fue aprovechado por explotadores. Esto, lo del pozo de Santa Rosa -que a los ojos de los sabios e infalibles ateos, puede ser visto como algo pintoresco y reprobable- solo es parte del lado digamos folclórico; se trata de una costumbre que, claro, en la realidad, no es un recurso de remediación a los problemas (económicos, de salud, etc., etc.), pero responde a los sueños, al afán por lo imposible, al creer en la trascendencia; y hasta podría decir que es la expresión de una suerte de necesidad de "ser realistas buscando lo imposible" (como aspiraban los jóvenes de Mayo 68, y lo repetían con esta frase retórica pero que entonces era vista como válida y legítima y rotunda, porque creo que la inventó el Che Guevara y no un "religioso"). Yo nunca he hecho esto de las cartitas, ni lo haría jamás. Pero respeto lo que hacen estas personas, y veo allí (lo que digo tal vez les parezca ridículo y una irreverencia a la nobleza excelsa de los hacedores de poesía) un gesto que bien puede ser llamado "poético": la metaforización -en las actitudes, no en la palabra- de los sueños y contra la desesperanza. Un abrazo!



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Texto escrito tras ver en el Facebook un comentario (Rosas)adverso a esta costumbre limeña de pedir un milagro a Santa Rosa de Lima, dejando una  carta en el pozo  de la que fue su casa.